de ejercicios.

Clientes y personal se pusieron rigidos al ver entrar a Big Red, pues todas estaban por entonces un poco asustadas con las vaqueras, y Big Red, la llameante torre de pecas, parecia la mas peligrosa de todas. No habia motivo de alarma, sin embargo. Big Red estaba enterada de que la senorita Adrian habia anunciado que aquel dia celebraria el ultimo pesaje. Al dia siguiente, en la barbacoa baja en calorias que senalaria el termino oficial de la temporada del rancho, se entregarian premios a las mujeres que hubiesen eliminado el mayor tonelaje de grasas en el aire seco de Dakota. Big Red no anhelaba ningun premio, no era ademas candidata elegible a ninguno, y, francamente, ninguno merecia, pero queria consultar la bascula. Ataviada con su traje de bano verde bosque de una pieza, se situo en cola ante el oraculo. Tras obtener facilmente el permiso de las clientes, la senorita Adrian condujo a Big Red a la cabeza de la cola.

La inmensa vaquera se peso, pestaneo, gruno y, para alivio de todas, salio por donde habia venido. En el camino de vuelta al barracon, mientras el veranillo de San Martin presentaba sus respetos a la carne que rebosaba por los bordes de su traje de bano, Big Red tuvo un fogonazo, una vision mental quiza no menos intensa que las visiones primera y segunda de Delores del Ruby. Presa de la inspiracion, Big Red penso: «Seria maravilloso, desde luego, que hubiese una maquina que pudiese conectarse al plato de comida y extrajese de el los sabores. Despues de comer todo cuanto tu estomago pudiese manejar comodamente, podrias meterte un tubo de plastico en la boca, accionar la maquinita, y los sabores continuarian llegando mientras quisieses, sin que al estomago fuese nada que lo hiciese mas grande y mas gordo. Mmmmm, senor, senor; jamon, pastel de cebolla y queso, chiles, pastel de arroz, senor.

En la sala principal de ejercicios del Rosa de Goma, habia un mercado inmediato para tal artilugio y, sin duda podrian contarse por decenas de millones las ventas en todo el mundo, pese a la situacion internacional. Significaria ademas un beneficio sin precedentes para el genero humano, que apartaria a tantas personas de las calles como la television y ahorraria mas vidas que una cura del cancer.

En consecuencia, en interes publico, Tambien las vaqueras sienten melancolia ofrece esta idea de Big Red completamnete gratis a cualquier inventor capaz de hacerla realidad.

48

– JULIAN, TENGO una amiga.

– ?Una amiga dices, querida? -se oia pasablemente-. Magnifico. Las nuevas amistades siempre son agradables.

– No me entiendes. Te digo que tengo una amiga. Y hasta ahora no la habia tenido nunca.

– Vamos, querida, exageras. ?No es Marie amiga tuya?

– Marie es amiga tuya. Yo solo le intereso como cono exotico.

– ?Sissy! ?Estamos hablando por telefono!

– Perdona. Solo queria hablarte de Jelly, pero da igual.

– Jelly es esa alborotadora a la que tenias que vigilar por encargo de La Condesa, ?no? ?Como van las cosas con esas vaqueras? Espero que todo este tranquilo ahi. Me tienes muy preocupado.

– No tienes que preocuparte por mi. Llevo encima, en las manos, mis angeles guardianes.

– Sissy, no deberias burlarte asi de ti misma; no es saludable. En fin, querida, mi preocupacion por ti no me ha impedido del todo divertirme. He ido mucho a comer por ahi. Elaine's, La Grenouille, La Carabelle. Estuve bailando el sabado por la noche en Kenny's Castaways con los Kright y los Sabol. Howard tenia trabajo hasta tarde, asi que Marie vino con, como se llama… Colacello. Bailar al cachetito es una moda que esta haciendo furor en Nueva York estos dias. Yo no lo sabia. Espero poder ir contigo cuando vuelvas. Te encantara si pruebas. Esta noche vienen aqui unos cuantos a cenar. Una cena intima. Estoy instalando una mesa de chaquete. Cuanto me gustaria que estuvieses aqui. Ah, hoy compre una muneca deliciosa en la tienda de regalos del museo de Brooklyn… arte popular. Ya veras, ya veras. Estoy acabando el cuadro que empece el dia antes de irte tu, el grande, el que tu creias que iba a ser una tienda india: No es nada de eso, claro; es…

– Julian, ?que ruido es ese?

