habitacion de la senorita Chilperic antes de marcharme, de modo que no habria tenido dificultad para recoger el manuscrito en la biblioteca.

– Pero si tiene coartada para el momento en que las pruebas se dejaron en la sala del profesorado -replico Harriet.

– No, ni siquiera para eso -dijo la senorita Lydgate-. Vine en el primer tren y llegue cuando todo el mundo estaba en la capilla. Tendria que haber sido muy rapida para correr hasta la sala de profesoras, tirar dentro las pruebas y volver a mis habitaciones antes de que se descubriera lo ocurrido, pero supongo que podria haberlo hecho. En cualquier caso, preferiria que se me tratase igual a que a las demas.

– Gracias -dijo la rectora-. ?Hay alguien que no piense lo mismo?

– Estoy segura de que todas pensamos lo mismo -respondio la decana-. Pero estamos pasando por alto a un grupo de personas.

– Las alumnas actuales que estuvieron en la celebracion -dijo la rectora-. Bien. ?Que ocurre con ellas?

– He olvidado quienes eran exactamente, pero creo que la mayoria estaban preparandose para los examenes de la facultad y q ya han terminado. Ya lo vere en las listas. Y, ah, claro, tambien estaba la senorita Cattermole, para presentarse al primer examen de la licenciatura… por segunda vez.

– Ah, si, Cattermole -dijo la administradora.

– ?Y la que iba a examinarse para la licenciatura… como llama? Hudson, ?no? ?No estaba aqui todavia?

– Si -contesto la senorita Hillyard.

– Deben de estar en segundo y tercero, supongo -dijo Harriet-. Por cierto, ?se sabe quien es el «joven Farringdon» de la nota dirigida a la senorita Flaxman?

– Ahi esta -dijo la decana-. El joven Farringdon es alumno de… New College, creo, y estaba prometido a Cattermole cuando empezaron sus estudios, pero ahora esta prometido a Flaxman.

– ?En serio?

– Sobre todo, creo, o en parte, a consecuencia de esa carta. Segun me han contado, la senorita Flaxman acuso a la senorita Cattermole de haberla enviado y se la enseno al senor Farringdon, con el resultado de que el caballero rompio el compromiso e hizo objeto de sus afectos a Flaxman.

– No es muy bonito que digamos -dijo Harriet.

– No, pero no creo que el compromiso con Cattermole fuera mucho mas que un acuerdo entre familias, y el nuevo compromiso no mucho mas que el reconocimiento del fait accompli. Supongo que ha habido cierto revuelo en segundo por esta historia.

– Comprendo -dijo Harriet.

– La cuestion que sigue planteandose es que medidas vamos a tomar -dijo la senorita Pyke-. Hemos pedido consejo a la senorita Vane y, personalmente debo reconocer, sobre todo en vista de lo que hemos oido esta tarde, que es sobradamente necesario que una persona de fuera nos preste ayuda. Decididamente, no es recomendable recurrir a la policia, pero ?puedo preguntar si, en la fase en la que nos encontramos, se esta sugiriendo que la senorita Vane inicie personalmente una investigacion? ?O que, por el contrario, ella nos proponga que pongamos el asunto en manos de un detective privado? ?O que?

– Me encuentro en una situacion muy incomoda -contesto Harriet-. Estoy dispuesta a prestar cuanta ayuda pueda, pero supongo que comprenderan que esta clase de indagaciones suelen llevar mucho tiempo, sobre todo si el investigador tiene que ocuparse de ellas sin la colaboracion de nadie. Es casi imposible vigilan o controlar eficazmente un sitio como este, donde la gente entra sale a todas horas. Haria falta una pequena brigada de detectives, aunque se hicieran pasar por criadas o alumnas, podria resultar muy embarazoso.

– ?No se pueden obtener pruebas materiales examinando los propios documentos? -pregunto la senorita Pyke-. Hablando solo por mi misma, estaria dispuesta a que me tomaran las huellas dactilares o a someterme a cualquier otra medida de precaucion que se considerase necesaria.

– Me temo que lo de las huellas dactilares no es tan facil como parece en los libros. Es decir, naturalmente que se podrian tomar las huellas del claustro, e incluso de las sirvientas, aunque no les haria mucha gracia, pero dudo que se encontraran huellas distinguibles en un papel tan basto. Y ademas…

– Ademas -interrumpio la decana-, cualquier malhechor sabe hoy en dia lo suficiente sobre huellas dactilares para ponerse guantes.

