– Era una lata que tiene Mullins para su motocicleta. ?Recuerda a Mullins, el portero de Jowett? Guarda el vehiculo en un pequeno cobertizo en el jardin de la conserjeria, y no lo cerraba con llave. ?Por que iba a hacerlo? Ahora si, pero ya no sirve de nada. Podria haberla cogido cualquiera. Ni su esposa ni el oyeron nada al haberse retirado a descansar decentemente. La hoguera se inicio en medio del patio viejo y dejo un feo claro quemado en el cesped Un monton de gente salio corriendo cuando se avivaron las llama radas, y quienquiera que lo hiciera probablemente se mezclo con la multitud. Las victimas fueron cuatro togas de dos licenciadas, dos de investigadoras y las demas de alumnas, pero no creo que las eligieran. Simplemente estaban por ahi.
– Me pregunto donde las pusieron en el intervalo entre la cena y el inicio del fuego. Cualquiera con un monton de togas por el college habria llamado la atencion.
– No, porque fue a finales de noviembre y debia de estar bastante oscuro. Facilmente podrian haberlas dejado en un aula y despues entrar a recogerlas. Es que no se organizo una busqueda como es debido. Las pobres victimas que se quedaron sin toga pensaron que alguien les estaba gastando una broma y se enfadaron mucho, pero no resultaron muy eficaces. La mayoria se dedico a acusar a sus amigas, nada mas.
– No creo que podamos sacar gran cosa en claro de ese incidente a estas alturas. En fin… Mas vale que vaya a adecentarme para bajar al comedor.
La cena resulto un tanto embarazosa en la mesa de autoridades. La conversacion se cino a asuntos de interes academico y mundano. Las alumnas charlaban ruidosa y animadamente; daba la impresion de que la sombra que se cernia sobre el college no las habia afectado. Harriet las recorrio con la mirada.
– La que esta a la derecha de la mesa, ?es la senorita Cattermole? La del vestido verde, muy mal maquillada.
– Esa es la senorita en cuestion -contesto la decana-. ?Como lo sabe?
– Recuerdo haberla visto en la celebracion. ?Y donde esta la irresistible senorita Flaxman?
– No la veo. A lo mejor no esta cenando aqui. Muchas prefieren tomarse un huevo cocido en su habitacion, para no tener que cambiarse. Son unas desastradas. Y la del jersey rojo, en la mesa del centro, es la senorita Hudson. La del pelo negro y gafas con montura de concha.
– Parece bastante normal.
– Y que yo sepa, lo es. Claro, que yo sepa, todas somos normales.
– Supongo que incluso los asesinos parecen personas normales y corrientes, senorita Vane -dijo la senorita Pyke, que habia oido la ultima frase-. ?O tiene usted sus opiniones sobre las teorias de Lombroso? Segun tengo entendido, han sido ampliamente refutadas.
Harriet agradecio que se le permitiera hablar sobre asesinos.
Despues de la cena, Harriet se sintio un tanto perdida. Pensaba que tenia que hacer algo o interrogar a alguien, pero era dificil saber por donde empezar. La decana habia anunciado que estaria ocupada revisando unas listas, pero que podia recibir visitas mas tarde. La senorita Burrows, la bibliotecaria, se dedicaria a dar los toques finales a la biblioteca antes de la visita del rector; habia pasado la mayor parte del dia recogiendo y trasladando libros y se habia procurado un pequeno grupo de alumnas para que la ayudaran a colocarlos en las estanterias. Varias profesoras dijeron que tenian cosas que hacer, y a Harriet le dio la impresion de que les asustaba un poco la compania de las demas.
Cogio por banda a la administradora y le pregunto si podia proporcionarle un plano del colegio y una lista de las habitaciones y sus ocupantes. La senorita Stevens se ofrecio a darle la lista y anadio que pensaba que habia un plano en el despacho de la tesorera. Acompano a Harriet hasta el patio nuevo para recoger las cosas.
– Espero que no de mucha importancia al inoportuno comentario de la senorita Burrows sobre las criadas - dijo la administradora-. Personalmente, nada me gustaria mas que trasladar a todas las doncellas al ala de la servidumbre, libre de toda sospecha, s fuera viable, pero alli no hay sitio. Por supuesto, no me importa darle los nombres de quienes duermen en el college, y por supuesto, estoy de acuerdo en que habria que tomar precauciones, pero en mi opinion, el asunto de las pruebas de la senorita Lydgate elimina por completo a las criadas. No creo que a muchas de ellas les interesen unas pruebas, ni que sepan nada sobre esas cosas, ni que a muchas se les pasara por la cabeza la idea de mutilar manuscritos. Si fueran cartas groseras, si, es posible, pero destrozar esas pruebas tiene que ser obra de una persona culta, ?no cree?
– Prefiero no decir lo que pienso -contesto Harriet.
– Si, hace bien, pero yo si puedo decirlo. Solo se lo diria a usted, aunque de todos modos, no me gusta nada esta prisa por convertir a las criadas en chivos expiatorios.
– Lo que parece mas increible es que hayan elegido como vi tima precisamente a la senorita Lydgate. ?Como puede nadie guardarle rencor a ella, y mucho menos una de sus colegas? ?No da mas la impresion de que la culpable no conocia el valor de las pruebas y simplemente ha hecho un gesto de desafio al azar contra el mundo en general?
– Es posible, en efecto. Senorita Vane, he de decir que las pruebas que ha presentado hoy complican mucho las cosas. Reconozco que preferiria sospechar de la servidumbre que del claustro, pero cuando quien se precipita a lanzar esas acusaciones es la ultima persona que al parecer estuvo en la misma habitacion que el manuscrito, lo unico que puedo decir es que…, bueno, que lo considero una imprudencia.
Harriet no replico. La administradora debio de pensar que habia llegado demasiado lejos y anadio:
– Yo no sospecho de nadie. Lo unico que digo es que no habria que afirmar nada sin pruebas.
Harriet dijo que estaba de acuerdo, y tras subrayar los nombres relevantes de la lista que le dio la administradora, fue a buscar a la tesorera.
La senorita Allison le entrego un plano del college y le mostro la situacion de las habitaciones que ocupaban diversas personas.
– Espero que esto signifique que tiene intencion de encargarse personalmente de la investigacion -dijo-. Supongo que no podriamos pedirle que dedique mucho tiempo a semejante asunto, pero estoy convencida de que la presencia de detectives a sueldo en este college resultaria sumamente desagradable, por discretos que fueran. Llevo al servicio del college un considerable numero de anos y me preocupo enormemente por sus intereses. Usted sabe lo desaconsejable que es que una persona extrana intervenga en un asunto de estas caracteristicas.
– Desde luego que si -dijo Harriet-. Sin embargo, en cualquier sitio puede ocurrir la desgracia de tener un sirviente rencoroso o deficiente mental. No me cabe duda de que lo mas importante es llegar al fondo del misterio lo antes posible, y un par de detectives profesionales resultarian mucho mas eficaces que yo.
La senorita Allison la miro pensativa y balanceo lentamente las gafas que llevaba colgadas de una cadena de oro.
– Veo que se inclina por la teoria mas comoda, probablemente como todas nosotras, pero existe otra posibilidad. Claro, desde su punto de vista, comprendo que no le gustaria contribuir al desenmascaramiento de alguien del claustro, pero si se diera el caso, yo confiaria mas en su tacto que en el de un detective profesional. Y usted cuenta con la gran ventaja de conocer el funcionamiento del sistema universitario.
Harriet dijo que seguramente podria aportar alguna sugerencia cuando hubiera realizado un examen preliminar de todas las circunstancias.
– Si inicia las pesquisas, creo que es de justicia avisarla de que podria toparse con cierta oposicion. Ya han dicho que… pero quiza no deberia contarselo.
– Solo usted puede decidirlo.
– Ya han dicho que reducir las sospechosas a los limites mencionados en la reunion que hemos mantenido hoy se basa unica mente en lo que usted ha presentado. Por supuesto, me refiero los dos papeles que encontro el dia de la celebracion.
– Comprendo. ?Creen acaso que me lo he inventado?
– No creo que nadie llegue a ese extremo, pero usted ha dicho que a veces recibe cartas semejantes, de lo que se desprende que…
– ?Que si hubiera encontrado algo parecido deberia haberlo traido? Si, posiblemente, pero da la casualidad de que el estilo d esos papeles se parece mucho al de estos. No obstante, tengo que reconocer que solo cuentan con mi palabra.
– No lo he puesto en duda ni un instante. Lo que dicen es que, si acaso, su experiencia en estas cuestiones es una desventaja. Y perdone, no es lo que yo digo.
– Por eso me apetecia tan poco participar en la investigacion. Es absolutamente cierto. No he llevado una vida