alegria y la fecundidad? No parecia un buen negocio, desde luego. Lo propusieron y solo unos cuantos paranoicos y espasmodicos incontrolados lo aceptaron. Y asi pacto astutamente la Iglesia. Permitio el carnaval, pero conspiro para darle significado cristiano, logrando gradualmente divorciarle de la fertilidad despreocupada y asociarlo por el contrario a la auto-negacion y la muerte (aunque una muerte de tres dias, la mas breve de la historia, segun el
La informacion anterior respecto al carnaval se ofrece aqui, lector, solo como ejemplo del tipo de datos que el doctor Robbins descubrio en su investigacion del paganismo. Si Sissy se habia contentado con sentarse y pensar en el significado de su herencia pagana, tal como la describia el Chink, si habia sido tan pasiva como un pavo asado en su consideracion del potencial pagano de la Norteamerica moderna (de nuevo como sugeria el Chink), en cambio el doctor Robbins habia adoptado una postura mas activa. En los dias transcurridos desde que acudiera sintiendose sano a la clinica de Goldman, se habia entregado a la investigacion. No abundaban los datos imparciales sobre nuestro pasado pagano (nuestros dirigentes cristianos se habian ocupado de ello), pero el doctor Robbins encontro lo suficiente para quedar fascinado. Acababa de regresar, en realidad, de una provechosa manana de investigacion en la biblioteca publica, cuando su telefono rompio un largo silencio, chillando desde el pedestal del escritorio como si se imaginase un resplandeciente automovil conducido a gran velocidad por carreteras secundarias. Bueno, hasta los telefonos pueden sonar, ?no?
Era Sissy quien llamaba. Estaba inquieta. Alterada. Acababa de abandonar a Julian en el hospital y debia ver inmediatamente al doctor Robbins.
Naturalmente, el doctor Robbins estaba dispuesto a verla, pero pidio mas detalles. Sissy balbuceo todo el maldito asunto.
– Bueno, bueno -dijo el doctor Robbins-. Veamos. Mala cosa, muy mala. Pero no debes considerarlo una navaja barbera prendida al bigote daliniano de tu vida. La violencia apesta, estes al extremo que estes de ella, pero de vez en cuando no hay mas remedio que darle al projimo un sartenazo en la cabeza. A veces, te estan pidiendo el sartenazo, y si uno tiene un instante de debilidad y satisfaces su peticion, deberia considerarlo filantropia impulsiva, y aunque no estemos en situacion de poder permitirnosla, tampoco debemos lamentarlo demasiado para no estropear la pureza del hecho.
»En fin. En realidad no quiero que vengas a mi casa, por si los polis te siguen hasta aqui. Tengo medio kilo de yerba y otro par de cosas que podrian traerme problemas. Asi que te dire lo que podemos hacer. Nos encontraremos esta tarde a las seis en casa de mi tia, en Passaic, Nueva Jersey. Mi tia no esta y tengo las llaves. No hay lugar mas seguro. Puedes ir a Passaic, ?no? Esta solo a veinte minutos de Manhattan. Apunta la direccion de mi tia. Oye, Sissy, por cierto, ?sabias que Nijinsky jugo una vez al tenis en Passaic, Nueva Jersey? Pues es cierto. La unica vez en su vida que jugo al tenis. Y el unico acontecimiento historico que me habria gustado filmar. Nijinsky jugando al tenis en Passaic, Nueva Jersey. ?Puf! ?No te parece una pelicula muy adecuada para que la vieran Jesus, Dionisos y Demeter?
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DESPUES DE HABLAR con el doctor Robbins, Sissy se sintio mejor, pero no mucho. A la mochila de su culpa se anadia ahora otra piedra, salpicada esta con «dejar plantado a Julian».
«Quiza sea solo que mi perspectiva es erronea», aventuro Sissy. Penso en la posibilidad de dar con alguna forma positiva de enfocar sus propios actos. Podria llevar tiempo (?ah, tiempo!) llegar a posicion tan ventajosa, sin embargo, y la urgencia corria por su pierna arriba como un raton.
Despues de la pulgariza que le habia dado a La Condesa, las autoridades dirian que estaba loca. Y si habia algo que ella no desease, que no pudiese soportar, era que la encomendasen a la clinica Goldman o a su equivalente estatal. Se sentia culpable, se sentia pesarosa, se sentia avergonzada y confusa, pero no creia que debiese dar cuenta a la sociedad de su conducta, por muy negativa que su conducta pudiera haber sido. La sociedad nunca la habia mirado con buenos ojos. Se habia apresurado a ficharla cuando era solo una nina. La sociedad podria haberla metido en un reformatorio si ella hubiese cooperado. La sociedad no la habia estimado ni creido, pero, afortunadamente, ella se habia estimado y creido, y aunque reconociese que habia andado a tumbos en los ultimos anos, que habia errado en las ultimas horas, aun se estimaba, aun creia en si misma, y el arreglo de cuentas que debia hacer era consigo, no con la sociedad, y sobre todo no con una sociedad tan deseosa de poner cuestion tan delicada como aquella en las manos aplastagatitos de los polis.
Asi, Sissy Hankshaw Hitche, un sistema en marcha autoconsciente de capacidades insolitas e inesperados vicios, se encamino a Nueva Jersey, a opciones, alternativas, elecciones. Y no le parecio agradable encontrarse de nuevo hasta los sobacos en el trafico, bailar al cachetito con el trafico, encantar a la mortifera serpiente del trafico, hundir su pulgar en el pastel del trafico. Oh, ella podia acunar en sus rodillas bebes Volkswagen y chupar coches de carrera italianos solo para refrescarse el aliento, el trafico era su elemento, su medio, el vocabulario del que extraia las palabras de su poema, ?Oh como volvieron sus manos a la vida con un grito! ?Y que dulce era!
Tan contenta se puso Sissy al ver aquel camion cubierto Econolina azul conservador entre el barullo de Calle Canali y al arrastrarlo hacia ella como por una cuerda que no vio a su conductor hasta que estaba sentada dentro y el pisando el acelerador. Con una sensacion de disgusto por su propio fracaso examino aquella frente sudorosa, aquella mirada satisfecha, calida, lasciva, aquellos ojos tan hambrientos de escenario erogeno que no advirtieron sus pulgares. Su corazon se hundio otras veinte brazas al ver su revolver y su cuchillo.
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LAS LEYES, SEGUN dicen, son para proteger a la gente. Es una lastima que no haya estadisticas sobre el numero de vidas machacadas anualmente como consecuencia de leyes: leyes anticuadas; leyes que se abren camino hasta los codigos como resultado de la ignorancia, la histeria, el chanchullo politico; leyes antivida; leyes tendenciosas; leyes que pretenden la realidad fijada y la naturaleza definida; leyes que niegan a la gente el derecho a rechazar proteccion. Una investigacion de este genero podria mantener meses ocupados a una docena de torpes sociologos (Fundacion Ford, ?estas leyendo este libro?).
Las primeras leyes contra el autoestop se aprobaron en Nueva Jersey en los anos veinte, para apartar a las jovencitas descocadas nacidas en la ciudad y deseosas de viajar gratis de los retiros selectos y los paraisos rurales. Nueva Jersey sigue siendo uno de los dos estados (el otro es Hawaii) donde el autoestop es totalmente ilegal y la ley se cumple estrictamente. Y debido a esta prohibicion de Nueva Jersey y a la dureza de su policia estatal, eligio Sissy el camion azul. Estaba en la Calle Canal, cerca de la entrada de la autopista del West Side. Tenia la esperanza de conseguir viaje autopista West Side arriba que le permitiese pasar el puente George Washington, acercandola lo mas posible a Passaic, reduciendo el autoestop (?pese a lo que lo adoraba!) al minimo, una vez en Jersey. El camion azul tenia matricula de Jersey. Por eso lo eligio.
Habia sido una eleccion mutua, pues el conductor del camion azul habia localizado a Sissy a una manzana de distancia y habia maniobrado hacia el canal de la acera. Empezo a hablar antes incluso de frenar, y una vez Sissy a bordo, siguio parloteando con tal tijereteo anfetaminico que si se hubiese muerto en aquel instante habria tenido el enterrador que matarle la lengua a garrotazos.
Y al mismo tiempo, se desabrochaba la bragueta.
– Te lo voy a hacer como nunca te lo han hecho. Oh, ya veras que bueno. Como te va a gustar. Te va a gustar, si. Te va a gustar muchisimo. Te va a gustar tanto que vas a llorar. A llorar y llorar. ?Te gusta llorar? ?Te gusta cuando duele un poquito? De cualquier modo merecera la pena. Tal como voy a hacertelo, merecera la pena cualquier cosa. Todo. Vamos, llora si quieres. Me gusta cuando lloran las mujeres. Significa que me aprecian.
Etc., etc.
El camion se desvio de la Calle Canal, y enfilo un callejon sin salida entre almacenes. En la parte posterior del