kilometros hora. ?De acuerdo?

— Esto se halla muy cerca de la media de mi serie de posibilidades.

?Cual es esta media?

— Setenta y siete punto uno cuatro.

Esta bien. Crei que era mas alto… ?Quieres enganarme? No serviria de nada. Sin embargo, no te permitire cambiar los datos si te equivocas.

— No podras impedirlo si lo exige mi conciencia observo Faivonen.

?Quieres decir que haces esto para recordarme que controlas todas nuestras acciones? Me parece tonto.

— No habia pensado en esto. Gracias.

— Me pregunto si realmente es cierto.

Faivonen no respondio, aunque la ultima observacion del diamante le habia sobresaltado de manera considerable. Callo y recogio su equipo para la reanudacion del viaje. Los soles daban vueltas en el horizonte, ocultandose primero tras unos acantilados y despues tras otros.

Unas noventa horas mas tarde el recorrido volvio a animarse, sin necesidad de apuestas. Sobre un espacio de unos dos kilometros, el suelo duro del valle se humedecio, despues se mostro mojado, y finalmente quedo cubierto con una capa de escarcha. El primer pensamiento del hombre fue un enfriamiento de la radiacion, aunque no habia habido verdadera noche. Luego, observo que la escarcha se extendia por igual en ambos lados del valle, incluso ascendiendo por las paredes, como si algo hubiese descendido por alli, enfriandolo todo, para volver a retirarse. El hecho de que los cristales de escarcha fuesen tan profundos en la parte inferior de los ramajes y sobre las rocas, implicaba lo mismo: que todo se habia enfriado por un proceso distinto de una radiacion.

— Esto es bueno aprobo Faivonen —. ?Alguna idea?

— Claro contesto Beedee. Esto estrecha mi serie de soluciones posibles en mas del noventa y cinco por ciento.

— ?Y donde deja a mi apuesta?

Vas muy adelantado. Te hallas cincuenta veces mas en peligro de lo que yo habia calculado.

?De veras? ?Te refieres a que debemos regresar ahora mismo?

— Deberia darte un consejo. En realidad, mi calculo sigue siendo muy incierto en vista de las incognitas que nos aguardan en fisiografia. Si quieres correr el riesgo de aprender mas hechos interesantes, yo tambien.

?Pero que produce esta escarcha? ?Y por que tarda tanto en fundirse, incluso con el brillo de los soles?

Antes de contestar a esta pregunta, he de hacerte una que se refiere a tu esposa. ?Te importa?

— Adelante asintio Faivonen, tras una breve vacilacion.

— Fue un deseo claramente expresado por ella que yo no deberia solucionarle ningun problema que pudiese solucionar por si misma. Tal vez no lo dijo con estas palabras, pero no deseaba depender tanto de mi. Se sentia culpable por haberme traido a Medea.

Pensaba que los colonizadores no debian depender de nada que no pudieran producir o fabricar aqui. Si tu compartes sus puntos de vista, yo no puedo responder a tu pregunta. Se que tienes datos suficientes, y criterio bastante para hallar tu mismo la solucion.

Faivonen medito en silencio unos segundos. Deseaba enfrentarse solo con el problema, pues esto le ayudaria a combatir el aburrimiento de coleccionar datos. Sin embargo, estaba menos seguro de la opinion de Ruta, expresada en terminos generales. Beedee, pese a la necesidad de independencia, era altamente importante para la colonia, pues tenia en su memoria la mayor parte de los datos obtenidos en Medea. Algunos del grupo se habian opuesto a permitir que aquel objeto estuviera en los viajes de exploracion, y habian cedido solamente por el hecho de que, a traves de los sentidos del diamante, era posible reunir mucha mas informacion. Algunos miembros de la tripulacion del Faharnu se habian mostrado mas preocupados por el diamante que por Faivonen, cuando desembarcaron.

Si, como decia Beedee, el peligro era mayor ahora, tal vez lo mas sensato fuese regresar y llevar a la colonia toda la informacion obtenida.

Por otra parte, estaba seguro de que el diamante afirmaria que los datos conseguidos aumentarian de valor si podian saber algo mas de la zona: la meteorologia local especialmente, que proporcionaria pistas respecto a las condiciones de la cara fria, que, de otro modo, tal vez se tardarian varios anos en obtener, tanto de alli como de cualquier otro lugar. No se trataba solamente de saciar la sed de informacion que atosigaba siempre a Beedee, sino que el clima de Medea podia ser literalmente asunto de vida o muerte para la humanidad del satelite. Era imposible reunir tal informacion sin riesgo, y este conocimiento era en si mismo la vida.

Esta bien asintio finalmente. Yo mismo buscare la solucion. Vamonos.

Beedee aprobo esta decision.

Los soles iban fundiendo lentamente la escarcha de las ramas y de las hojas de los arbustos, pero esta fusion era mas lenta todavia en la capa que recubria el suelo y las rocas. Era probable que esta ultima capa se hubiera helado a considerable profundidad, lo que a su vez sugeria una perdida de calor mas conductivo que radiactivo. Faivonen, por el momento, no podia figurarse nada mas. El unico cambio observado en diez kilometros de camino era una escarcha mas espesa, con senales de nieve, montones de cristales que aparentemente habian sido enviadas a zonas abrigadas por los vientos que recorrian el valle, y luego, de manera extrana, habian producido cristales de escarcha encima. Segun Beedee la distincion entre el material procedente de alguna parte y la que se habia formado en el sitio era bien definida, cosa que el mismo Faivonen podia ver con claridad.

No veia, en cambio, la situacion fisica que producia tal fenomeno. No habia habido nubes en muchos kilometros de firmamento, y era dificil comprender como habia podido caer nieve sin nubes. Por otra parte, era dificil comprender como podia existir suficiente radiacion de enfriamiento si habia nubes. Una breve nevada, posiblemente, seguida por un despeje rapido del cielo, explicaria por que el y Beedee no habian reparado en la pequena nevada. Este fenomeno habria formado parte de un sistema de exploracion: un frente climatico; y el por que tal cosa podia haberse adelantado o retrocedido, o extinguirse dentro del radio de unos pocos kilometros del ultimo campamento, era tambien muy dificil de entender. No habia habido una sola nube; lo unico que ambos viajeros habian visto en el cielo, desde que los soles ya no se ponian, eran los globos.

Estos habian flotado en numero creciente, a veces hacia la bahia, a veces adelantando a los viajeros hacia la cara fria. Las mareas, si los vientos eran realmente un fenomeno de las mareas, parecian favorecer el alejamiento de Argo.

Los globos parecian flotar cada dia a menos altura. Unas cien horas antes, algunos solo habian estado a pocas decenas de metros de altura; ahora, la mayoria rozaban practicamente el suelo escarchado. Faivonen penso que podria atrapar a una de tales cosas por sus raices rastreras, tentaculos o lo que fuesen. Luego, se le ocurrio que tambien podia suceder a la inversa. Sin embargo, como de costumbre, se nego a inquietarse.

Sugiero, Beedee interrumpio sus pensamientos, que examinemos algunas grietas o chimeneas del acantilado. De esta manera, quizas consigamos mas pruebas respecto a la naturaleza de esta extrana depresion calurosa.

De acuerdo, accedio el hombre. Mientras yo subo, tu podrias escrutar todo el valle en busca de vida animal. Estamos faltos de carne, y no puedo vivir indefinidamente solo de «queso». Es posible que esta helada haya alejado a los animales, o los haya impulsado a hibernarse o algo por el estilo.

Buena idea — concedio el diamante. Seria una lastima regresar, ahora que los datos empiezan a fluir con mas abundancia. Puedo predecir que, en los proximos diez kilometros, este valle duplicara al menos su anchura.

Puedo continuar sin comida si tienes razon, pero antes hay que explorar la chimenea.

La chimenea en cuestion era una hendidura clasica, que desde un metro se ensanchaba hasta dos en la pared del acantilado. Parecia empezar en el punto donde la roca se elevaba en vertical; probablemente continuaba tambien hacia abajo, pero esta parte quedaba oculta por los cascotes que formaban la base redondeada de la pared. Era necesario trepar mas de cien metros para estudiar lo que deseaban.

La subida costo unos cuantos minutos. Las numerosas rocas salientes que servian de peldanos estaban desgastadas, seguramente por el polvo o la arena acarreada por el viento, pero se hallaban encajadas con tanta firmeza que no ofrecian peligro alguno.

Crujiendo los cristales de escarcha bajo sus pies, Faivonen emprendio la ascension en zigzag sobre la roca desnuda. Desde aquel sitio logro seguir por un repecho de arenisca erosionada, que se dirigia directamente a la

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