a punto de sufrir un serio percance. Oyeron un estrepito y los fragmentos de la ventanilla trasera cayeron sobre ellos, un instante antes de que tambien se rompiera en mil pedazos el parabrisas. Una bala del calibre cincuenta habia atravesado el furgon de parte a parte, y paso entre Harvey y Marie, a pocos centimetros. La proxima vez que pararon, los rancheros que iban con ellos les abandonaron.

Fuera de si, Harvey grito a Marie.

—?Por que diablos eres tan... —Iba a decir «valiente», pero no termino la frase, pues hubiera significado que el no lo era, que era un cobarde—. ?Por que eres tan decidida? —dijo finalmente.

Ella estaba cavando un hoyo para colocar la dinamita, su ultimo cartucho. Alzo la vista y senalo la Sierra Alta.

—Mi hijo esta alla arriba —le dijo—. Si no les detenemos, ?quien lo hara? Este hoyo sera suficiente. Dame la dinamita.

Harvey ya habia conectado la mecha al extremo del cartucho. Se lo dio a Marie y ella lo introdujo en el hoyo, tapandolo con tierra y piedras.

—?Ya es suficiente! —grito Harvey—. ?Salgamos de aqui!

Estaban en el extremo de un cerro bajo y no podian ver el avance del enemigo, pero Harvey no creia que estuvieran lejos.

—Todavia no —dijo Marie—. Tengo que hacer algo primero.

Se dirigio a lo alto del cerro.

—?Vuelve aqui! ?Te juro que te abandonare! ?Eh!

Ella no se volvio. Al cabo de un momento, Harvey solto un juramento y la siguio colina arriba. La encontro colocando el fusil en posicion para disparar, apoyada en una roca.

—Ahi abajo es donde pusiste el aceite y las minas. Antes hemos pasado sin parar.

—?Teniamos que hacerlo! ?Los teniamos en los talones!

Harvey penso que todo aquello era inutil. Unas motos subian por la carretera. Llegarian a la colina en un minuto o dos.

Marie apunto con cuidado y disparo.

—Bien —musito, y disparo de nuevo—. Acabaria antes si tu tambien disparases —le dijo.

Harvey sabia que no podria alcanzar el barril de aceite situado a trescientos metros. Apoyo el rifle en una roca y apunto a la primera moto que se acercaba. Disparo una y otra vez, sin acertar nunca, pero los motoristas aflojaron la marcha, se detuvieron y corrieron a cubrirse en la cuneta, para esperar a la infanteria. Marie siguio disparando, lenta, cuidadosamente.

—Ya es suficiente —dijo por fin—. Vamos... La verdad es que no hay prisa, porque los hemos detenido.

Harvey cerro los punos y respiro hondo. Marie tenia razon. No habia un peligro inmediato. Ahora el aceite se estaba derramando sobre la carretera y las motos no podrian avanzar.

Otra moto llego al tramo cubierto de aceite. Resbalo y cayo a la cuneta, y el motorista grito. Marie sonrio debilmente.

—Eso del aceite ha sido una buena idea —le dijo.

Harvey la miro asombrado. Marie Vanee habia figurado en la junta directiva de media docena de instituciones beneficas; era la esposa de un banquero, habia formado parte de la alta sociedad, y ahora sonreia ante aquel espectaculo de destruccion.

Un camion llego a la capa aceitosa y se detuvo. Luego empezo a avanzar lentamente. Marie disparo y atraveso el parabrisas. El camion zigzagueo y quedo ligeramente de lado. Acelero el motor y las ruedas giraron, pero no se movio.

Llego otro camion detras de el y empezo a rodear el obstaculo.

Una de las minas estallo y el camion quedo envuelto en llamas. En aquel momento Harvey sintio el impulso de gritar triunfalmente. Algo habia salido bien. Aquellos individuos que se arrastraban para alejarse del camion en llamas, algunos de ellos tambien ardiendo, no eran personas, sino un ejercito de hormigas, y el truco habia funcionado...

Oyeron un estallido y un debil silbido. Algo estallo a veinte metros a su izquierda. Hubo otro estallido.

—?Al coche! ?Vamonos ya, maldita sea! —grito Harvey.

—Si, creo que ya es hora.

Marie le siguio. La segunda carga de mortero estallo en algun lugar detras de ellos. Subieron al furgon y partieron riendo y gritando como ninos.

Harvey sabia que aquello no era una gran victoria, pero habia sido lo mejor del dia. Ya no tenian que detenerse, hasta que llegaran a la siguiente barrera, un afluente del rio Tule. Seria una barrera formidable una vez que hubieran volado el puente. Aquello deberia detener a la Nueva Hermandad, pues mas alla estaban las colinas que senalaban la entrada a la fortaleza. El Tule era su linea defensiva mas importante.

Salieron de una curva y bajaron hacia el valle del Tule... No encontraron el puente. Ya habia sido volado.

Harvey se acerco a las ruinas del puente y miro el rio crecido. Tenia treinta metros de anchura, era profundo y corria velozmente.

—?Eh! —grito.

Al otro lado del rio, uno de los policias de Hartman salio de su escondite detras de unos troncos.

—Dijeron que habiais muerto —les dijo.

—?Que hago ahora? —pregunto Harvey.

—Sea lo que sea, hazlo rapido —dijo Marie—. No deben estar muy lejos de nosotros...

—Id corriente arriba —grito el policia—. Tenemos hombres alla arriba. No os olvideis de avisar por radio de vuestra llegada.

—De acuerdo. —Harvey hizo girar el furgon y enfilo la carretera del condado en direccion a la reserva india Tule—. Pon en marcha la radio —le dijo a Marie—. Diles que los informes de nuestra muerte han sido muy exagerados.

A un par de kilometros la carretera cruzaba el rio Tule. Una docena de hombres trabajaban con palas en los cimientos del puente. Harvey se aproximo cautelosamente, pero ellos le saludaron con la mano. Se acerco hasta detenerse.

Parecian rancheros, pero estaban mas morenos y no parecian sufrir los efectos de varios meses sin luz solar. Harvey se pregunto si la falta de vitamina D podria afectarles. La vida en un medio frio y nuboso producia palidez.

Uno de los trabajadores dejo de cavar y se acerco al furgon.

—?Es usted Randall?

—Si. Oiga, la Nueva Hermandad debe estar detras de nosotros...

—Sabemos donde estan —dijo el hombre—. Alice puede verlos, y tenemos una radio. Tiene usted que subir a la montana Turtle y ayudarla a observar. Busque un lugar donde pueda ver el valle sin dejar de estar en comunicacion con ella por radio.

—De acuerdo. Gracias. Me alegro de que esten de nuestro lado.

El indio sonrio.

—Yo creo que son ustedes los que estan de nuestro lado. Buena suerte.

Su anterior buen humor se habia desvanecido. Avanzaron por una carretera cada vez mas dificil, llena de barro, rocas caidas y surcos profundos. Harvey conecto la traccion trasera del furgon. A medida que ascendian todo el valle aparecio ante su vista. Hacia el sudoeste estaba el ramal sur del Tule, y el cruce de la carretera y el puente que acababan de abandonar. El afluente se dirigia al noroeste, hacia los restos del lago Success, donde se unia con el Tule.

Unas colinas separaban los ramales del Tule. Eran las colinas que defendian la fortaleza. Desde el lugar en que se encontraban Harvey y Marie podian ver la linea defensiva del jefe de policia Hartman: trincheras, pozos de tiradores y bunkeres construidos con troncos. Hacia el sur del valle las defensas eran menos compactas, y no parecian adecuadas. Solo las colinas altas daban la impresion de estar bien defendidas. Harvey penso que era una clasica defensa encostrada. El enemigo solo tenia que perforarla y no habria nada que pudiera detener su invasion de toda la fortaleza.

Al oscurecer resulto claro el plan del enemigo. Trajeron sus camiones, las tropas se atrincheraron y

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