privada».

— Creo — dijo Miguel— que dadas las circunstancias…

Apenas llegados ante el castillo, en la entrada comparecieron un joven y dos muchachas. Los rasgos del primero expresaban una sorpresa encolerizada. Era bastante alto y bien parecido, moreno y robusto. Una de las jovenes, de aspecto agradable, era evidentemente su hermana. La otra, de mas edad, presentaba un cabello excesivamente rubio para ser natural. El joven bajo con rapidez las escaleras.

—?No sabeis leer?

— Pense —comenzo Vandal— que en estas circunstancias…

—?Aqui no hay circunstancias que valgan! Esto es una propiedad privada y no quiero ver a nadie que no haya sido invitado.

En aquellos tiempos yo era joven, vivaz y no muy cortes.

— Vamos a ver, joven fiero; nosotros veniamos a ver si por azar este glorioso castillo, que no es probablemente de tus antepasados, no se habria desplomado sobre esto que te sirve de cabeza. ?Te parece bien recibirnos de esta forma?

—?Salid de mi casa! — vocifero— o mando que os echen a ti y a tu comparsa.

Iba a saltar a tierra, cuando Vandal intervino:

— Es inutil que disputemos. Nos vamos de todos modos. Pero permite que te advirtamos que nos encontramos en otro planeta y que vuestro dinero corre el peligro de quedar sin curso legal.

—?Que ocurre?

Un hombre en la plenitud de la edad, de notable envergadura, acababa de aparecer, seguido de una docena de individuos de aspecto poco tranquilizador.

— Ocurre, padre, que esta gente ha entrado sin permiso de nadie y que…

—?Callate, Carlos!

Se dirigio a Vandal:

— Usted hablaba de otro mundo, ?que hay de todo esto?

Vandal le informo.

—?Asi, no estamos ya en la Tierra? Esto es muy interesante. ?En un pais virgen?

— De momento, a este respecto, no hemos visto mas que una marisma que cierra por las dos direcciones y un mar por otra. Nos falta por explorar el ultimo lado, el de ustedes, siempre y cuando su hijo nos lo autorice.

— Carlos es joven e ignoraba estos acontecimientos. No habiamos comprendido absolutamente nada. Primeramente crei que se trataba de un temblor de tierra. Pero cuando vi los dos soles y las tres lunas… En fin, muchas gracias de habernos explicado la situacion. Tomaran algo con nosotros…

— Gracias, pero no tenemos tiempo.

—?Claro que si! Ida, manda preparar…

— Sinceramente, no tenemos tiempo — dije—. Es menester que lleguemos hasta el limite y estemos en el pueblo por la noche.

— En este caso, no insisto mas. Vendre manana, para conocer el resultado de sus exploraciones.

Nos marchamos.

— No son excesivamente simpaticos esta gente — dijo Miguel.

—?Vaya tipos! — dijo Luis—. ?No sabeis quienes son? Los Honneger, suizos, o asi lo afirman, millonarios, que se han forrado con el trafico de armas. El hijo es peor que el padre. Esta persuadido de que todas las chicas van a caer en sus brazos a causa de su dinero. ?No hay suerte! En lugar del alcalde, hubieran podido quedar ellos bajo las ruinas.

—?Y la rubia?

— Es Magda Ducher — dijo Miguel—. Una actriz de cine, mas celebre por sus aventuras escandalosas que por su trabajo artistico. Su foto andaba por todos los periodicos.

—?Y la docena de individuos patibularios?

— Probablemente guardaespaldas para su sucio negocio — dijo Luis.

— Temo que esta gente nos daran que hacer — manifesto pensativo Vandal.

Nos adentramos en otra zona muerta que nos llevo cuatro horas de marcha para atravesarla, pero en esta ocasion tuvimos el placer de verla terminar en tierra firme. Yo estaba emocionado. De pie sobre un bloque calcareo, medio enterrado en una vegetacion desconocida, dude un momento antes de hollar el suelo de otro mundo. Luis y Miguel, menos impresionables, me habian aventajado. Recogimos algunas muestras de plantas. Eran unas hierbas verdosas, duras y cortantes, sin inflorescencias, arbustos de tallo muy tieso, de corteza gris metalica. Pudimos examinar tambien un representante de la fauna. Fue Luis quien lo descubrio. Tenia una forma de serpiente aplastada, de unos tres metros de largo, ciego e invertebrado. La «cabeza» armada de dos grandes mandibulas aceradas y tubulares, analogas a una larva de ditico, como nos dijo Vandal. No tenia ninguna semejanza con la fauna terrestre. Parecia desecado. Observe con interes que su tegumento tenia una abertura desmenuzada, alrededor de la cual habia solidificado una baba brillante. Vandal hubiera querido llevarse este ejemplar. Pero examinandolo mas de cerca, vimos, y sobre todo percibimos, que solamente el tegumento era seco y que el interior estaba en plena descomposicion. Nos contentamos con fotografiarle. Como los altos hierbajos podian ocultar otros especimenes, estos vivos y peligrosos, nos batimos en retirada, volviendo a la carretera del pueblo.

El llano se perdia a lo lejos, y en el cielo flotaba una nube verde.

II — SOLEDAD

Antes de pretender explorar el planeta se requeria un establecimiento solido sobre el rincon de tierra que nos habia seguido y habia que organizar alli una sociedad. Una buena noticia nos aguardaba en el pueblo: el pozo tenia agua de nuevo, que se revelo perfectamente potable, apenas un poco salobre, en el analisis que practico Vandal. El censo estaba en marcha. Habia sido facil para los hombres, mas dificil para el ganado, y andaba muy mal con referencia a las reservas materiales. Pues, como dijo mi tio: me conocen todos, pero yo no soy nadie, ni alcalde ni tan solo concejal del Ayuntamiento.

Del recuento se desprendia que la poblacion de la villa ascendia a 943 hombres, 1.007 mujeres y 897 ninos menores de dieciseis anos; un total de 2.847 almas. El ganado parecia abundante, en especial el bovino.

Luis dijo entonces:

— Es necesario, manana por la manana, tener una reunion general.

Mando llamar al pregonero y le paso un pedazo de papel con un texto en lapiz. He aqui exactamente su contenido. Tengo todavia en mi poder este papel, fragil y amarillento:

Ciudadanas y ciudadanos: manana por la manana, y en la plaza del pozo, asamblea general, El senor Bournat, astronomo, os explicara la catastrofe. Luis Mauriere y sus companeros os comunicaran el resultado de sus exploraciones. La reunion tendra lugar dos horas despues de la salida del sol azul. Habra que tomar decisiones para el futuro. Asistencia indispensable.

Tengo un claro recuerdo de esta asamblea. Primeramente, Luis tomo la palabra:

«Antes que el senor Bournat os explique, dentro de lo posible, lo ocurrido, voy a deciros algunas cosas. Os habeis dado cuenta de que no estamos en la Tierra. Concluido el salvamento de los heridos, vamos a enfrentarnos con dificiles tareas. Antes que nada, hemos de organizamos. Ninguna comunidad humana puede subsistir sin leyes. Una parte de la tierra nos ha seguido: mide aproximadamente 30 kilometros de largo por 17 de ancho, y tiene, a grandes rasgos, una forma romboidal con una superficie total de unos 300 kilometros cuadrados. Pero no hay que hacerse ilusiones: solo una cuarta parte sera apta para el cultivo; el resto, no son mas que montanas cabeza abajo. Yo creo que esta superficie sera suficiente para alimentarnos, aun cuando nuestra poblacion aumente con relacion al censo actual. El verdadero problema no es el de las tierras, de las que habra mas que suficientes para que todo el mundo pueda poseer miles de hectareas, ya que un planeta entero nos aguarda. El problema real es el de la mano de obra. A partir de este momento, todo el mundo es indispensable, y todo el mundo debe trabajar. Tenemos la suerte insospechada de tener entre nosotros a sabios y tecnicos. Pero todos debemos considerarnos como pioneros y adoptar esta mentalidad. Aquel que en lugar de ayudar a su vecino le

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