– ?Ruido? Ah, si. Una sorpresa, querida. Es… ?No lo supones? Es Butty. Carla y Rupert estan otra vez juntos. Dios mio, si, se me olvidaba decirtelo. Carla volvio a la ciudad y no puede seguir con Butty en su piso. Asi que nuestro viejo amigo esta otra vez aqui. Si te fastidia mucho, siempre puedo venderlo. Los perros como Butty hacen furor en Nueva York ahora; todos los que dirigen la moda, los que marcan las nuevas tendencias, tienen dos por lo menos. Andy Warhool llevo su dachshund miniatura, Archiel, a Kenny's Castaways la otra noche, imaginate. Bueno, Sissy, respecto a esas vaqueras con quienes estas, ten mucho cuidado, ?de acuerdo?

Los cables larga distancia hicieron esos ruidos que son en parte gorgoteos y en parte gemidos. Los rumores que podria hacer un bebe robot en su cuna. Intercambiaron carinos y Julian colgo… sin tener ni idea de que la conversacion que habian sostenido la habia hecho posible Bonanza Jellybean, que, como prueba de amistad habia pospuesto el corte de los hilos telefonicos del Rosa de Goma.

49

SI PODEMOS decir que el hombre civilizado es mas listo pero no mas sabio, podemos decir tambien que la pradera es seca pero tiene agua. Sobre la pradera hay rios fugaces, fugaces arroyos, lagos, charcas y re- volcaderos inundados de bufalos. Como el propio sistema norteamericano, la mayoria de las lagunas y lagos de la pradera son operaciones de «vuelo nocturno». Aunque puedan medrar temporalmente, manteniendo una cadena alimentaria global que puede ir desde las plantas acuaticas a las ratas almizcleras y los buhos, desde los ninfalidos a los peces lunas y a las tortugas mordeduras, o de las salamandras a las urracas y las comadrejas, llega un momento en que lagos y lagunas quedan invadidos por la vegetacion, cegados por el lodo y reducidos, en las sequias estivales, hasta boquear (!) y morir, haciendose cienaga y luego otra vez pradera. Muchas veces las lagunas de la pradera no viven lo bastante para ganarse un nombre.

El Lago Siwash, dado que hallo asiento en una depresion relativamente profunda entre los cerros de las morrenas terminales que dejo la capa de hielo continental, ha disfrutado de cierta permanencia, aunque sus implorantes orillas de saetillas, espadanas y canas evidencian que tambien el va entrando en la fase cienaga de su existencia y que llegara un momento en que no podra siquiera proporcionar humedad suficiente para refrescar el morro de un renacuajo.

Aun le quedan, sin embargo, unos cuantos anos buenos a este pequeno lago, que resplandecia como una gota de tinta invisible cuando le miraban Sissy y Jelly desde el cerro situado detras del parapeto de los cineastas. Sissy y Jelly pasaron la cima del cerro, tras atar los caballos al cerezo, y alli estaba el lago, langueando. Con trigo silvestre y asteres hasta las rodillas, Sissy y Jelly pasaron la cima del cerro desnudas, tras dejar la ropa junto al cerezo, y alli estaba el lago debajo de ellas, resplandeciente. Sissy y Jelly cruzaron la cima del cerro desnudas, por donde daba el sol, y resultaba desde luego muy dificil creer, mientras contemplaban el Lago Siwash, que tambien ellas, Sissy y Jelly, eran principalmente agua. (El cerebro, con sus fragmentarias y alusivas caracteristicas, si, es agua; pero, ?y la carne del cuerpo?)

Como las camaras ocultas estaban dirigidas a la orilla del lago, no podian registrar las imagenes que se movian en la cima del cerro, ni los microfonos ocultos podian espiar su conversacion. Sissy y Jelly hablaron mientras cruzaban la cima, y, despues de estudiar un rato el lago, se sentaron y hablaron de nuevo.

Delores vivia en Lousiana, en un pueblo de cabanas construido por esclavos fugitivos, en los pantanos. Esa es una de las historias que se cuentan, en realidad. He oido tambien que estuvo viajando por Yucatan con un circo, que le quitaba las pestanas postizas a un mono ancestrado con el latigo. Da igual donde estuviese, el caso es que una noche tomo peyote y tuvo una vision. Niwetukama, la Diosa Madre, se le aparecio montada en una corza, con colibries que le sorbian las lagrimas que derramaba, y le grito: «Delores, debes dirigir a mis hijas contra su enemigo natural.» Delores penso largo rato sobre esto (fue una vision muy vivida) hasta que determino que el enemigo natural de las hijas eran los padres y los hijos. Aquella misma

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