«Norma-Li». ?Lo pillas? Ya tiene tres amigos tailandeses en Inglaterra, uno vive en Brighton. Esta bien, ?no crees?

– Genial -contesto Grace, su mente estaba mas centrada en evitar el aliento de Potting que en la conversacion

– Vaya -se rio Potting entre dientes-, hay unas tipas increibles. ??Guau!!

– Creia que ahora eras un hombre felizmente casado, con tu nueva esposa.

Por un momento, Potting parecio verdaderamente feliz, su cara chata arrugada con una expresion de satisfaccion.

– ?Es una chica increible, en serio, Roy! Me ha ensenado unos trucos nuevos. ?Caray! ?Alguna vez has estado con una oriental?

Grace nego con la cabeza.

– Confiare en tu palabra.

Intentaba fijarse en la pantalla. Intentaba apartar a Sandy de su mente y concentrarse en su trabajo. Pesaba una responsabilidad enorme sobre sus hombros, y la forma como manejara los acontecimientos durante los proximos dias podia tener un impacto importante en su carrera Era consciente de que, con la repercusion mediatica de este caso, no solo eran los ojos criticos de Alison Vosper los que estaban clavados en el.

En la pantalla, un hombre delgado y de facciones angulosas estaba sentandose en una de las tres sillas rojas de la sala de interrogatorio de testigos. Tenia un rostro llamativo, mas interesante que guapo, el pelo descuidado, enmaranado y perilla. Llevaba una camisa hawaiana ancha por encima de unos vaqueros azules y calzaba sandalias de piel. Su tez era palida, como si hubiera pasado la mayor parte del verano sin salir.

– ?Ese es el amante de Katie Bishop? -pregunto Grace.

– Si -contesto Potting-. Barty Chancellor.

– Es nombre de mariquita -dijo Grace.

– Es un imbecil mariquita -respondio Potting, subiendo el volumen.

Grace observo progresar el interrogatorio; los dos inspectores tomando notas frecuentes en sus libretas. A pesar de su aspecto extrano, Chancellor hablaba con acento de colegio privado confiado y un ligero aire de superioridad, su lenguaje corporal transmitia tranquilidad y seguridad en si mismo y solo dio muestras de nerviosismo de vez en cuando al retorcer la pulsera de tela que llevaba en la muneca.

– ?La senora Bishop le hablo alguna vez de su marido, senor Chancellor? -le pregunto Norman Potting.

– Si, por supuesto.

– ?A usted le excitaba? -pregunto Zafferone.

Grace sonrio. El joven y arrogante policia estaba haciendo justo lo que esperaba: poner nervioso a Chancellor.

– ?A que se refiere exactamente? -pregunto Chancellor.

Zafferone le sostuvo la mirada.

– ?Disfrutaba sabiendo que se acostaba con una mujer que enganaba a su marido?

– Estoy aqui para ayudarlos en sus pesquisas para encontrar al asesino de mi querida Katie. No creo que esa pregunta sea relevante.

– Nosotros juzgaremos que es relevante y que no lo es, senor -respondio Zafferone, impasible.

– He venido voluntariamente -dijo Chancellor, muy irritado ahora, subiendo la voz-. No me gusta su tono.

– Comprendo perfectamente que este afligido, senor Chancellor -intervino Norman Potting, hablando con cortesia, interpretando el clasico papel del poli bueno frente al poli malo: Zafferone-. Puedo entender parte de lo que debe de estar pasando. Seria de gran ayuda que nos contara un poquito mas sobre la naturaleza de la relacion que tenian el senor y la senora Bishop.

Chancellor jugo con su pulsera unos momentos.

– Ese hombre era un animal -dijo de repente.

– ?En que sentido? -pregunto Potting.

– ?Pegaba a la senora Bishop? -pregunto Zafferone-. ?Era violento?

– Fisicamente no, psicologicamente. Era muy critico con ella, por su aspecto, por como se ocupaba de la casa… Es un poco obsesivo. Y era extremadamente celoso, y por eso ella tenia un cuidado extra. Y… -se quedo callado un momento, como si dudara si anadir algo-. Bueno… No se si esto es importante, pero es bastante rarito, me dijo ella.

– ?En que sentido? -pregunto Potting.

– Sexualmente. Le gustaba atarla. Tenia fetichismos.

– ?De que clase? -volvio a preguntar Potting.

– Cuero, goma, esas cosas.

– ?Todo esto se lo conto ella? -pregunto Zafferone.

– Si.

– ?A usted le ponia?

– ?Que cono de pregunta es esa?

Chancellor estallo.

– ?Se excitaba, cuando Katie le contaba esas cosas?

– No soy un enfermo pervertido, si es lo que piensa -replico el hombre.

– Senor Chancellor -dijo Norman Potting, interpretando de nuevo el papel del poli bueno-. Imagino que la senora Bishop no le menciono nunca una mascara antigas.

– ?Una que?

– ?Los fetiches del senor Bishop incluian una mascara antigas, que usted sepa?

El artista se quedo pensando un momento.

– Yo… No… No recuerdo que mencionara ninguna mascara antigas.

– ?Esta seguro? -dijo Zafferone

– No es algo que se olvide facilmente.

– Parece que usted olvido con bastante facilidad que era una mujer casada -le presiono Zafferone.

– Creo que ha llegado el momento llamar a mi abogado -dijo Chancellor-. Se esta pasando de la raya.

– ?Mato usted a la senora Bishop? -pregunto Zafferone, impasible.

Chancellor parecio estar a punto de explotar.

– ??Que??

– Le he preguntado si mato a la senora Bishop.

– Yo la queria… ibamos a pasar juntos el resto de nuestras vidas. ?Por que diablos iba a matarla?

– Acaba de decir que quiere llamar a su abogado -continuo Zafferone, como un rottweiler-. Segun mi experiencia, cuando la gente quiere que su abogado este presente en la sala es porque es culpable.

– Yo la queria muchisimo. Yo…

Se le rompio la voz. De repente, se encorvo, hundiendo la cara entre las manos y comenzo a sollozar. Potting y Zafferone se miraron, a la espera. Al final, Barty Chancellor se incorporo, recobrando la compostura.

– Lo siento.

Entonces Zafferone lanzo la pregunta que Grace estaba deseando que alguno de los dos formulara.

– ?Conocia el senor Bishop su relacion?

– En absoluto.

Norman Potting volvio a intervenir.

– El senor Bishop es un hombre muy inteligente, por lo que dice todo el mundo. Usted y la senora Bishop tenian una aventura que duraba ya mas de doce meses. ?Realmente cree que no se olia nada?

– Ibamos con mucho cuidado… y, ademas, el estaba en Londres casi toda la semana.

– Tal vez lo supiera y nunca dijera nada -sugirio Zafferone.

– Es posible -reconocio Chancellor de mala gana-. Pero no creo que sospechara… Quiero decir que Katie estaba segura de que no lo sabia.

Zafferone volvio hacia atras algunas paginas de su libreta.

– Ha dicho antes que no tiene coartada para el intervalo de tiempo que va desde que la senora Bishop se marcho de su casa y la hora estimada de su asesinato, que se produjo, tal vez, menos de una hora despues.

– Correcto.

– Se quedo dormido.

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