hacia varios dias que no le molestaba el hombro.

Olivia habia dicho que queria ir al cuarto de bano a echar un vistazo a su aspecto, por lo que Harry no habia contado con que apareciese enseguida en la fiesta, pero aun asi ?no deberia haber acabado ya? La ultima vez que la habia visto le habia parecido que estaba bastante aceptable. ?Que mas podia haber tenido que hacer?

– ?Oh, sir Harry!

Al oir una voz femenina se giro. Era esa joven con la que Olivia habia estado sentada en el parque. ?Maldita sea! ?Como se llamaba?

– ?Ha visto a Olivia? -pregunto ella.

– No -contesto el-. Aunque no llevo mucho tiempo en el salon de baile.

La joven fruncio las cejas.

– No se donde se ha metido. Estaba con ella hace un rato.

Harry la miro con creciente interes.

– ?Ah, si?

Ella asintio senalando hacia un lado, se supone que para indicar otro sitio.

– Le he ayudado a arreglarse el pelo. Es que alguien le ha salpicado el vestido de champan.

Harry no sabia muy bien que tenia eso que ver con el pelo, pero sabia que era mejor no preguntar. Fuese cual fuese la historia que Olivia se hubiera inventado, habia convencido a su amiga y el no pensaba discutirle nada.

La joven fruncio el entrecejo y giro la cabeza a un lado y al otro mirando hacia la multitud.

– Es que tengo que contarle algo.

– ?Cuando la ha visto por ultima vez? -inquirio Harry en un tono serio, casi paternal.

– ?Dios mio! No estoy segura, ?hace una hora quiza? No, no hace tanto rato, imposible. -Continuo con su busqueda visual por la pista de baile, pero Harry no supo adivinar si buscaba a Olivia o simplemente repasaba la lista de invitados.

– ?La ve? -musito Harry basicamente porque era muy violento estar ahi junto a ella mientras se dedicaba a mirar a todos los presentes en la sala menos a el.

Ella nego con la cabeza y entonces parecio localizar a alguien mas importante que el, porque dijo:

– Si la encuentra, digale que la estoy buscando. -Y con un pequeno gesto de la mano volvio a perderse entre la muchedumbre.

?Que conversacion tan inutil!, penso Harry mientras se dirigia hacia las puertas que daban al jardin. No creia que Olivia hubiese salido, pero la sala de baile estaba en un desnivel del terreno y habia que subir tres escalones para llegar a las puertas. Desde ahi tendria muchas mas posibilidades de poder verla.

Pero cuando llego a su ventajosa posicion, de nuevo se llevo un chasco. Por lo visto toda la gente que conocia estaba en la fiesta, pero ni rastro de Olivia. Estaba Sebastian, que seguia embelesando a las damas con sus inventados relatos epicos. Edward se encontraba a su lado, intentando parecer mayor de lo que era en realidad. La amiga de Olivia (cuyo nombre seguia sin recordar) bebia a sorbos un vaso de limonada mientras fingia escuchar al caballero de cierta edad que le decia algo con voz potente. Y estaba el hermano gemelo de Olivia, apoyado en la pared del fondo de la sala con expresion de aburrimiento.

Hasta Vladimir estaba ahi, cruzando el salon de baile con gran determinacion sin molestarse en pedir disculpas por empujar a varios lores y ladies. Parecia bastante serio, penso Harry, y al darse cuenta de que el gigante ruso se dirigia hacia el se pregunto si convendria investigarlo.

– Venga conmigo -le ordeno a Harry.

Harry dio un respingo.

– ?Habla usted ingles?

– Nyeh tak khorosho, kak tiy govorish po-russki. (No tan bien como usted ruso.)

– ?Que pasa? -pregunto Harry en ingles, solo por prudencia.

Los ojos de Vladimir lo miraron con dureza.

– Conozco a Winthrop -anuncio el ruso.

Basto para convencer a Harry de que confiase en el. Y entonces Vladimir anadio:

– Lady Olivia ha desaparecido.

De repente ya no importaba si confiaba o no en el.

Olivia no tenia ni idea de donde estaba.

Ni de como habia llegado alli.

Ni de por que tenia las manos atadas a la espalda y los pies firmemente sujetos, y la habian amordazado.

Ni de por que no le habian vendado los ojos, penso mientras parpadeaba desesperadamente para acostumbrarse a la tenue luz.

Estaba tumbada de costado, en una cama, de cara a la pared. A lo mejor quienquiera que le hubiese hecho esto se habia imaginado que si no podia moverse ni hacer ruido alguno, daria igual lo que viera.

Pero ?quien podia ser? ?Por que? ?Que habia pasado?

Trato de pensar, trato de apaciguar las ideas que se le agolpaban en la cabeza. Habia ido al cuarto de bano. Mary Cadogan habia estado alli, y luego se habia ido y ella se habia quedado sola… ?durante cuanto tiempo? Por lo menos unos minutos; tal vez cinco.

Finalmente se habia armado de valor para volver a la fiesta, pero habian abierto la puerta y entonces…

?Que habia pasado? ?Que?

«Piensa, Olivia, piensa».

?Por que no lo recordaba? Era como si una gran mancha gris se hubiera esparcido por su memoria.

Empezo a respirar con mas dificultad. Deprisa y agitadamente. Horrorizada. No podia pensar con claridad.

Intento soltarse, aunque sabia que era inutil. Consiguio volverse sobre el otro lado, de espaldas a la pared. No lograba calmarse, centrarse…

– Veo que esta despierta.

Olivia se quedo helada, inmovil, su unico movimiento el del pecho que subia y bajaba deprisa.

No reconocio la voz. Y el dueno de esta se acerco, tampoco reconocio al hombre.

«?Quien es usted?»

Pero evidentemente no pudo hablar. Sin embargo, el hombre leyo la pregunta en su mirada; la vio en sus ojos aterrados.

– Da igual quien soy -dijo con cierto acento en la voz, aunque ella no supo identificar su procedencia. Al igual que se le habian dado siempre fatal los idiomas, tampoco era capaz de identificar los acentos.

El hombre se aproximo mas y se sento en una silla cerca de ella. Era mayor que ella, aunque no tanto como sus padres, y llevaba el pelo canoso muy corto. Sus ojos… a oscuras no pudo adivinar de que color eran. No eran marrones, sino un poco mas claros.

– El principe Alexei se ha quedado prendado de usted -dijo.

Olivia abrio desmesuradamente los ojos. ?El principe Alexei le habia hecho esto?

Su captor se rio entre dientes.

– No disimula usted bien sus emociones, lady Olivia. No ha sido el principe quien la ha traido aqui, pero si sera el… -se inclino amenazadoramente hasta que ella pudo olerle el aliento- quien pague su rescate.

Olivia sacudio la cabeza con un grunido, intentando decirle que el principe no se habia quedado prendado de ella y que, de ser asi, ya era agua pasada.

– Si es usted lista, no forcejeara -dijo el hombre-. No conseguira soltarse; conque no malgaste sus fuerzas.

Sin embargo, no podia parar de forcejear. Un miedo espantoso se estaba apoderando de ella y no sabia como controlarlo.

El hombre de pelo gris se levanto mientras la miraba esbozando una tenue sonrisa.

– Luego le traere comida y agua. -Se marcho de la habitacion y Olivia creyo morir de miedo al oir el clic de la puerta al cerrarse, seguido del giro de dos cerrojos.

No podria salir de ahi. No sin ayuda. Pero ?sabia alguien que habia desaparecido?

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