cortesia.

—Un negro —dijo George Christopher. Miro a Rick Delanty, que habia permanecido sentado en silencio mientras Beck contaba su historia. Luego aparto apresuradamente la vista.

—Hay otros dirigentes negros —dijo Beck—. Pasan mucho tiempo con Hooker. Y hay que ir con cuidado para no decir nada malo de los negros, los chicanos o cualquier otro. Los dos primeros dias te zurran si lo haces, lo mismo que si un negro insulta a un blanco, pero si no aprendes con rapidez piensan que no te has convertido realmente...

—No os preocupeis por mi —dijo Rick Delanty—. Tengo toda la igualdad que siempre he deseado.

Harvey Randall y Tim Hamner entraron en la sala, con sillas plegables de la biblioteca. Eileen se acerco a Tim y le susurro algo apresuradamente, y todo el mundo trato de ignorar la creciente expresion de horror en el rostro de Hamner. Alice Cox trajo lamparas de keroseno. Su alegre resplandor amarillo parecia fuera de lugar.

—?Quiere que encienda fuego, senador? —pregunto Alice.

—Si, por favor. ?Viste su arsenal, Hugo?

—Si, senor. Habia muchas armas. Ametralladoras, algunos canones y morteros...

—Necesito detalles —dijo Al Hardy—. Todos los necesitamos, y las cosas empiezan a complicarse. Podriamos necesitar mas de un dia para obtener toda la informacion util que tiene Hugo. Senor Christopher, ?podria reconsiderar su postura?

—No le quiero aqui. No puede quedarse.

Hardy se encogio de hombros.

—?Y el gobernador? Hugo, ?que sabe del vicegobernador Montross?

—Nada, excepto que esta alli. Cuando va a alguna parte esta rodeado de guardaespaldas, igual que el sargento Hooker. El gobernador nunca se dirigio a nosotros, pero a veces nos dieron mensajes en su nombre.

—?Pero quien esta al mando de ese grupo? —pregunto Hardy.

—?No lo se! Creo que es un comite. Nunca llegue a hablar con los jefes... La mia era una mujer negra llamada Cassie, una mujerona de mal genio y muy creyente. Los jefes verdaderos eran Armitage y el sargento Hooker. El gobernador, tal vez. Y un negro de la ciudad, un tal Alim Nassor...

—?Alim Nassor? —pregunto Randall—. Le conozco. Una vez le entrevistamos. Era un lider por naturaleza, muy poderoso en la zona de Watts.

Eileen se aparto de Tim y fue a arrodillarse al lado de Randall. Mientras le susurraba algo, Harry la miro con curiosidad. ?Podia asombrarse de algo un reportero de la television? Si, indudablemente. Y asustarse tambien, por lo que Harry podia juzgar. No era el unico. Deke Wilson parecia cada vez mas angustiado. No era sorprendente que el territorio de Deke fuera mas pequeno cada vez que Harry pasaba por alli. Y ahora la Nueva Hermandad se encontraba en la zona principal de las tierras de Deke.

George parecia disgustado.

—Tengo deseos de vomitar cada vez que le miro, senador. ?Cuanto whisky le queda? Le doy medio litro del licor barato que tengo por un trago de buen whisky ahora mismo.

—El cambio no es necesario —dijo Jellison—. Eileen, ?quiere traer una botella, por favor? Creo que a todos nos ira bien un trago. Y me parece que hay mas noticias. Harry, hablaste de una carta.

—Si, senor.

—Creo que voy a leerla mientras bebemos.

Harry se levanto y se aproximo al senador. Saco un sobre de un bolsillo interior y se lo entrego a Jellison. El senador lo abrio cuidadosamente y saco varias hojas de papel. Estaban escritas a mano, con trazos gruesos, con alguien que tenia una excelente caligrafia. Harry tenia grandes deseos de saber que decia la carta, pero regreso a su sitio.

Eileen trajo una botella de whisky de buena calidad y sirvio a todos. Nadie lo rechazo. Lleno el vaso de Hugo Beck, el cual lo bebio ansiosamente.

Harry penso que si aquel hombre podia encontrar alcohol, estaria borracho el resto de su vida.

—?Como es su situacion alimenticia? ?Es desesperada o simplemente pasan hambre? —pregunto Christopher.

