habido demasiados caudillos en la historia.
— No todos han sido malos. Piense en su gran tocayo.
— Lo han sobreestimado, pero comprendo que sienta admiracion por el. Tambien usted tiene la tarea de conducir a una tribu sin hogar a la tierra prometida. Supongo que se ha presentado algun problema.
El capitan asintio y sonrio:
— Me alegra comprobar que esta totalmente despierto. Por el momento no hay problemas, ni motivos para que los haya. Pero ha surgido una situacion inesperada, y usted es nuestro diplomatico oficial. Posee un don al que jamas pensamos que tendriamos que recurrir.
?Esa si que fue una sorpresa, Evelyn! El capitan Bey seguramente leyo mis pensamientos al verme boquiabierto.
— No — dijo rapidamente —, ?no son seres de otra raza! Es la colonia humana de Thalassa, que no esta destruida como creiamos. Al contrario, su situacion es floreciente.
Esa fue la segunda sorpresa, aunque muy agradable, por cierto. Thalassa — ?el mar, el mar! — era un mundo al que jamas pense que veria. Se suponia que yo debia despertar cuando Thalassa quedara varios siglos y anos luz atras.
— ?Como es la gente? ?Han hablado ya con ellos?
— No, esa es su tarea. Usted conoce mejor que nadie los errores que se cometieron en el pasado. Queremos evitarlos. Si esta listo para subir al puente, tendra una vision a vuelo de pajaro de nuestros primos lejanos.
Eso sucedio hace una semana, Evelyn, y no sabes cuan agradable es poder trabajar sin estar apremiado por el tiempo, despues de tantas decadas de vivir bajo plazos perentorios. Ahora sabemos todo cuanto se puede saber acerca de los habitantes de Thalassa sin conocerlos en persona. Esta noche bajaremos a hablar con ellos.
Hemos escogido un lugar para descender que simbolice nuestro origen comun. El sitio del primer descenso se ve claramente. Esta bien conservado, parece un parque o tal vez un santuario. Es una buen senal, siempre que no lo consideren un sacrilegio. Si creen que somos dioses, tal vez eso facilitara nuestra tarea. Ademas, una cosa que me interesa averiguar es si los habitantes de Thalassa han creado algun dios.
He vuelto a vivir, mi amor. Si, si, eras mas sabia que yo, ?el hombre a quien llamaban filosofo! Ningun hombre tiene derecho de morir mientras pueda servir a sus semejantes. Yo esperaba yacer junto a ti, en el sitio que habiamos elegido, alla lejos y hace tiempo: ahora comprendo que fui egoista. Puedo resignarme a cualquier cosa, incluso a la idea de que tus cenizas se encuentran esparcidas por todo el sistema solar, junto con todo lo que yo amaba en la Tierra.
9 — En busca del superespacio
Ninguno de los golpes psicologicos que sufrieron los cientificos del siglo veinte fue tan devastador — e inesperado — como el descubrimiento de que nada es menos vacio que el «vacio».
Fue la demostracion definitiva de la antigua maxima aristotelica, de que la naturaleza detesta el vacio. Cuando a un volumen determinado de la llamada materia solida se lo despojaba de todos sus atomos, lo que quedaba era un torbellino infernal de energia, de una intensidad y magnitud inimaginables para la mente humana. Al lado de el, la materia en su forma mas condensada — la estrella neutronica, de una masa equivalente a cien millones de toneladas por centimetro cubico — era un espectro impalpable, una perturbacion imperceptible en la estructura inconcebiblemente densa y a la vez espumosa del «superespacio».
La clasica obra de Lamb y Rutherford, publicada en 1947, demostro que el espacio era mucho mas complejo de lo que mostraba una vision superficial. El estudio del elemento mas sencillo, el atomo de hidrogeno, con un solo electron, llevo a un descubrimiento muy curioso. El electron solitario, lejos de describir una orbita regular en torno al nucleo, se comportaba como si lo agitaran ondas incesantes a una escala sub-sub- microscopica. La conclusion era inequivoca, aunque dificil de concebir: se producian fluctuaciones en el vacio.
Ya en la epoca de los antiguos griegos los filosofos se habian dividido en dos escuelas: unos creian que los procesos naturales eran evolutivos; otros rechazaban esa tesis por ilusoria, sostenian que los procesos se producian en saltos o convulsiones discretas, de magnitud imperceptible en la vida cotidiana. La confirmacion de la teoria atomica dio la razon a estos ultimos; y la teoria cuantica de Planck, segun la cual la luz y la energia se trasmitian en paquetes en lugar de ondas continuas, puso fin a la milenaria polemica.
En ultima instancia, el mundo natural era granular, discontinuo. Una cascada de agua y una lluvia de ladrillos, tan distintas una de otra a simple vista, en realidad eran muy parecidas. Los diminutos «ladrillos» de H2O eran invisibles a los ojos, pero facilmente perceptibles con ayuda de los instrumentos de los fisicos.
Entonces, el analisis avanzo un paso mas. La granulosidad del espacio resultaba dificil de aprehender, no solo por su magnitud sub-sub-microscopica sino tambien por su inconcebible violencia.
Nadie puede visualizar una millonesima de centimetro, pero la cifra en si — mil multiplicado por mil — aparece con frecuencia en asuntos mundanos tales como los presupuestos estatales y los censos de poblacion. La mente puede aprehender la idea de que un millon de virus alineados miden un centimetro.
?Pero que decir de una billonima de centimetro, el orden de magnitud del electron? Invisible a cualquier instrumento, podia ser aprehendida por el intelecto, pero no por la psiquis.
Los procesos a nivel de la estructura del espacio se producian en una escala increiblemente menor: tanto que, en comparacion con ellos, el elefante y la hormiga eran del mismo tamano. Se solia describir esa estructura como una masa burbujeante y espumosa, lo cual daba una imagen casi totalmente falsa pero a la vez una primera aproximacion a la verdad. Y el diametro de esas burbujas era de…
…una milesima de millonesima de millonesima de millonesima de millonesima de millonesima… de centimetro.
Esas burbujas explotaban continuamente, liberaban una energia comparable a la de la bomba nuclear, la reabsorbian, la liberaban y asi sucesivamente, para siempre jamas.
Tal era, en terminos excesivamente simplificados, la estructura fundamental del espacio descubierta por los fisicos a fines del Siglo XX. En esa epoca, la sola idea de aprovechar su energia intrinseca debia de parecer ridicula.
Lo mismo habia pensado la humanidad, una generacion antes, de la idea de liberar las fuerzas contenidas en El nucleo del atomo; cosa que, empero, se logro medio siglo despues. La liberacion controlada de las «fluctuaciones cuanticas» que encarnaban las energias del espacio era una tarea incomparablemente mas dificil… y el premio era incomparablemente mayor.
Entre otras cosas, le permitiria a la humanidad recorrer libremente el universo. Las naves espaciales podrian recorrer espacios ilimitados. ya que prescindirian de combustible. El unico factor limitante de la velocidad seria, paradojicamente, el mismo que habia afectado a los primeros aparatos de navegacion aereas, la friccion del medio circundante. En el espacio interestelar existian cantidades apreciables de hidrogeno y otros atomos, que causarian problemas mucho antes de que la nave alcanzara el limite infranqueable, la velocidad de la luz.
El empuje cuantico podria haberse inventado en cualquier momento a partir del ano 2500, lo cual hubiera modificado por completo la historia de la humanidad. Desgraciadamente, se repitio un hecho bastante frecuente en la historia de la ciencia: una serie de observaciones defectuosas y teorias erroneas demoraron el descubrimiento final durante casi un milenio.
En los siglos febriles que precedieron a los Ultimos Dias se produjo un gran florecimiento artistico, con manifestaciones extraordinarias, aunque en cierta medida decadentes, pero escasos avances en el conocimiento. Ademas, la larga serie de fracasos habia convencido a la mayoria de la humanidad de que la liberacion de la energia del espacio era como el movimiento perpetuo: imposible en teoria, ni que hablar de la practica. Sin embargo, a diferencia del movimiento perpetuo, la imposibilidad aun no habia sido demostrada, razon por la cual subsistian algunas esperanzas.
Ciento cincuenta anos antes del fin, un grupo de fisicos del satelite de investigaciones de ingravidez Lagrange-1 anuncio que habia hallado la prueba; existian razones fundamentales por las cuales jamas se podria liberar la colosal energia del superespacio. A nadie le interesaba el aseo de ese oscuro rincon de la ciencia.