– Y si no lo sabiamos, ya nos hemos enterado -dijo la senorita De Vine con cierta crudeza, interviniendo por primera vez.

– ?Santo cielo! -exclamo la decana impetuosamente-, me habia olvidado que nosotras estamos metidas en esto.

– ?Ven lo que queria decir con que no era conveniente que discutieramos demasiado abiertamente los metodos de investigacion? -dijo la rectora.

– ?Por las manos de cuantas personas han pasado esos documentos? -pregunto Harriet.

– Por las de bastantes, creo -contesto la decana.

– Pero ?no se podria registrar…? -empezo a decir la senorita Chilperic.

Era la profesora mas joven, una muchacha timida de baja estatura y piel blanca, tutora auxiliar de lengua y literatura inglesas, conocida sobre todo por estar prometida a un joven profesor de otro college. La rectora la interrumpio.

– Por favor, senorita Chilperic. Esa es precisamente la clase de sugerencia que no se debe hacer aqui. Podria tomarse como un aviso.

– Esta situacion es intolerable -dijo la senorita Hillyard y miro airada a Harriet, como si ella fuera responsable de la situacion, lo que de algun modo era cierto.

– A mi me parece que ahora que hemos pedido a la senorita Vane que venga a aconsejarnos, nos resulta imposible seguir su consejo, ni siquiera saber en que consiste -dijo la tesorera-. Es una situacion de opereta.

– Hemos de ser sinceras hasta cierto punto -dijo la rectora-. ?Aconseja usted un detective privado, senorita Vane?

– No uno normal y corriente -contesto Harriet-. No les gustaria nada, pero conozco una organizacion en la que se puede encontrar a la persona adecuada y la mayor discrecion posible.

Porque acababa de recordar la existencia de una tal senorita Katherine Climpson, que dirigia lo que en apariencia era una agencia de mecanografia pero que en realidad era una eficiente organizacion de mujeres que se dedicaban a realizar pequenas investigaciones de vez en cuando. La agencia se autofinanciaba, pero Harriet sabia que detras estaba el dinero de Peter Wimsey. Era una de las pocas personas que lo sabian en todo el reino.

La tesorera tosio.

– La factura de una agencia de detectives resultaria un tanto extrana en la contabilidad anual -dijo.

– Creo que eso podria arreglarse -intervino Harriet-. Conozco esa organizacion personalmente. Quiza no haya que pagarles nada.

– Eso no estaria bien -dijo la rectora-. Por supuesto que le pagarian sus honorarios. Yo, personalmente, me encargaria ello de buena gana.

– Tampoco eso estaria bien -intervino la senorita Lydgate-. No nos gustaria una cosa asi.

– Quiza pueda averiguar a cuanto ascenderian los honorarios -sugirio Harriet.

La verdad era que no tenia ni idea de como funcionaba esa parte del asunto.

– No se perderia nada por preguntar -dijo la rectora-. Mientras tanto…

– Si me permite una sugerencia -dijo la decana-, yo pondria que se entregaran las pruebas a la senorita Vane, ya que la unica de las aqui presentes sobre la que no pueden recaer sospechas. Quiza quiera consultarlo con la almohada y darle un informe por la manana. Bueno, no por la manana, a causa de lord Oakapple y la inauguracion, pero si manana en un momento dado.

– De acuerdo -dijo Harriet en respuesta a la mirada interrogativa de la rectora-. Eso hare. Y si se me ocurre como, hare todo lo posible por ayudar.

La rectora le dio las gracias y anadio:

– Todas somos conscientes de lo delicado de la situacion, estoy segura de que haremos lo posible para contribuir a aclararla. Y me gustaria decir lo siguiente: que pensemos lo que pensemos y sintamos lo que sintamos, es de suma importancia descartar, dentro de lo posible, toda vaga sospecha y tener especial cuidado a la hora de decir algo que pueda interpretarse como una acusacion contra alguien. En una comunidad cerrada como la nuestra, nada podria perjudicar mas que un ambiente de desconfianza reciproca. Insisto en que tengo

Вы читаете Los secretos de Oxford
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату