ojos son marrones.

Mary parecia horrorizada. Finalmente, sacudio la cabeza y dijo:

– Seguro que es por esa forma tan penetrante que tiene de mirar a las personas. Di por sentado que sus ojos eran azules. -Parpadeo pensativa-. O grises.

Olivia puso los ojos en blanco y miro al frente, esperando que ese fuera el fin de la conversacion, pero Mary no era facil de disuadir.

– Todavia no me has hablado de el -senalo.

– Mary, no hay nada que decir -insistio Olivia. Clavo los ojos en su regazo, consternada. Su periodico era ahora un bulto arrugado e ilegible-. Me pidio que bailara con el y yo acepte.

– Pero… -Y entonces Mary ahogo un grito.

– Pero ?que? -Lo cierto es que Olivia ya estaba empezando a perder la paciencia.

Mary le agarro del brazo, le agarro del brazo con fuerza.

– ?Que ocurre ahora?

Su amiga senalo con un dedo hacia el lago Serpentine.

– Mira alli.

Olivia no vio nada.

– A caballo -susurro Mary.

Olivia desvio la vista a la izquierda y entonces…

«?Oh, no!» Imposible.

– ?Es el?

Olivia no contesto.

– ?Sir Harry? -aclaro Mary.

– Ya se a quien te refieres -solto Olivia.

– Creo que es sir Harry, si -dijo Mary alargando el cuello.

Olivia sabia que era el, no tanto porque se parecia al caballero en cuestion, sino porque siempre le pasaba todo a ella.

– Monta bien -musito Mary admirada.

Olivia decidio que habia llegado el momento de actuar desde la fe y rezar. Tal vez el no las veria. Tal vez decidiria ignorarlas. Tal vez un rayo…

– Creo que nos ha visto -dijo Mary, toda contenta y feliz-. Deberias saludar con la mano. Yo lo haria, pero no hemos sido presentados.

– No le des animos -le espeto Olivia.

Mary no dudo en arremeter contra ella.

– Sabia que no te caia bien.

Olivia cerro los ojos apesadumbrada. Se suponia que tenia que haber sido un paseo tranquilo y solitario. Se pregunto cuanto tardaria Mary en pillar el resfriado de Anne.

Entonces se pregunto si habia algo que pudiera hacer para acelerar el contagio.

– Olivia -le susurro Mary, hincandole el codo en las costillas.

Olivia abrio los ojos. Sir Harry estaba ahora bastante mas cerca, cabalgaba claramente en direccion a ellas.

– Me pregunto si el senor Grey estara tambien aqui -comento Mary esperanzada-. Puede que sea el heredero de lord Newbury, ?lo sabias?

Olivia se pego una sonrisa forzada en la cara mientras sir Harry se acercaba, al parecer sin su primo, el presunto heredero. Reparo en que montaba bien, si, y su montura era magnifica; un precioso capon castano de calcetines blancos. Iba vestido para montar, para montar de verdad, no para trotar majestuosamente por el sendero del parque. La brisa le habia despeinado el pelo moreno y tenia un poco de color en las mejillas, lo cual deberia haberle hecho parecer menos distante y mas simpatico, pero para ello necesitaria sonreir, penso Olivia con cierto desden.

Sir Harry Valentine no iba por ahi regalando sonrisas; desde luego a ella no.

– Senoras -dijo, deteniendose frente a ellas.

– Sir Harry. -Fue cuanto Olivia logro decir, teniendo en cuenta lo poco que le apetecia hablar.

Mary le propino una patada.

– Permitame que le presente a la senorita Cadogan -dijo Olivia.

El ladeo la cabeza cortesmente.

– Encantado de conocerla.

– Sir Harry -dijo Mary, devolviendole el saludo con un movimiento de cabeza-. Que dia tan agradable, ?verdad?

– De lo mas agradable -contesto el-, ?no le parece, lady Olivia?

– Si, ciertamente -exclamo ella con tension. Se volvio hacia Mary con la esperanza de que el hiciera lo mismo y le dirigiera sus preguntas a esta.

Pero, naturalmente, no lo hizo.

– No la habia visto nunca por Hyde Park, lady Olivia -le dijo sir Harry.

– Normalmente no me atrevo a salir tan temprano.

– Claro -musito el-, me imagino que tendra cosas muy importantes que hacer en casa a estas horas de la manana.

Mary miro a Olivia con curiosidad. La frase de Harry era criptica.

– Cosas que hacer -continuo el-, gente a la que observar…

– ?Ha venido su primo tambien? -se apresuro a preguntarle Olivia.

Harry arqueo las cejas con aire burlon.

– Sebastian raras veces sale antes de mediodia -contesto.

– ?Y usted madruga?

– Siempre.

Otra cosa que detestaba de el. A Olivia no le importaba levantarse pronto, pero odiaba a la gente que presumia de ello.

No hizo ningun comentario mas, tratando decididamente de alargar el momento hasta que resultase incomodo. Tal vez el se daria por aludido y se iria. Cualquier persona sensata sabia que era imposible que dos damas sentadas en un banco y un caballero a lomos de un caballo mantuviesen una conversacion. Ya estaba empezando a sentir calambres en el cuello de tanto estirarlo.

Alargo el brazo y se masajeo un lado de este, esperando que el captase la indirecta. Pero entonces (como era evidente que todo el mundo estaba en su contra, incluida ella misma) su memoria le jugo una mala pasada. Recordo sus pustulas imaginarias y lo de la peste de variedad bubonica. Y se echo a reir, ?horror!

Solo que no podia reirse, no con Mary sentada precisamente a su lado y sir Harry mirandola con esa arrogancia, de modo que sello la boca. Pero eso hizo que el aire le subiera por la nariz y resoplara; sin ninguna elegancia. Y le hizo cosquillas.

Lo cual hizo que se riera de verdad.

– ?Olivia? -pregunto Mary.

– No es nada -dijo, haciendo un gesto con la mano mientras se volvia hacia el otro lado, intentando ocultar la cara-. En serio.

Gracias a Dios, sir Harry no dijo nada. Aunque probablemente fuese solo porque creia que estaba loca.

Pero lo de Mary era otra historia, nunca sabia donde estaba el limite.

– ?Estas segura, Olivia? Porque…

Olivia seguia con la cabeza girada hacia un lado, porque en cierto modo sabia que de lo contrario volveria a reirse.

– Es que me ha venido algo a la cabeza, eso es todo.

– Pero…

Mary dejo de darle la lata; asombroso.

Olivia se habria sentido aliviada, solo que parecia muy poco probable que Mary desarrollase de pronto tacto y sentido comun. Y, de hecho, resulto tener razon porque Mary no habia interrumpido su frase fruto de su compasion por Olivia, en absoluto. Habia dejado de hablar porque…

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