secreto. Observe que los esfuerzos por mantener oculta la procedencia del Almirante fueron tan grandes que la propia carta de naturalizacion castellana de su hermano menor, Diego, omitio su nacionalidad de origen. Pero era una norma del derecho publico que esas cartas mencionasen siempre la nacionalidad de origen del ciudadano que pretendia naturalizarse, elemento que se encuentra en todas las cartas de naturalizacion guardadas en el Registro de Sello del Archivo de Simancas referentes a este periodo. La de Diego Colon es la excepcion. Lo que demuestra cuan lejos llegaron las precauciones de la Corona para que se llegase a revelar el origen del Almirante. Si el hubiese sido realmente genoves, no se entiende el motivo para ocultar la nacionalidad de procedencia. Siendo, no obstante, portugues, y tal vez judio, la cosa cambia. De ahi que los posteriores rumores acerca del origen genoves acabaran por revelarse providenciales, ya que ayudaron a confundir aun mas. A los propios Reyes Catolicos les convenia dejar circular esa version italiana, mucho mas prestigiosa para las tripulaciones y las poblaciones. De modo que, a traves de esta conspiracion de silencios y sobrentendidos, alimentada por el navegante y sus protectores, el origen de Colon se mantuvo difuso, envuelto en una densa neblina de misterio.

Pasaron entre un gigantesco platano y un nogal triston, verdaderos centinelas inmoviles y testigos silenciosos de siglos de vida en aquel extrano monasterio, y comenzaron a escalar la ancha escalinata de piedra del conjunto templario.

– Pero, si Colon estuvo implicado en la conspiracion, ?por que razon don Juan II lo llamo a Lisboa en 1488?

El conde Vilarigues se acaricio la barbilla puntiaguda.

– Por razones de Estado, estimado senor. Por razones de Estado. Cristobal Colon defendia el viaje a la India por occidente, pero los Reyes Catolicos no se mostraban convencidos. Don Juan II, en cambio, sabia que ese viaje seria casi imposible por dos razones. La primera: el mundo era bastante mas grande de lo que Colon suponia. La segunda: el rey portugues ya conocia la existencia de tierra a mitad de camino.

Recorrian el atrio conventual del Terreiro da Entrada y se dirigian a la puerta sur del monasterio, pasando al lado de la estructura cilindrica de la girola templaria, cuando Tomas se detuvo, mirando a su interlocutor.

– ?Ah! Entonces don Juan II ya sabia de la existencia de America…

El conde se rio.

– Claro que lo sabia, amigo. Ademas, eso no implicaba ninguna hazana. Que yo sepa, America fue descubierta hace millares de anos por los asiaticos, que colonizaron el continente de un extremo al otro. Los vikingos, y en especial Erik el Rojo, fueron los primeros europeos en llegar alli. Los templarios nordicos, algunos de los cuales vinieron a Portugal, preservaron ese conocimiento. Y los portugueses, sin duda, estuvieron explorando aquellas tierras durante el siglo xv, siempre en secreto. El almirante Gago Coutinho, el primer hombre que cruzo el Atlantico Sur en avion, concluyo que los navegantes del siglo XV tenian la experiencia de navegar hasta la costa americana antes de 1472 y sospechaba que el portugues Corte-Real habia sido el primer europeo en llegar alli, despues de los vikingos. Otros historiadores de renombre pensaban lo mismo, incluso Joaquim Bensaude. Ademas, en el proceso del «pleyto de la prioridad», iniciado en 1532 por los hijos del capitan Pinzon, que sirvio a las ordenes de Colon, con la curiosa tesis de que el Almirante habia descubierto una tierra cuya existencia ya era conocida, fueron escuchados en el tribunal varios testigos que habian estado en contacto con el gran navegante. Uno de ellos, un tal Alonso Gallego, se refirio a Colon como «persona que habia sido criado del rey de Portugal y tenia noticia de las dichas tierras de las dichas Indias». Lo que resulta confirmado por el biografo contemporaneo de Colon, Bartolome de las Casas, quien afirmo que el Almirante habia recibido de un marinero portugues la informacion de que existia tierra al oeste de las Azores. El mismo De las Casas viajo en aquel tiempo por las Antillas y refirio que los indigenas de Cuba le revelaron que, antes de la llegada de los castellanos, otros navegantes, blancos y barbudos, habian andado por ahi. -Hizo un amplio gesto con la mano-. ?Y usted ya ha visto el Planisferio de Cantino?

– Claro que si.

– ?Y se ha fijado en que alli aparece la costa de la Florida?

– Si.

– Pero hay alli algo extrano. Un cartografo portugues realizo el Planisferio de Cantino a mas tardar en 1502, pero la Florida no fue descubierta hasta 1513. Curioso, ?no?