—Ni siquiera pasan hambre —dijo Hugo—. Su medico, ese tipo con aspecto de conejo, dice que tienen bastantes vitaminas, y yo mismo comi bien. —Vio la expresion de los demas y exclamo—: ?No! ?Solo comi carne humana dos veces! ?En los rituales! La mayor parte de la comida que nos daban procedia de los supermercados, pero tambien habia algunos animales. No necesitan el canibalismo. Solo lo practican cuando hay nuevos reclutas. Es un ritual.

—Un ritual muy util —dijo Harvey Randall. Todas las cabezas se volvieron hacia el—. Miren a Hugo. Le han circuncidado el alma. Le han puesto una marca que todo el mundo puede reconocer. Eso es lo que sientes, ?verdad, Hugo?

El interpelado asintio.

—?Y si te dijera que no es en absoluto visible? —Hugo parecio confundido. Harvey anadio—: Exacto. Sabes que esa marca sigue ahi.

—A algunos les gusta el sabor —susurro Hugo, muy bajo pero de forma audible.

Deke Wilson hablo con voz llena de terror.

—?Y yo soy el siguiente! ?Vendran a por mi dentro de cuatro dias!

—Tal vez podamos pararlos. —Jellison alzo la vista de la carta—. Este documento es interesante. Es una proclamacion de autoridad por parte del gobernador en funciones Montross. Y hay una carta dirigida a mi en la que me invita a discutir las condiciones en que mi organizacion puede integrarse en la suya. Las palabras son corteses, pero perentorias, y aunque no nos amenaza directamente, detalla algunos incidentes desgraciados en los que varios grupos se negaron a reconocer su autoridad y tuvieron que ser tratados como rebeldes. —Jellison se encogio de hombros—. Pero no menciona a los canibales ni a los Angeles del Senor.

—No querra decir... que no me cree, ?verdad, senador? —pregunto Hugo Beck en tono desesperado.

—Te creo —dijo Jellison—. Todos te creemos. —Miro a su alrededor y los demas hicieron gestos de asentimiento—. Bien, esto nos da dos semanas de tiempo, y menciona la zona de White River, en las tierras de Deke, asi como las nuestras. Puede deberse simplemente a que quieren coger a Deke desprevenido, pero tambien puede significar que han retrasado su ataque...

—Creo que no presentaran batalla todavia —dijo Hugo Beck—. Acaban de descubrir algun otro lugar. Creo que iran primero ahi.

—?Donde? —pregunto Hardy.

Resulto evidente que Hugo considero la posibilidad de plantear un trato, pero la rechazo.

—La central nuclear, el llamado «Proyecto Nuclear San Joaquin». Acaban de descubrir que la central todavia funciona, y eso les ha puesto como locos.

Johnny Baker hablo por primera vez.

—No sabia que hubiera una central nuclear en el valle de San Joaquin.

—Todavia no la habian inaugurado —dijo Harvey Randall—. Aun esta en construccion. Creo que habian llegado a la etapa de pruebas antes de que cayera el cometa. No le dieron demasiada publicidad, a causa de la oposicion de los ecologistas.

Los cosmonautas intercambiaron excitadamente unas palabras en ruso. Baker y Delanty intervinieron, hablando mucho mas lentamente. Luego hablo Baker:

—Estabamos buscando una central nuclear en funcionamiento. Creimos que la de Sacramento podria haber sobrevivido. ?Donde esta la central de San Joaquin? Hemos de salvarla.

—?Salvarla? —pregunto George Christopher en tono colerico—. ?Podemos salvarnos a nosotros mismos? ?No lo creo, maldita sea! ?Como ha podido aumentar tanto ese ejercito de canibales?

—Mahoma —dijo Harvey Randall.

—?Que?

—Cuando Mahoma empezo tenia cinco seguidores. En cuatro meses domino Arabia. En un par de anos domino la mitad del mundo. Y la Nueva Hermandad tiene esa misma clase de crecimiento.

El alcalde Seltz meneo la cabeza.

—Senador... No se que pensar. ?Podemos detener a ese grupo? Tal vez deberiamos marcharnos a la

Вы читаете El martillo de Lucifer
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×