transformo y dio a la Humanidad una nueva esperanza en las ultimas decadas de la historia terrestre.

Aunque se habian realizado numerosos estudios teoricos, nadie habia conseguido encontrar una razon para un vuelo espacial tripulado a la estrella mas cercana. El hecho de que ese viaje pudiera durar un siglo no era ya un factor decisivo, la hibernacion podia solucionar ese problema. En el hospital satelite Luis Pasteur un mono estaba dormido desde hacia casi un milenio y mostraba una actividad cerebral perfectamente normal. No habia ninguna razon para suponer que no ocurriria lo mismo con los seres humanos, si bien el record, un paciente con una extrana forma de cancer, no superaba los dos siglos.

El problema biologico habia sido resuelto; era el problema de ingenieria el que parecia insalvable. Una nave que pudiera transportar miles de pasajeros dormidos, imprescindibles para una nueva vida en otro mundo, deberia tener las mismas dimensiones que los grandes trasatlanticos que una vez surcaron los mares de la Tierra.

Seria bastante facil construir esta nave fuera de la orbita de Marte y usar los abundantes recursos del cinturon asteroide. Sin embargo, era imposible idear unos motores que le permitieran alcanzar las estrellas en un periodo razonable de tiempo. Incluso a una decima parte de la velocidad de la luz, los objetivos mas prometedores estaban a mas de quinientos anos de distancia. Esa velocidad habia sido alcanzada por sondas robot, que recorrian a toda velocidad sistemas estelares cercanos y transmitian sus informes y observaciones durante las agitadas y escasas horas del trayecto. Pero era completamente imposible reducir la velocidad para acoplarse a otra nave o aterrizar, y estaban destinadas a seguir viajando a traves de la galaxia para siempre.

Este era el problema fundamental de los cohetes, y nadie habia descubierto hasta entonces una alternativa para la propulsion ultraespacial. Era tan dificil perder velocidad como ganarla, y llevar la carga propulsora necesaria para la deceleracion no simplemente doblaba la dificultad de la mision, sino que la elevaba al cuadrado.

Se podia construir una hibernave a escala real que alcanzara la decima parte de la velocidad de la luz. Requeriria un millon de toneladas de algun exotico material como carga propulsora; era dificil, pero no imposible.

Pero para anular la velocidad al final del viaje, la nave deberia despegar no con un millon, sino con millones de toneladas de carga propulsora. Esto, por supuesto, estaba tan fuera del alcance que nadie habia pensado seriamente en ello desde hacia mucho tiempo.

Y despues, por una de las mayores ironias de la historia, se le dieron a la Humanidad las llaves del Universo, y un siglo escaso para utilizarlas.

8. Recuerdos de un amor perdido

Que contento estoy, penso Moses Kaldor, por no haber sucumbido nunca a esta tentacion, a ese seductor senuelo que el arte y la tecnologia habian dado a la Humanidad hace mas de mil anos. Si hubiese querido, hubiese podido traer conmigo al exilio al fantasma electronico de Evelyn, metido en algunas cintas de programacion. Podia haber aparecido ante mi, en alguno de los escenarios que amabamos, y mantener una conversacion tan convincente que un desconocido no hubiera nunca adivinado que nadie, nada estaba realmente alli.

Pero yo lo hubiera sabido al cabo de cinco o diez minutos, a no ser que me enganase a mi mismo mediante un acto deliberado de voluntad. Y yo seria incapaz de hacerlo. Aunque sigo sin saber por que mis instintos se rebelan contra ello, siempre me niego a aceptar el falso alivio de un dialogo con los muertos. Ni tan siquiera poseo, ahora, una simple grabacion de su voz.

Es mejor asi, verla moverse en silencio en el pequeno jardin de nuestro ultimo hogar, sabiendo que no es una ilusion de los creadores de imagenes, sino que ocurrio de verdad, hace doscientos anos, en la Tierra.

Y la unica voz que se oira sera la mia, aqui y ahora, hablando a la memoria que todavia existe en mi propio cerebro vivo y humano.

Grabacion privada. Numero Uno. Aparato Alpha. Programa autodestructible.

Tenias razon, Evelyn, y yo no. Aunque sea el mas viejo de esta nave, parece que todavia puedo ser util.

Cuando me desperte, el capitan Bey estaba a mi lado. Me senti halagado… en cuanto pude sentir algo.

— Vaya, capitan — dijo—. Esto si que es una sorpresa. Esperaba que me arrojara al espacio como algo inservible.

Se echo a reir y respondio:

— No este muy seguro todavia; el viaje no ha acabado. Pero le necesitamos ahora. Los que planearon la mision fueron mas listos de lo que usted pensaba.

— Me inscribieron en el manifiesto de la nave como Embajador — Consejero, y ?en calidad de que se me requiere?

— Probablemente en ambas. Y quizas en calidad de…

— No dude en decir cruzado, aunque nunca me gusto la palabra y nunca me considere lider de ningun movimiento. Solo intente que la gente pensara por si misma. Nunca quise que nadie me siguiera ciegamente. La historia ha visto ya demasiados lideres.

— Si, pero no todos han sido malos. Fijese en su tocayo.

— Se le ha sobrevalorado, aunque puedo comprender su admiracion. Despues de todo, usted tambien dirige las tribus sin hogar a una tierra prometida. Me imagino que ya habra surgido algun pequeno problema.

El capitan sonrio y respondio:

— Me alegro de ver que ya esta totalmente despierto. Hasta ahora, no ha surgido ni un problema, y no hay razones para pensar que surja. Pero se ha presentado una situacion inesperada, y usted es oficial diplomado. Tiene unas cualidades que nunca pensamos que ibamos a necesitar.

Te aseguro, Evelyn, que me quede atonito. El capitan Bey debio de leer mi mente cuando vio mi expresion.

— ?Oh! — exclamo rapidamente—. No hemos encontrado a ningun extraterrestre. Parece ser que la colonia humana de Thalassa no se destruyo como imaginabamos. De hecho esta funcionando muy bien.

Esto fue, por supuesto, otra sorpresa, aunque bastante agradable. Thalassa, ?el mar, el mar! fue una palabra que nunca esperaba volver a repetir. Siempre habia pensado que cuando me despertara, esta palabra habria quedado siglos y anos luz atras.

— ?Como es esa gente? ?Han establecido ya algun contacto con ellos?

— Todavia no, este es su trabajo. Usted sabe mejor que nadie los errores que cometimos en el pasado. No queremos repetirlos. Ahora, si esta preparado para subir al puente, le dejare echar un vistazo a nuestros primos perdidos.

Eso fue hace una semana, Evelyn; que agradable es no tener prisas despues de decadas de inquebrantables fechas limites. Sabemos todo lo que se puede saber sobre los thalassanos sin haberlos visto cara a cara. Y esto es lo que haremos esta noche.

Hemos elegido un terreno comun para mostrar que reconocemos nuestro parentesco. El lugar del primer aterrizaje es muy visible y ha sido celosamente guardado, como un parque o como una reliquia. Esto es buena senal; solo espero que nuestro aterrizaje alli no se considere un sacrilegio. Quiza nos hara aparecer como dioses, lo cual haria las cosas mas faciles para nosotros. Esto es, si los thalassanos han inventado dioses. Esta es una de las cosas que quiero averiguar.

Estoy empezando a vivir otra vez, querida. Si, si, ?eras mas inteligente que yo, el llamado filosofo! Ningun hombre tiene derecho a morir mientras pueda ayudar a los demas. Fue egoista por mi parte haber deseado lo contrario. Haber deseado yacer siempre a tu lado, en el punto que escogimos hace tiempo, tan lejos… Ahora incluso puedo aceptar el hecho de que estas diseminada por el Sistema Solar con todos los seres que ame sobre la Tierra.

Pero ahora hay que ponerse a trabajar; y mientras hablo a tu memoria, sigues viva.

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