chimenea.

El examen fue breve; la grieta estaba casi solidamente rellena por la escarcha.

No hay enfriamiento de radiacion — afirmo Faivonen categoricamente.

De acuerdo asintio Beedee.

Ya sabes que lo hizo — era una declaracion, no una pregunta. Creo que tengo una solucion unica para este aspecto del problema.

Y yo deberia ser capaz de encontrar la misma. Si. Posees ya todos los datos.

Faivonen medito profundamente mientras descendia al valle, pero no hallo ninguna solucion, ni unica ni siquiera valida. Finalmente, le obligo a olvidarse del problema el creciente apetito que tenia.

?Viste algunos animales mientras estabamos alli arriba? — le pregunto al diamante.

Ninguno, nada que se moviera por el valle. No lo mencione porque dijiste que avanzarias al menos otros diez kilometros por el valle.

Gracias. ?Cuales crees que son las probabilidades de hallar animales en esta zona helada?

No poseo informacion para formular un calculo aproximado.

?Podrian sobrevivir esos animales en las condiciones que tu juzgas fueron la causa de la helada?

No, al menos por medio de ninguna maquinaria fisiologica entre las encontradas.

Tecnicas como la hibernacion entranarian factores bioquimicos poco claros para un examen algo burdo, claro.

?Sobreviviria yo en esas condiciones?

— No.

— Pero podrias advertirme a tiempo para huir de ellas.

— Creo que si. Claro que hay variantes…

— Ya se que hay variantes, maldito seas. ?Quieres meterme en donde tenga que atrapar dos docenas de globos para que me ayuden a escapar?

— Dos docenas no bastarian, y tal vez tuvieses dificultades para conseguir su colaboracion…

— Basta. Sabes de sobra cuando soy un imaginativo.

— Nunca estoy seguro de ello. Era mucho mas facil juzgar a tu esposa…

— Calla.

Faivonen anduvo en silencio dos o tres kilometros. Al cabo de cinco minutos, comprendio que Beedee habia realizado un trabajo competente al cambiar de tema, y que el todavia ignoraba que riesgos corria, pero no veia la necesidad de insistir sobre aquel asunto, y estaba seguro de que el diamante no querria correr ningun peligro con su transporte. Poco a poco se sosego, hasta el punto de prestar atencion a su mision.

La escarcha se fundia por el lado mas proximo del valle, bajo el brillo fulgurante de los soles gemelos, un resplandor reducido por el hecho de que uno de ellos eclipsaba al otro. Argo, el verdadero manantial calorifero de su satelite, estaba demasiado bajo para ayudar en algo, aunque un ligero recodo del valle no hubiese bloqueado su radiacion del suelo del valle, a varias decenas de kilometros de distancia.

Cuando finalmente volvio a hablar con Beedee, no fue respecto a los riesgos personales.

?Cuanta informacion util crees que podemos conseguir recorriendo cien kilometros mas? Suponiendo que esto sea posible, claro — pregunto Faivonen —. Ya tenemos una idea acertada de la geologia local sin necesidad de excavar, y aun mejor respecto a la ecologia y la biologia. Naturalmente, cualquier informacion adicional siempre servira, en esto estoy de acuerdo contigo, aun cuando no te haya atosigado para obtener mas detalles precisos. Pero dime, por favor, ?no hemos llegado ya al punto en que es necesario regresar y comunicar todo lo que hemos averiguado?

En estos aspectos, tal vez si, fue la respuesta —. Mas la meteorologia sigue inquietandome. Tenemos que aprender mas cosas referentes a las mareas atmosfericas, que creo controlan todo lo que sucede en este valle. Si puedo examinarlas en detalle, opino que podemos saber mucho mas respecto a la fisiografia del lado frio de Medea, mucho mas de lo que podria aprenderse en muchos centenares de dias terrestres en Medea, trazando su mapa… si lograsemos llegar alli. Considero vital que continuemos avanzando por algun sitio.

— Sin pensar en los riesgos.

— No, claro. Yo hare lo que pueda para mantenerte informado sobre todo lo que pueda devolvernos sanos y salvos a la colonia, aunque, igual que tu, comprendo que una exploracion entrana riesgos. Al fin y al cabo, si bien estaba seguro de que buscarias a tu esposa y, precisamente por esto, me encontrarias, no estoy tan seguro de que alguien te buscase en esta parte del satelite.

Seguramente, te buscarian a ti.

— Lo dudo. Sullivan se sentiria terriblemente tentado a buscarme, pero no abandonaria su embarcacion. Y yo no apostaria mi conciencia a la probabilidad de que otro individuo del Fahamu viniese, aunque Sullivan deseara insertar tal viaje en el programa de la embarcacion. Me siento tan preocupado por tu seguridad como lo estaba por…

La maquina se interrumpio.

Faivonen sabia cual era la palabra que faltaba, asi como sabia que la interrupcion de la frase no era un error, sino otro acto deliberado por parte del diamante. Esta vez decidio no seguirle el juego.

De acuerdo. Continuaremos unas doce horas mas, a no ser que me aconsejes que retrocedamos. Y, por favor, manten tus sentidos alerta para descubrir animales. La situacion alimenticia va empeorando.

Beedee accedio a la demanda y ambos atravesaron otra docena de kilometros sin mas incidencias que la fusion de la escarcha y el cumplimiento de la profecia de Beedee respecto al ensanchamiento del valle. Finalmente se detuvieron a descansar. No tenian nada que comer, aparte del «queso», puesto que no habia vida animal; pero Faivonen encendio fuego, y con un poco de molestias excavo un hoyo para no dormir en el helado suelo. El viento empezo a contender con el calor de la manta y el saco de dormir. Los globos flotaban a gran velocidad, chocando a veces contra los arbustos.

— ?Supones que llegan tan lejos a causa de la baja temperatura? — inquirio el hombre.

No son razones fisicas tan simples. Una masa de hidrogeno u otro gas ligero sufriria la misma elevacion en una atmosfera determinada a cualquier temperatura. Esos globos no se han achicado, al parecer, y un descenso de la temperatura para cierto volumen, compartido por la atmosfera ambiental, aumentaria la elevacion. Naturalmente, si esas cosas pueden alterar la presion interna por medio de la contraccion muscular de sus bolsas o hacer algo semejante para elevar la temperatura interna, la serie de respuestas posibles queda grandemente ampliada. Seria interesante y util el examen detenido de una clase de esos globos.

— ?No se ha hecho ya?

— Si se ha hecho, nadie me lo ha comunicado. Esos globos quedaron relegados a segundo termino cuando se supo que no eran comestibles. Por mi parte, no aprobaria esta elevacion.

— Claro que no. Bien, lo investigaremos si podemos. Tu, vigila; yo voy a dormir algunas horas.

Faivonen se coloco los anteojos.

Se desperto cinco o seis horas mas tarde, terriblemente enfriado. Manteniendose lo mas abajo posible del hoyo que habia cavado, donde el viento soplaba con menos fuerza, aunque seguia molestando, Faivonen coloco encima de los restos de la hoguera la mayor parte del combustible que habia amontonado junto al hoyo para resguardarse del viento, y la encendio. Cuando llameo, se sento para que el calor penetrara mejor en su cuerpo. Entonces, la voz de Beedee… no, ?la voz de Ruta!. sono de pronto.

— ?Elisha!. ?Corre al acantilado y sube deprisa!. ?No pierdas tiempo Siendo humano, Faivonen perdio algun tiempo. Busco el equipo que habia dejado por el suelo, lo cual le costo un par de segundos. Mientras corria hacia el lado mas proximo del valle, anudandose aun todo el equipo, miro hacia el valle y perdio unos segundos mas.

A unos kilometros de distancia (no pudo calcularlo con exactitud) una nube blanca bastante difusa se acercaba a ellos. Iba extendiendose por toda la anchura del valle.

Su superficie superior estaba bien definida, pero el hombre pudo mirar hasta muy lejos por la parte inferior. Su altura en aproximadamente la mitad de la de los acantilados.

Desde el suelo no pudo calcular su velocidad, pero tuvo la fuerte impresion de que se acercaba rapidamente. La opinion de Beedee era que se trataba de algo peligroso, opinion seguramente acertada, y Faivonen acelero la carrera.

Estaba ya a corta distancia del sitio donde los guijarros le obligaron a acortar la marcha. Poco despues, llego a una altura desde la que pudo juzgar la distancia y la velocidad de aquella amenaza. La informacion recibida

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