absoluta confianza en todo el claustro. Intentare mantener una actitud abierta, y cuidare de que mis colegas hagan otro tanto.

Las profesoras expresaron su conformidad, y acabo la reunion.

– ?Vaya! -exclamo la decana, mientras Harriet y ella salian al patio nuevo-. Es la reunion mas desagradable a la que he asistido en mi vida. ?Hija, ha sido usted un autentico bombazo!

– Eso me temo, pero ?que podia hacer?

– Desde luego, no podia haber hecho otra cosa. ?Ay, Dios! Para la rectora es muy facil hablar de una actitud abierta, pero todas nos vamos a sentir fatal preguntandonos que pensaran las demas y si no parecemos un poco chifladas. Lo mas terrible es la mezquindad.

– Lo se. Por cierto, me niego en redondo a sospechar de usted, decana. Es usted la persona mas cuerda que he conocido en mi vida.

– Me parece que eso no es mantener una actitud abierta, pero de todos modos le agradezco sus amables palabras. Tampoco se puede sospechar de la rectora ni de la senorita Lydgate, ?no?, pero supongo que sera mejor que no diga ni siquiera eso. Es que si no, por eliminacion… ?Dios mio! ?Por todos los santos!, ?es que no podemos encontrar a alguien de fuera con una coartada a toda prueba a punto de romperse?

– Esperemos que si. Y, por supuesto, hay que ocuparse de esas dos alumnas y de las criadas.

Se detuvieron ante la puerta de la decana y entraron. La senorita Martin atizo el fuego con furia en el salon, se sento en un sillon y se quedo mirando las llamas saltarinas. Harriet se acurruco en un sofa, contemplando a la senorita Martin.

– Vamos a ver -dijo la decana-. Mas vale que no me cuente demasiado de lo que usted piensa, pero no hay razon alguna para que cualquiera de nosotras no le cuente lo que piensa, ?no? Pues bien, vamos al meollo de la cuestion. ?Cual es el objetivo de este acoso? No parece un resentimiento personal contra nadie en concreto. Es una especie de odio ciego contra el college en pleno. ?Que se esconde detras?

– Pues podria ser alguien que piensa que el college como entidad la ha ofendido, o podria tratarse de un resentimiento personal que se enmascara como ataque general. O alguien con la mania de crear problemas por simple diversion, que es normalmente la raiz de esta clase de sucesos, si es que se puede considerar una razon.

– En ese caso es una simple chifladura, como esos ninos pesados que se dedican a tirar muebles o los sirvientes que se hacen pasar por fantasmas. Y hablando de sirvientes, ?cree usted que podria haber algo de cierto en la idea de que lo mas probable es que sea alguien de esa clase de personas? Desde luego, la senorita Barton se negaria a aceptarlo, pero es que algunas de las palabras que utilizan son de lo mas ordinario.

– Si, pero no hay ni una sola cuyo significado no conozca yo, por poner un ejemplo -replico Harriet-. Se que cuando hasta la persona mas mojigata que pueda imaginarse se encuentra bajo los efectos de la anestesia es capaz de utilizar el vocabulario mas extrano del mundo, por el subconsciente… Es mas; cuanto mas mojigatos, mas ordinarios.

– Es verdad. ?Se ha fijado en que no hay ni una sola falta de ortografia en todo ese monton de notas?

– Claro que me he fijado, y eso puede apuntar a la autoria de una persona bastante culta, si bien no se podria aplicar necesariamente lo contrario, es decir, que a veces las personas cultas cometen faltas de ortografia adrede, de modo que eso no prueba gran cosa, pero no cometer faltas resulta mas dificil si no surge de una forma natural. Bueno, no lo estoy explicando muy bien.

Claro que si. Alguien con buena ortografia puede hacerse pasar por lo contrario, mientras que alguien con mala ortografia no puede hacerlo, igual que yo no podria hacerme pasar por matematica.

– A lo mejor consulta un diccionario.

– Pero tendria que poseer los suficientes conocimientos para ser sensible al diccionario, como se diria en la nueva jerga. ?No es un poco estupida quien nos envia esas cartas anonimas con una ortografia perfecta?

– No lo se. La persona culta a veces simula muy mal las faltas de ortografia: comete errores en palabras muy faciles y escribe bien las dificiles. Creo que es mas prudente no presuponer nada.