– Es evidente que los portugueses sabian mas de lo que decian…

– ?Claro que sabian! ?Y que me dice del extrano hecho de que, en su primer viaje, Colon haya llevado monedas portuguesas al Nuevo Mundo, eh? ?Por que monedas portuguesas? ?Por que no monedas castellanas? Esa decision solo cobra sentido si el Almirante hubiese estado convencido de que los nativos ya conocian el dinero de Portugal, ?no?

La puerta Sur, ricamente decorada al estilo manuelino y cuyo remate era una fina moldura, estaba cerrada. Rodearon entonces la girola por la derecha, siempre en el Terreiro da Entrada y, en un rincon estrecho, justo despues del campanario, cruzaron la pequena puerta de la sacristia y penetraron en la penumbra del santuario. Pagaron dos tiques y entraron por el claustro del cementerio, con los pequenos naranjos que decoraban el patio erigido en gotico flamigero, y se internaron por los pasillos sombrios hasta invadir por fin el corazon del convento. La girola templaria.

La vieja rotonda exhalaba aquel tufo a moho de cosa antigua, una especie de rancidez seca, el olor que Tomas asociaba a los museos. La estructura estaba constituida por un tambor de dieciseis caras que, con un octogono en el centro, albergaba el altar mayor; las paredes se veian repletas de frescos y las columnas ostentaban estatuas doradas, cerrandose en una nave redonda cubierta por una cupula bizantina. Se alzaba aqui el oratorio de los templarios de Tomar, construido segun el diseno de la rotonda de la iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalen. La girola se revelaba como la joya del monasterio, con su arquitectura solemne, imponente, con reminiscencias de los grandes santuarios de Tierra Santa. La puerta Sur, vista desde el interior, aparecia flanqueada por dos columnas torcidas, como las que, segun las Escrituras, protegian el Templo de Salomon; sin embargo, los dos hombres se centraron de tal modo en la conversacion que, despues de una mirada rapida al deambulatorio de la girola, pronto lo ignoraron todo.

– Disculpe, pero aqui hay algo que no entiendo -indico Tomas, meneando la cabeza junto al octogono central-. Si los portugueses ya conocian la existencia de America, ?por que no fueron a explorarla?

– Por la sencilla razon de que no habia nada que explorar -repuso el conde, con la actitud de quien expone una evidencia-. Amigo, los portugueses querian llegar a Oriente. En el plano esoterico, creian que el Santo Grial se encontraba en la tierra del mitico reino cristiano de Preste Juan, segun defendia la mas importante obra grialica alemana, el Parzival, de Wolfram von Eschenbach, cuyo conocimiento debe de haber llegado a traves de los templarios germanicos. En el plano economico, lo que pretendian era llegar a la India, con el fin de impedir el comercio exclusivo de Venecia y el Imperio otomano e ir a buscar las especias al lugar de origen a un precio mucho mejor. Observe que la demanda del Santo Grial del conocimiento habia sido la motivacion de Henrique el Navegante, junto a su equipo de templarios, pero los intereses comerciales se fueron sobreponiendo gradualmente a la esfera mistica. En America solo habia salvajes y arboles, como enseguida comprendieron los portugueses cuando pusieron alli los pies. -Levanto el indice izquierdo, subrayando la importancia de lo que diria a continuacion-. De ahi el interes que don Juan II comenzo a mostrar por los planes de Colon.

– ?Interes? -pregunto Tomas, algo confundido-. No entiendo. Usted mismo acaba de decir que alli solo habia salvajes y arboles…

– Estimado senor -suspiro el conde Vilarigues-, ?sera posible que tenga que explicarle todo?

– Me temo que si.

El conde se sento en un banco de madera junto al gran arco de entrada en la girola, vuelto hacia el pulpito esculpido en marmol y enclavado en el intrados de la arcada. Tomas se acomodo a su lado.

– Vale -exclamo Vilarigues, intimamente satisfecho por proseguir su clase-. Veamos, pues, si sigue mi argumentacion. Cristobal Colon sabia que habia tierras al oeste de las Azores. Era portugues y la informacion ya circulaba en la corte de Lisboa, que el frecuentaba, y entre la tripulacion de las carabelas, con las cuales estaba en contacto. Colon pensaba, creo yo, que aquella tierra era el Asia de la que habia hablado Marco Polo en sus viajes, y no disponia de la informacion de que se trataba, en resumidas cuentas, de otra tierra. Intento convencer al rey portugues de hacer la exploracion por occidente, pero don Juan II ya sabia que la tierra existente alli no era Asia y que la verdadera Asia estaba situada mucho mas lejos, por lo que rechazo las propuestas del joven hidalgo. En 1484, como consecuencia del desmantelamiento de la conspiracion contra el rey, Colon huyo a Castilla y fue a proponer su teoria a los Reyes Catolicos, considerablemente mas ignorantes y oscurantistas. Tan ignorantes eran

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