terrestre que habian contri buido a salvar a Niza, a su astronauta de ondulados cabellos rojizos. ?Aquel dia ella misma habia ido a su encuentro en el jardin de la clinica! Despues de consultar a los medicos, habian acordado ir juntos a un mismo sanatorio polar de neurologia. Niza se encontraba en perfecto estado de salud desde que fueran rotas las cadenas de la paralisis, suprimiendo la tenaz inhibicion de la corteza cerebral, provocada por la descarga de los tentaculos de la cruz negra. Solo quedaba devolverle la antigua energia despues del largo sueno cataleptico.
?Niza vivia, Niza estaba sana!
Vio una figura femenina que venia sola y presurosa hacia el por la bifurcacion del camino. La habria reconocido entre miles de mujeres: era Veda Kong. La misma Veda que tanto ocupara sus pensamientos hasta que se puso en claro la divergencia de sus destinos. Acostumbrado a los diagramas de las maquinas calculadoras, Erg Noor se imaginaba sus propios afanes como una brusca curva tendida hacia el cielo, mientras que la vida y la obra de Veda eran como una linea, cernida sobre la tierra, que penetraba en las profundidades de los siglos pasados del planeta. Las dos lineas aquellas se separaban, alejandose mas y mas la una de la otra.
El rostro de Veda Kong, que el conocia en sus menores detalles, sorprendio de pronto a Erg Noor por su parecido con el de Niza. Eran iguales el ovalo estrecho, los ojos separados, la despejada frente, las largas cejas arqueadas, la boca grande, de labios dulcemente burlones… Hasta su nariz, un poquitin larga, ligeramente arremangada, la hacia semejante a la otra, como si fueran hermanas. La unica diferencia consistia en que Veda miraba siempre a la cara, con aire pensativo, mientras que la tenaz cabecita de Niza Krit se erguia a menudo en juvenil arranque.
— ?Me esta usted examinando? — pregunto Veda asombrada.
Tendio ambas manos a Erg Noor, que las llevo a sus mejillas, oprimiendolas contra ellas. Veda, estremecida, se apresuro a retirarlas. El astronauta esbozo una debil sonrisa.
— Queria dar las gracias a esas manos que han cuidado a Niza… Ella… ?Lo se todo!
Habia que estar constantemente a su lado, y usted renuncio a una expedicion interesante.
?Dos meses enteros!..
— No renuncie, sino que demore el viaje en espera de la Tantra. De todos modos, era ya tarde; ademas, ?su Niza es un encanto! Las dos nos parecemos, pero ella, con su tendencia al cielo y su fidelidad probada, bien merece ser la companera del vencedor del Cosmos y las estrellas de hierro…
— ?Veda!..
— ?Hablo en serio, Erg! Ahora no estamos para bromas. ?No lo percibe usted? Hace falta que todo quede claro.
— ?Para mi ya lo esta! Sin embargo, se lo agradezco, y no por mi, sino por ella.
— ?No me lo agradezca! Me habria dolido mucho que usted hubiera perdido a Niza…
— Comprendo, pero no puedo creerla, porque la conozco y se que es incapaz de semejantes calculos. Mantengo mi gratitud.
Erg Noor acaricio el hombro de Veda y poso la mano en el brazo. Echaron a andar juntos por el desierto camino y siguieron en silencio hasta que Erg Noor volvio a hablar:
— ?Y quien es el?
— Dar Veter.
— ?El que fue director de las estaciones exteriores? Vaya, vaya…
— Erg, esta usted diciendo palabras hueras. Parece otro…
— Puede que haya cambiado… Pero yo conocia a Dar Veter solamente por su trabajo y creia que el era tambien un sonador del Cosmos.
— Y lo es. Un sonador del mundo sideral que sabe compaginar el carino a las estrellas con un amor a la Tierra de antiguo labrador. Un hombre de ciencia con grandes manos de obrero.
Involuntariamente, Erg Noor se miro su mano estrecha, con largos dedos, recios, de matematico y de musico.
— ?Si usted supiera, Veda, cuanto amo ahora a la Tierra!..
— Despues del mundo de las tinieblas y del largo viaje con Niza, paralizada, se comprende. Pero…
— ?Este amor no puede ser la base de mi vida?
— No. Usted es un verdadero heroe, y por ello, insaciable en su afan de hazanas. Y este autentico amor lo llevara siempre con cuidado, como una copa llena, temeroso de verter una sola gota sobre la Tierra, para ofrecerselo al Cosmos. ?Mas en provecho de esa misma Tierra!
— Veda, si usted hubiera vivido en los Siglos Sombrios, ?la habrian quemado en la hoguera!
— No es la primera vez que me lo dicen… Bueno, ya esta aqui la bifurcacion. ?Y donde estan sus zapatos?
— Los deje en el jardin, cuando sali a su encuentro. Tendre que volver.
— Hasta la vista, Erg. Aqui, mi mision ha terminado, ahora comienza la suya. ?Donde nos veremos de nuevo? ?Solamente a la partida de la astronave?
— ?No, no! Niza y yo pasaremos tres meses en un sanatorio polar. La invito a ir alli con el, con Dar Veter.
— ?A que sanatorio? ?Al Corazon de Piedra, de la costa septentrional de Sibera, o al Hojas de Otono, de Islandia?
— Para ir al Circulo Polar Artico es tarde. Nos enviaran al hemisferio Sur, pues alli empezara pronto el verano, al Alba Blanca, de la Tierra de Graham.
— De acuerdo, Erg. Si Dar Veter no se marcha inmediatamente a reconstruir el sputnik 57. Creo que antes prepararan los materiales…
— ?Vaya con su hombre terrestre! Se estara casi un ano en el cielo…
— ?Dejese de ingeniosidades! Ese cielo esta muy cerca en comparacion con los infinitos espacios que nos han separado a usted y a mi.
— ?Y lo lamenta, Veda?
— ?A que lo pregunta, Erg? En cada uno de nosotros hay dos mitades: una tiende afanosa a lo nuevo, la otra guarda el recuerdo de lo pasado y volveria gozosa a ello.
Usted sabe esto, como sabe tambien que nunca ese regreso consigue llegar al objetivo.
— Si, pero la pena queda… como una corona sobre una tumba querida. Beseme, Veda, ?buena amiga mia!..
Ella le beso sumisa; luego, aparto levemente al astronauta y echo a andar de prisa hacia la carretera por donde pasaba la linea de electrobuses. Erg Noor la siguio con la mirada hasta que el robot-conductor paro el vehiculo y el vestido rojo de Veda desaparecio tras la portezuela transparente.
Veda miraba tambien, a traves del cristal, al inmovil Erg Noor. En su mente se repetia tenaz el estribillo de unos versos de un poeta de la Era del Mundo Desunido, a los que habia puesto musica recientemente, despues de traducirlos, Ark Guir. Dar Veter le habia dicho un dia, en respuesta a un tierno reproche:
Aquello era el reto de un hombre antiguo a las fuerzas de la naturaleza que le habian arrebatado a su adorada. ?De un hombre que no se resignaba a su perdida ni queria ceder nada al destino!
El electrobus se acercaba ya a una rama de la Via Espiral, y Veda Kong, aferrada a la pulida barra, seguia en pie ante la ventanilla, tarareando aquella maravillosa romanza, plena de nostalgica tristeza y esperanzadora luz.
«Angeles… Asi llamaban antano los europeos creyentes a unos espiritus celestiales, mensajeros de la voluntad divina. La palabra «angel», en griego antiguo, significa «mensajero». Vocablo olvidado hace muchos siglos…» Veda desperto de sus suenos en la estacion, pero volvio a ellos en el vagon de la Via.
«Mensajeros del cielo, del Cosmos, asi se podria llamar a Erg Noor, a Mven Mas, a Dar Veter… Sobre todo