Sissy decidio aclarar:
– Con Julian, es rapido y furioso. Es siempre como una especie de desesperacion. Hay tal
– ?Quieres decir…?
– Si.
– Comprendo. Mmmm. Bueno, sigamos con el Chink. Durante esos tres dias de… de… ejem, amor…
– Fue amor, doctor. Aunque fuese sucio. Quizas especialmente porque fue sucio. El amor es un asunto indecente, sabes.
El doctor Robbins tiro energicamente de la persiana bigote. Esta bajo con tal fuerza que estuvo a punto de desprenderse de la guia.
– El viejo chiflado te impresiono realmente, ?verdad?
– ?Como no iba a impresionarme? Adoraba mis pulgares.
El doctor Robbins miro fijamente los dedos preaxiales de Sissy y luego miro los suyos. La unica diferencia apreciable era la magnitud. En ambos equipos de pulgares, en el de Sissy y en el suyo pudo ver el doctor Robbins haces luminosos, lisos en la superficie palmar, suaves y redondeados en la dorsal, es decir, de forma semicilindrica. Bien sabia el que aquellos huesos estaban unidos por ligamentos y cartilagos. Recordaba que la articulacion del pulgar se llama oficialmente articulacion carpometacarpica, aunque se alude informalmente a ella como la «articulacion de silla». Articulacion de silla de montar. Curioso. Las vaqueras podian relacionarse con eso.
El sabia que cuando Sissy doblaba una falange, el giro se producia alrededor de un eje que cruzaba transversalmente, determinando el movimiento en un plano sagital, lo mismo que sucedia cuando el doblaba una falange. En el caso de Sissy no era unicamente un numero de produccion mas, eso era todo.
Esforzandose, logro retroceder a la facultad de medicina y recordar la musculatura del pulgar, pensando que un
Pero luego, el doctor Robbins miro los pulgares de su paciente otra vez… y de pronto la diferencia parecio mas amplia que de escala. Vio un par de peces martillo, devorando con tiburesca voracidad el espacio que los rodeaba. Pestaneo y los tiburones se vieron sustituidos en el pestaneo por un par de peras, suculentas y orondas, balanceandose alli en su descomedida dulzura como si Cezanne las hubiese pintado en el lienzo del aire. Pestaneo de nuevo y…
Sissy advirtio el pestaneo; advirtio la insatisfactoria comparacion.
– Quiza, doctor -dijo-, mis pulgares hayan conocido la poesia y los tuyos no -y tras una pausa, anadio-: o quiza sea simplemente esto: tu
La persiana se disparo hasta el pico de la ventana, enrollandose ruidosamente sobre si.
– Durante aquellos tres dias en que hicisteis el amor -prosiguio el doctor Robbins, el terco cabron-, el ermitano hablo sin duda contigo. Te hablo de su pasado y un poco de su filosofia. Tu has compartido generosamente sus palabras conmigo…
– Yo
– Bien. Bien. Ya llegaremos a ella. Pero siento curiosidad. ?Dijo el algo mas? ?Dijo algo sobre, bueno, sobre la vida, algo mas sobre cualquier cosa que yo pudiese…?
Sissy sonrio. Un flaco abejorro con tizne urbano en la piel cruzo el bigote de su psiquiatra (quizas algunos de los pelos estuviesen aun impregnados de vino), pero Robbins no le presto ninguna atencion. El doctor Goldman estaba en el ventanal (quizas acumulando valor para interrumpir por fin aquella entrevista), pero Robbins lo ignoro tambien. La sonrisa de Sissy crecio. -El Chink decia que hay gente que corre tras los sabios lo mismo que otros corren tras el oro. Decia que habiamos producido una generacion de mendigos espirituales, que piden limosnas de sabiduria, llamando como vabagundos a todas las puertas cerradas. Decia que si un hombre se va a vivir a una cabana o una cueva y se deja la barba, la gente llega a manadas desde kilometros y kilometros solo para leer sus letreros de PROHIBIDO EL PASO.
»?Por eso estas tu tan interesado en el Chink, doctor? ?Crees que el sabe algo que el resto del mundo ignora? ?Algo que puede contribuir a nuestra salvacion?
Dejando suelta la persiana, dejandola colgar a su gusto, replico el doctor Robbins:
– ?No, no y mil veces no! En primer lugar, desconfio absolutamente de cualquier hombre que se presente como solucion a los que no pueden hallar recursos interiores para superar su propio sentimiento de soledad y de enjaulamiento temporal. En segundo, no me preocupa lo mas minimo la salvacion, porque no estoy seguro de que haya algo de lo que salvarse. Mi postura es esta: soy un psiquiatra que ha sido traicionado por el cerebro. Es como si a un astronomo le traicionase la luz estelar. O a un cocinero el ajo. Sin embargo, me he» forjado un enfoque de la vida que equivale al mismo tiempo a una forma de sabiduria y a un medio de supervivencia. Aun no es perfecto, pero me sirve… y para aquellos rarisimos pacientes que poseen coraje e imaginacion suficientes para adoptarlo, podria constituir un valioso ejemplo. Todo psiquiatra o psicologo que no lleve una vida lo bastante plena y feliz para servir de ejemplo, no vale ni el cuero utilizado para tapizar su divan. Habria que azotarlo y demandarlo por conducta inmoral. Pero, volviendo al asunto, en cuanto empezaste a hablar del Chink, percibi una afinidad, un enfoque similar, quizas, al mio propio. Quiza tenga ideas sobre el flujo y reflujo de la corteza cosmica mejores que las mias. Quiza no. Si rio,
– Siendo asi -dijo Sissy, evidentemente complacida-, me complace. Sere sincera, no se si el Chink tiene o no algo de valor que ofrecer. No lo pretendia, pero eso podria ser una coartada. Te dire cuanto pueda recordar de nuestras conversaciones, tal como fueron, para que puedas juzgar por ti mismo. ?Te parece bien?
– Sueltalo ya -dijo el doctor Robbins, como si hablase de la persiana que colgaba hecha trizas de su labio superior.
71
PRADERA. ?No es una linda palabra? Rueda de la lengua como una limita gorda.
Si la pradera pudiese compararse topograficamente a una alfombra, serian las colinas de Dakota pradera con bolas debajo de la alfombra. La flora y la fauna de las colinas de Dakota son muy parecidas a las de la pradera que las rodea. Desde lo alto de un escarpadura, indicaba el Chink a Sissy algunos de los organismos que decidian vivir en aquellas colinas. Indico distintos tipos de hierbas: trigo silvestre y pequena viperina, poa y arrojasemillas, hierba aguja y avena loca. Indico flores: asteres y varas de San Jose, serpentarias y flores conicas, rosas de la pradera y trebol purpura. Dijo que el trebol era delicioso; lo tomaba a menudo de desayuno, pastando como una cabra. Indico las ciudades de los perrillos de la pradera y los restaurantes subterraneos de los tejones. Indico donde podian encontrar un coyote o un aguila dorada si los necesitaban. Indico donde tenia puestas sus trampas para los sabaneros, y las rocas de las que colgaban las mejores serpientes cascabel para freir. El Chink indico el habitat de los conejos y el de los mochuelos, el de las comadrejas y el del urogallo. Aunque los millones de diminutos ojos no podian verse, claro, desde el Cerro Siwash, las colinas estaban ratonizadas y el Chink hablo a