– Comprendo. Con esto nos inclinamos a excluir a las criadas… pero probablemente escriben mejor que nosotras. Muchas estan mejor educadas que nosotras, y desde luego, visten mejor, pero eso no viene al caso. Estoy empezando a decir tonterias. Digame que me calle.

– No esta diciendo tonterias -replico Harriet-. Lo que dice es la pura verdad. No veo que se pueda excluir a nadie, de momento.

– ?Y que ha sido de los periodicos mutilados? -pregunto la decana.

– Esto no puede ser -dijo Harriet-. Es usted demasiado astuta. Precisamente es una de las cosas que me estaba preguntando yo.

– Es que ya nos hemos metido con eso -replico la decana con tono de satisfaccion-. Hemos examinado los periodicos de la sala de estudiantes y de profesoras desde que llego a nuestro conocimiento este asunto, es decir, mas o menos desde el principio de este bimestre. Antes de que los reduzcan a pulpa, los examinamos todos, con la lista, para ver si hay algo recortado.

– ?Quien se encarga de eso?

– Mi secretaria, la senorita Goodwin. Creo que no la conoce. Vive en el colegio durante el curso. Es una chica encantadora, bueno, mas bien una mujer encantadora. Se quedo viuda, con muy poco dinero, y tiene un nino de diez anos en un colegio privado de primaria. Cuando murio su marido, que era maestro, se puso a estudiar secretariado y le fue muy bien. Para mi es sencillamente impagable, y de lo mas meticulosa y fiable.

– ?Estuvo aqui la noche de la celebracion?

– Por supuesto, pero… ?Dios santo! ?No pensara que ella…? ?Es absurdo, hija mia! Si es la persona mas cuerda y sencilla del mundo… Y ademas esta muy agradecida al college por haberle dado trabajo, y desde luego, no querria correr el riesgo de perderlo.

– De todos modos, tenemos que incluirla en la lista de posibles sospechosas. ?Cuanto tiempo lleva aqui?

– Vamos a ver… casi dos anos. No habia pasado nada hasta noche de la celebracion, y ya llevaba aqui un ano.

– Pero las profesoras y las criadas que viven en el college llevan aqui aun mas tiempo, al menos la mayoria. No podemos hacer excepciones. ?Y las demas secretarias?

– La secretaria de la rectora, la senorita Parsons, vive en las habitaciones de su jefa. Las secretarias de la administradora y de la tesorera viven fuera, asi que podemos descartarlas.

– ?La senorita Parsons lleva aqui mucho tiempo?

– Cuatro anos.

Harriet apunto los nombres de la senora Goodwin y de la senorita Parsons.

– Creo que por el bien de la senora Goodwin deberiamos volver a examinar esos periodicos. No es que tenga mucha importancia, porque si quien escribe los anonimos sabe que se estan examinando los periodicos, no los usara. Y supongo que lo sabra, por las molestias que se han tomado en recogerlos.

– Es muy probable. Ese es el problema, ?no?

?Y los periodicos de la gente?

Naturalmente, eso no podemos controlarlo. Hemos vigilado todo lo posible las papeleras. Nunca se destruye nada, ?sabe? Se recoge todo en sacos, por una cuestion de economia, y se envia a los fabricantes de papel o lo que sean, que dan dinero por el papel viejo. El bueno de Padgett tiene ordenes de revisar los sacos… pero es una tarea tremenda. Y claro, como ademas hay chimeneas en todas las habitaciones, ?por que iba nadie a dejar pruebas?

– ?Y las togas que quemaron en el patio? Debio de llevar su trabajo. Seguro que tuvo que hacerlo mas de una persona.

– No sabemos si forma parte de la misma historia. Unas diez o doce personas habian dejado sus togas en diversos sitios, como se suele hacer antes de la cena del domingo. Unas estaban en el portico del Queen Elizabeth, otras al pie de las escaleras del comedor y asi sucesivamente. La gente las deja tiradas por ahi hasta que entra en la capilla. -Harriet asintio; la capilla de los domingos era a las ocho menos cuarto, y obligatoria. Ademas, era una especie de reunion para dar avisos-. Bueno, pues cuando sono la campana, no encontraron las togas y no pudieron entrar en la capilla. Todo el mundo penso que se trataba de una broma, pero en mitad de la noche alguien vio un resplandor en el patio, y resulta que era una alegre fogata de popelina. Habian empapado las togas con gasolina y ardian estupendamente.

– ?De donde sacaron la gasolina?

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