– Ojala tuviera una actitud firme -le dijo a la amiga del viaje por Europa.

– Pero si la tiene -replico la amiga, que era una persona de ideas claras-. El sabe lo que quiere, y el problema es que tu no. Ya se que no es agradable poner punto final a las cosas, pero no entiendo por que tiene que hacerte el todo el trabajo sucio, sobre todo si no quiere que se haga. Con respecto a las cartas anonimas, me parece ridiculo prestarles la menor atencion.

A su amiga le resultaba facil hablar asi, pues llevaba una vida activa y laboriosa, sin puntos vulnerables.

– Peter dice que deberia tener una secretaria que las cribara.

– Pues me parece muy practico -dijo la amiga-. Pero supongo que, como es un consejo suyo, encontraras alguna razon ingeniosa para no seguirlo.

– No soy tan mala -replico Harriet, y contrato a una secretaria.

Asi siguieron las cosas durante varios meses. Harriet no volvio a hacer ningun esfuerzo por discutir sobre las exigencias del corazon frente a las del cerebro. Ese tipo de conversaciones desembocaban en un Peligroso intercambio de personalidades en el que Peter, con un ingenio mas vivo y mayor autocontrol, siempre podia acorralarla sin ponerse en evidencia. Solo con una aspereza brutal lograba que el bajara la guardia, y empezaba a tener miedo a esos feroces impulsos.

En el interin no recibio noticias de Shrewsbury College, salvo que un dia del bimestre de otono aparecio un parrafo en uno de los diarios mas estupidos de Londres sobre una «novatada de estudiantas» en el que se informaba al mundo de que alguien habia encendido una hoguera con las togas en el patio de Shrewsbury y de que «la senora jefa» estaba tomando medidas disciplinarias. Por supuesto, las mujeres siempre eran noticia. Harriet escribio una acida carta al periodico, senalando que «estudiante» o «alumna» serian terminos mas apropiados que «estudiantas» y que la forma correcta de denominar a la doctora Baring era «rectora». Lo unico que consiguio fue la publicacion de una carta al director del periodico encabezada como «Damas universitarias» y una referencia a «las encantadoras chicas universitarias».

Le explico a Wimsey -daba la casualidad de que era la persona del genero masculino que tenia mas a mano para ensanarse- que esas ordinarieces eran la tipica actitud del hombre medio hacia las inquietudes intelectuales de las mujeres. El replico que los malos modales le daban asco en toda ocasion, pero ?acaso era peor que en un titular mencionaran a los monarcas extranjeros solamente con el nombre de pila?

No obstante, unas tres semanas antes del final del bimestre de Pascua, Harriet tuvo que volver a atender asuntos de la universidad, de una forma mas personal y mas alarmante.

Febrero se aproximaba a marzo sollozante y lacrimoso cuando recibio una carta de la decana.

Querida senorita Vane:

Me dirijo a usted para preguntarle si podria venir a Oxford para la apertura de la nueva ala de la biblioteca, que sera inaugurada por el rector el proximo jueves. Como bien sabe, esta ha sido siempre la fecha oficial de apertura, si bien teniamos la esperanza de que los edificios estuvieran habitables al comienzo del curso, pero entre el conflicto en la empresa del contratista y la inoportuna enfermedad del arquitecto, nos retrasamos terriblemente, de modo que estara listo justo a tiempo. En realidad, la decoracion interior frente a la planta baja todavia no esta acabada, pero, francamente, no podiamos pedirle a lord Oakapple que cambiase la fecha, porque es un hombre muy ocupado y, al fin y al cabo, lo principal es la biblioteca, no las instalaciones para las profesoras, por mucho que las pobres necesiten un refugio.

Estamos impacientes por su llegada -me refiero a la doctora Baring y a mi-, si puede encontrar un hueco entre los innumerables compromisos que sin duda tendra. Nos alegraria mucho contar con su consejo sobre algo sumamente desagradable que esta ocurriendo aqui. No es que esperemos que una autora de novelas policiacas sea policia, pero se que usted ha participado en una investigacion real y estoy segura de que sabe mucho mas que nosotras de como encontrar malhechores.

?No vaya a pensar que nos estan asesinando en la cama! En cierto sentido, no estoy muy segura de que no resultara mas facil enfrentarse a «un asesinato claro y limpio». Lo cierto es que somos victimas de una mezcla de Poltergeist y anonimos insultantes, y ya se puede imaginar lo repugnante que le resulta a todo el mundo. Creemos que las cartas empezaron a llegar hace cierto tiempo, pero al principio nadie les presto demasiada atencion. Supongo que todo el mundo recibe mensajes anonimos de mal gusto de vez en cuando, y aunque algunas de esas barbaridades no han llegado por correo, en un lugar como este nada impide que cualquiera entre en la conserjeria o incluso en el college y las deje, pero la destruccion gratuita de la propiedad es otra historia, y el ultimo ataque ha sido tan abominable que algo hay que hacer. La Prosodia inglesa de la pobre senorita Lydgate (usted vio la monumental obra, aun en proceso de redaccion) ha quedado desfigurada y mutilada de la forma mas repulsiva que se pueda imaginar, algunos manuscritos importantes han sido destruidos por completo, y tendra que reescribirlos desde el principio. La pobrecilla estuvo a punto de echarse a llorar, y lo mas preocupante es que tenemos la impresion de que hay que responsabilizar a alguien del college. Suponemos que alguna alumna esta resentida con el claustro, pero tiene que ser algo mas que rencor; debe de ser una especie de chifladura espantosa.

No nos atrevemos a llamar a la policia… Si hubiera visto las cartas comprenderia que no conviene airearlas, y usted sabe como funcionan estas cosas. Supongo que habra reparado en ese despreciable periodico que hablaba sobre la hoguera del pasado noviembre. No llegamos a descubrir quien lo hizo, y naturalmente, pensamos que se trataba de una broma absurda, pero ahora nos estamos planteando si no formaria parte de un plan.

Por tanto, si pudiera concedernos un poco de su tiempo y del fruto de su experiencia, le quedariamos sumamente agradecidas. Debe de existir una forma de sobrellevarlo… Desde luego, no podemos seguir con semejante acoso, pero es una tarea tremendamente dificil descubrir nada en un sitio como este, con ciento cincuenta alumnas y todas las puertas abiertas dia y noche.

?Lamento que sea una carta un tanto incoherente, pero es que parece que todo apremia, con la inauguracion a la vuelta de la esquina, las pruebas de seleccion y el papeleo de las becas revoloteando como hojas en Vallombrosa! Con la esperanza de verla el proximo jueves, se despide atentamente,

LETITIA MARTIN

?Que curioso! Justo lo que hacia falta para causar el mayor dano imaginable a las mujeres universitarias, no solo en Oxford, sino en todas partes. Por supuesto, en cualquier comunidad se corre el riesgo de albergar a alguien indeseable, pero evidentemente, los padres no estarian dispuestos a enviar a sus inocentes criaturas a ciertos lugares en los que proliferasen las anomalias psicologicas. Aunque aquella campana difamatoria no desembocara en un autentico desastre (y nunca se sabe hasta donde puede llegar la gente al sentirse acosada), sacar a relucir los trapos sucios no era precisamente lo que mas podia favorecer a Shrewsbury. Porque, aunque quiza nueve decimas partes del barro no se lanzara al azar, el resto facilmente podia dragarse del fondo del pozo de la verdad, y no habria quien lo limpiara.

?Quien iba a saberlo mejor que ella? Sonrio con sarcasmo ante la carta de la decana. «El fruto de su experiencia»… Si, claro. Aquellas palabras habian sido escritas de una forma totalmente inocente, por supuesto, y sin la menor intencion de hurgar en la herida. A la senorita Martin no se le habria pasado por la cabeza escribir cartas insultantes a una persona que habia sido absuelta del delito de asesinato, como tampoco se le habria ocurrido que pedir consejo a la senorita Vane para enfrentarse con aquel problema era como mentar la soga en casa del ahorcado. Se trataba simplemente de uno de esos ejemplos de falta de tacto al que son tan proclives las mujeres cultas y enclaustradas, alejadas del mundanal ruido. La decana se habria quedado horrorizada si hubiera sabido que, por humanidad, Harriet era la ultima persona a la que se deberia haber recurrido para semejante asunto, y que incluso, en el propio Oxford, en el propio Shrewsbury College…

En el propio Shrewsbury College, y en la celebracion de fin de curso. Ahi estaba la cuestion. La carta que Harriet habia encontrado en una manga la habian puesto en Shrewsbury College y en la noche de la celebracion. No solo eso; tambien estaba el dibujo que habia recogido en el patio. ?Formaba parte alguna de esas cosas, o ambas, de su lamentable disputa con el mundo? ?O mas bien habria que relacionarlas con el posterior estallido de violencia en el college? Parecia inverosimil que Shrewsbury hubiese albergado a dos locas de mente calenturienta en tan rapida sucesion, pero si aquellas dos locas eran una y la misma, las consecuencias eran alarmantes, y ella

Вы читаете Los secretos de Oxford
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ОБРАНЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату