Olivia asintio despacio, no porque estuviese de acuerdo con el, aunque se imaginaba que si lo estaba, por lo menos en la ultima frase.

– Estamos de acuerdo, entonces -confirmo el.

– ?Que?

– Esta asintiendo con la cabeza.

Olivia dejo de asentir.

– ?Le importa si me siento? -le pregunto Harry.

– ?Sentarse?

– Lo cierto es que debo seguir trabajando -le explico el.

– Trabajando -repitio ella, que esa manana estaba de lo mas locuaz.

Harry la miro con las cejas arqueadas, y solo entonces ella se dio cuenta de que lo que el queria decir era que no se podia sentar hasta que ella lo hiciera.

– Por favor… -Asi empezo la frase Olivia para decirle: «Por favor, como si estuviese usted en su casa», porque tras mas de veinte anos tenia grabadas a fuego las formulas de cortesia. Pero el sentido comun (y tal vez en buena medida el instinto de supervivencia) se impuso y opto por decir-: No deberia sentirse en la obligacion de pasar aqui el dia entero, en serio.

Harry apreto los labios con fuerza y de las comisuras de la boca se desplegaron unas diminutas arrugas. Habia cierta firmeza en su oscura mirada, fija y penetrante.

Olivia comprendio que no estaba pidiendole permiso. Le estaba diciendo lo que tenia que hacer.

Eso deberia haberla enfurecido. Era lo que mas detestaba en un hombre. Pero lo unico que hizo fue quedarse ahi… toda turbada. Cayo en la cuenta de que sus pies empezaban a retorcerse en las chinelas, querian ponerse de puntillas, y de pronto sintio que su cuerpo era demasiado ligero para seguir en contacto con el suelo.

Se agarro del respaldo de una silla. Tenia la sensacion de que iba a flotar en el aire. Tal vez deberia haber desayunado.

Aunque en realidad eso no explicaba la extrana sensacion que se habia apoderado de ella un poco… por debajo de su estomago.

Miro a Harry. Estaba diciendo algo, pero claramente ella no lo escuchaba. Ni siquiera le oia, no oia nada mas que una perversa vocecilla interior que le decia que mirase la boca de Harry, que mirase esos labios y…

– ?Olivia? ?Olivia?

– Lo siento -dijo ella. Apreto una pierna contra otra, pensando que mover un poco los musculos la sacaria de su trance. Ademas, tampoco se le ocurrio ninguna otra parte del cuerpo que quedase fuera del alcance de la vista de Harry.

Pero al parecer lo unico que eso hizo fue… inquietarla mas.

El ladeo ligeramente la cabeza, parecia… ?preocupado? ?Divertido? Dificil saberlo.

Olivia tenia que controlarse. Ya. Se aclaro la garganta.

– Me decia que…

– ?Se encuentra usted bien?

– Perfectamente -respondio ella con sequedad. Le gusto su forma de decirlo, contundente y seria, pronunciando con claridad cada consonante.

Harry la observo unos instantes, pero Olivia no pudo llegar a descifrar su expresion. O quiza simplemente no quisiese descifrarla, porque, de hacerlo, intuia que descubriria que el la estaba mirando como si de repente ella fuese a ladrar como un perro.

Le dedico a Harry una sonrisa forzada y dijo de nuevo:

– Me decia que…

– Le decia -dijo el lentamente- que lo siento, pero no puedo consentir que este usted a solas con ese hombre. Y no me diga que Vladimir estaria presente, porque el apenas cuenta.

– No -replico ella y se puso a pensar en su ultima e inquietante conversacion con el principe-, no iba a decir eso.

– Bien, entonces, ?estamos de acuerdo?

– Pues si -contesto Olivia- en lo de no querer estar a solas con el principe Alexei, pero… -Carraspeo con la esperanza de que eso pudiera ayudarle a centrarse de nuevo. Necesitaba mantener mejor la calma delante de este hombre. Era asombrosamente inteligente y conseguiria de ella lo que se propusiera, si no permanecia con los pies en la tierra. Y eso queria decir en la tierra, no despegandose de esta. Volvio a carraspear. Y luego una vez mas, porque de tanto carraspear le estaba empezando a picar la garganta.

– ?Necesita beber algo? -le pregunto Harry solicito.

– No, gracias. Lo que intentaba decir era que… seguramente entendera que no estoy sola aqui. Tengo unos padres.

– Si -replico el, que no parecio excesivamente impresionado por su razonamiento-, eso tengo entendido, aunque yo no los he visto nunca; en todo caso, no aqui.

Ella fruncio las cejas y miro hacia el recibidor por encima de su hombro.

– Creo que mi madre aun duerme.

– A eso me referia precisamente -dijo Harry.

– Le agradezco el gesto -dijo ella-, pero creo que debo puntualizar que es bastante improbable que el principe, ni nadie mas en realidad, venga a verme a tan tempranas horas de la manana.

– Estoy de acuerdo -le dijo Harry-, pero es un riesgo que no estoy dispuesto a correr. Aunque… -reflexiono unos instantes-. Si su hermano esta dispuesto a bajar aqui y prometerme que no la perdera de vista en todo el dia, yo me ire encantado.

– Eso presupone que yo quiera tenerlo cerca de mi durante todo el dia -repuso Olivia con brusquedad.

– Entonces me temo que tendra que conformarse conmigo.

Olivia miro a Harry.

El la miro a ella.

Ella abrio la boca para hablar.

El sonrio.

Olivia empezo a preguntarse por que oponia tanta resistencia.

– Muy bien -dijo, apartandose al fin del umbral de la puerta y entrando en la sala-. Supongo que no tengo nada que perder.

– Ni siquiera notara que estoy aqui -le aseguro el.

Eso lo dudaba mucho.

– Pero solo porque no tengo ningun otro plan para esta manana -le informo ella.

– Entendido.

Olivia lo fulmino con la mirada. Resultaba desconcertante no saber cuando Harry hablaba en tono sarcastico.

– ?Esto es totalmente inadmisible! -musito ella, pero fiel a su palabra Harry ya se habia vuelto a sentar frente al escritorio y estaba leyendo detenidamente los papeles que se habia traido consigo. ?Serian los mismos documentos en los que habia trabajado con tanta diligencia cuando ella lo espiaba?

Olivia se acerco a el despacio y cogio un libro de una mesa. Necesitaba tener algo en las manos, algo en lo que escudarse si el reparaba en la atencion con que ella lo observaba.

– Veo que ha decidido leer La senorita Butterworth -comento Harry sin levantar la vista hacia ella.

Olivia se quedo boquiabierta. ?Como sabia Harry que habia cogido un libro? ?Como sabia siquiera que lo estaba observando? No habia apartado los ojos de los papeles de la mesa.

?Y en serio habia cogido La senorita Butterworth? Indignada, Olivia descendio la mirada hacia el libro que tenia en las manos. Desde luego, podria haber cogido cualquier otro objeto al azar que no fuera ese.

– Estoy intentando abrir mas la mente -dijo ella, arrellanandose en el primer asiento con el que topo.

– Una noble causa -repuso el sin alzar la vista.

Olivia abrio el libro y se concentro en el, pasando con fuerza las paginas hasta que dio con el punto en que se habian quedado dos dias atras.

– Palomas… palomas… -murmuro.

– ?Que?

– Nada, busco lo de las palomas -dijo ella con dulzura.

Вы читаете Secretos en Londres
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату