– Esta joven es una heroina. Resulto herida en un acto de valentia extrema mientras cumplia con su deber. Ayudo a salvar esta ciudad de un monstruo que ahora esta encerrado a la espera de juicio y tambien a salvar la vida de dos personas inocentes. ?Casi sacrifico su vida, joder! Y su recompensa es ponerla en una habitacion mixta de geriatria, junto a una cama con un hombre con la polla fuera. No va a pasar ni una hora mas en esta sala. ?Me entiende?
Mirando a su alrededor, la enfermera replico con la voz tensa:
– Vere lo que puedo hacer, mas tarde.
Elevando aun mas la voz, Grace dijo:
– Creo que no me ha escuchado bien. Aqui no cabe ningun «mas tarde». Porque voy a quedarme aqui, pegado a usted, hasta que la trasladen a una cama en una habitacion que me satisfaga. -Entonces, levanto el telefono y se lo mostro a la mujer-. Lo hara ahora mismo, a menos que quiera que mande por e-mail las fotos que acabo de sacar de la heroina de Brighton, la agente Boutwood, despojada de toda su dignidad por unos incompetentes crueles, al Argus y a todos los putos periodicos del pais.
– Aqui esta prohibido utilizar el movil. Y no tiene derecho a sacar fotografias.
– Usted no tiene ningun derecho a tratar a mi agente asi. Vaya a buscarme al director del hospital. ??Ya!!
Capitulo 78
Treinta minutos despues, Emma-Jane Boutwood fue trasladada por la red de pasillos a un ala mucho mas moderna del hospital.
Grace espero hasta que instalaron a la joven agente en su habitacion privada, soleada, con unas vistas que se extendian por encima de los tejados de las casas hasta el canal de la Mancha. Luego le dio las flores y se marcho, despues de que el jefazo del hospital le prometiera, por telefono desde su torre de marfil, que Emma permaneceria en esta habitacion hasta que recibiera el alta.
Siguiendo las indicaciones que le habian dado para volver a la entrada principal, se detuvo en un ascensor y pulso el boton. Tras una larga espera, estuvo a punto de abandonar y bajar a pie cuando, de repente, las puertas se abrieron. Entro y saludo con la cabeza a un joven indio de aspecto cansado que daba un mordisco a una barrita energetica.
Vestido con un uniforme verde y con un estetoscopio colgado del cuello, el hombre llevaba una placa con su nombre: «DR. RAJ SINGH. URGENCIAS». Mientras las puertas se cerraban, Grace sintio de repente un calor sofocante; como si estuviera en un horno. Se fijo en que el medico lo miraba con curiosidad.
– Hace calor -dijo Grace educadamente.
– Si, demasiado -contesto el hombre en un acento ingles refinado. Luego fruncio el ceno-. Disculpe la pregunta, pero me resulta usted familiar. ?Nos conocemos?
Grace siempre habia tenido buena memoria para las caras -casi fotografica a veces-. Pero este hombre no le sonaba de nada.
– Creo que no -respondio.
El ascensor se detuvo y Grace salio. El medico lo siguio.
– En el Argus de hoy. ?El de la foto es usted?
Grace asintio con la cabeza.
– ?Eso lo explica! Estaba leyendolo hace unos minutos. En realidad habia pensado ponerme en contacto con su equipo de investigacion.
Grace, que estaba loco por volver al despacho, solo escuchaba al doctor Singh a medias.
– ?En serio?
– Mire, seguramente no sera nada, pero ?el periodico dice que han pedido a la gente que este atenta e informe de cualquier cosa sospechosa?
– Si.
– Bueno, pues… Debo tener cuidado con la confidencialidad medico-paciente, pero ayer visite a un hombre y me hizo sentir muy incomodo.
– ?En que sentido?
El medico inspecciono el pasillo vacio, miro severamente hacia una boca de incendios, luego se volvio para comprobar que las puertas del ascensor estaban cerradas.
– Bueno, mostraba un comportamiento muy imprevisible. Le grito a la recepcionista, por ejemplo.
«Eso no tiene nada de imprevisible», penso Grace. Estaba seguro de que alli habia muchas personas que recibian gritos a menudo, y con toda la razon.
– Cuando lo visite -prosiguio el medico-, parecia muy agitado. No me malinterprete, veo a muchas personas con problemas psiquiatricos, pero este hombre parecia encontrarse en un estado de gran ansiedad por algun motivo.
– ?Que herida tenia?
– Ese es el tema. Presentaba una herida infectada en la mano.
De repente, Grace presto mucha mas atencion.
– ?Como se la habia hecho?
– Bueno, dijo que se la habia pillado con una puerta, pero a mi no me lo parecio.
– ?Pillado con una puerta? -pregunto Grace, meditando en la explicacion que habia proporcionado Bishop sobre su herida, que se habia dado un golpe al subirse a un taxi.
– Si.
– ?Y a usted que le parecio?
– Un mordisco. Yo diria que un mordisco humano muy probablemente. Vera, habia marcas a ambos lados de la mano. En la muneca y tambien en la parte de atras, justo debajo del pulgar.
– Si se la hubiera pillado con la puerta de un coche o de un maletero, tambien habria marcas en los dos lados.
– Si, pero no serian curvas -contesto el medico-. Tenian forma de media luna arriba y abajo, lo que coincidiria con una boca. Y habia marcas irregulares de distintas profundidades, que coincidirian con los dientes.
– ?Que le hace pensar que eran humanas? ?Podrian ser de un animal? ?Un perro grande?
El medico se sonrojo.
– Soy un poco adicto a las novelas policiacas. Me encanta leer historias de crimenes cuando tengo tiempo, y veo series como CSI en television. -Le sono el busca. Hizo una pausa y luego prosiguio-: Pero vera, deduje otra cosa… -Hizo otra pausa, tenso, para leer el mensaje en la pantalla del aparato-. Si fuera un mordisco de perro, ?por que iba a inventarse una historia? Si era un mordisco humano que recibio durante una agresion, si entiendo por que querria ocultarlo. Luego, cuando vi la terrible noticia sobre esa joven asesinada, solo ate cabos.
Grace sonrio.
– ?Creo que seria usted un buen investigador! Pero todavia quedan cabos sueltos -contesto-. ?Podria describirme a ese hombre?
– Si. Alrededor de metro ochenta, muy delgado, castano, con el pelo bastante largo, gafas oscuras y barba poblada. Era complicado verle la cara con claridad. Llevaba una chaqueta de lino azul, una camisa color crema, vaqueros y zapatillas. Tenia un aspecto desalinado.
A Grace se le cayo el alma a los pies; no parecia que fuera Bishop, a menos que se hubiera tomado la molestia de disfrazarse, lo cual siempre era una posibilidad.
– ?Lo reconoceria si volviera a verlo?
– ?Seguro!
– ?Alguna de las camaras de seguridad del hospital podria haberle grabado?
– En Urgencias hay una, seguro que sale.
Grace le dio las gracias, anoto su nombre y numeros de telefono y fue a buscar la sala de control de camaras de seguridad del hospital, desenganchando su Blackberry y comprobando sus e-mails mientras caminaba.
Tenia uno de Dick Pope, en respuesta al mensaje que le habia enviado esta manana con las fotografias que habia sacado en Munich. Se detuvo en seco.
Roy, esta no es la mujer que Lesley y yo vimos la semana pasada. La verdad es que estamos convencidos de