– Tonterias -dijo Gordon secamente-. Los actores de las peliculas explicitas son como los de cualquier otro sector de la industria del espectaculo. Con egos fragiles, inestables, con grandes subidas y tremendas caidas. Alguna gente no puede soportarlo.
– ?Y la compania productora? -dije-. Creative Image Associates… ?era una tapadera para Kruse?
Gordon asintio con la cabeza.
– Para su proteccion. ?Que estupido fui al no oler algo podrido cuando la monto! Si realmente habia logrado la aprobacion de la universidad, ?para que ese montaje de una empresa fantasma? Cuando vi el producto acabado, supe que era lo que, exactamente, habia hecho; pero no descubri su jugada… el era el doctor, el experto. En ese tiempo pensabamos que era brillante, un visionario. Me imagine que alguna razon tendria.
– ?Y que era lo que habia hecho?
– Vuelva a sentarse y se lo ensenare. -Regreso a la parte trasera de la sala, la habitacion torno a estar en oscuridad, y en la pantalla aparecio otra pelicula.
Esta no tenia ni titulo, ni nombres de actores…, solo la saltarina accion en imagenes granuladas, con un trabajo de camara aun mas de aficionado que el anterior, pero claramente inspiradora de la otra.
El escenario: la consulta de un doctor, con el mismo tipo de mobiliario, el mismo cuadrado de diplomas.
Las estrellas: una muy hermosa mujer de cabellos rubios en ondas, de largas piernas, muy bien provista, pero varios centimetros mas baja que Sharon, con los huesos mas pequenos, las facciones algo mas llenas. Lo bastante parecida como para ser la gemela de Sharon.
La gemela. Shirlee. No, esto era imposible. La Shirlee que yo habia conocido estaba impedida desde la infancia…
Si Sharon me habia contado la verdad.
El filme numero dos estaba corriendo a la velocidad con la que se movian los policias de la Keystone en las antiguas peliculas comicas: strip-tease, ahuecado del cabello, un hombre alto entrando por la puerta.
Primer plano de el: cuarenton, de cabello brillante, con bigotito como pintado a lapiz. Bata blanca, estetoscopio, carpeta de clip.
Un vago parecido al fallecido Mickey Starbuck, pero nada que llamase la atencion.
Y nada de expresion lujuriosa. Este doctor parecia estar mostrando autentica sorpresa ante la vista de la rubia desnuda que yacia abierta de piernas en la camilla.
Tampoco nada de planos cambiantes. Una camara estacionaria, planos largos de todo el campo y ocasionales primeros planos, que estaban menos interesados por lo erotico que por la identificacion de los actores.
De el.
La rubia se levanto y se froto contra el doctor. Se mostro ante el, se pellizco los pezones, se alzo de puntillas y le lamio el cuello.
El nego con la cabeza, senalo a su reloj.
Ella lo apreto contra su cuerpo y le clavo las caderas.
El comenzo a apartarse de nuevo, luego se dejo ir… como alguien que se derrite. Permitiendo que lo acariciase.
Ella ataco.
Luego, la misma progresion que en la pelicula de Sharon. Pero diferente.
Porque esto no era teatro. El doctor no estaba actuando.
No le hacia carotas a la camara, porque no sabia que
Ella se arrodillo ante el.
La camara estaba concentrada en el rostro de el.
Autentica pasion.
Estaban sobre la mesa.
La camara estaba concentrada en el rostro de el.
El estaba perdido en ella. Ella estaba al control.
Una camara oculta.
Un documental… esto era un autentico espiar a traves del agujero de una cerradura. Cerre los ojos, pense en otra cosa.
La belleza rubia trabajando como una profesional.
Una gemela de Sharon… pero de otro tiempo. El peinado de el y su bigotito de lapiz eran autenticos.
Contemporaneos…
– ?Cuando hicieron esto? -le pregunte a Gordon, mirando hacia atras.
– En mil novecientos cincuenta y dos -me dijo con voz ahogada, como resintiendo la intromision.
El doctor estaba encabritandose y rechinando los dientes. La rubia lo ondeaba sobre su cuerpo como si fuera una bandera. Le hizo un guino a la camara.
Pantalla en blanco.
– La madre de Sharon -dije.
– No puedo probarlo -dijo Gordon, regresando a la parte delantera de la habitacion-. Pero con ese parecido tendria que serlo, ?no? Cuando vi a la Hermosa Sharon, me recordo a alguien. No podia acordarme de quien, porque no habia visto esta pelicula en mucho tiempo…, en anos. Es bastante poco comun, un autentico articulo de coleccionista. Tratamos de no exponerlo a desgastes innecesarios y posibles roturas.
Se detuvo, expectante.
– Le agradecemos que nos lo haya ensenado, senor Fontaine. Es muy interesante.
– Es un placer. Cuando vi el producto de Kruse acabado, me di cuenta de a quien me recordaba ella. Supongo que fue intencional: le dimos total acceso a nuestra coleccion, y paso un monton de tiempo en la filmoteca. Debio descubrir la pelicula de Linda y decidio copiarla Madre e hija…, un tema interesante; pero deberia de haber sido sincero en su actitud.
– ?Conocia Sharon esta primera pelicula?
– No se lo puedo decir. Como ya le he explicado, solo la vimos una vez.
– ?De que Linda habla? -le pregunto Larry.
– Linda Lanier. Era una actriz… o, al menos, lo deseaba ser. Una de esas munecas hermosas que inundaron Hollywood tras la guerra…, bueno, supongo que aun siguen haciendolo. Creo que consiguio un contrato en uno de los estudios, pero nunca llego a trabajar.
– ?Tenia el tipo de talento equivocado? -le pregunto Larry.
– ?Quien sabe? Nunca se quedo el tiempo suficiente para que nadie lo comprobase. Ese estudio, en especial, era propiedad de Leland Belding. Acabo siendo una de las chicas de sus fiestas.
– El multimillonario ermitano -dije-. La Magna Corporation.
– Ustedes dos son demasiado jovenes para recordarlo -dijo Gordon-, pero en su tiempo fue un tipo realmente importante, un hombre del Renacimiento: industria aeronautica, armamentos, navegacion, mineria. Y las peliculas. Se invento una camara que aun usan hoy en dia. Y una faja para mujer que no se mueve, basada en el diseno aeronautico.
– Cuando dice una chica de sus fiestas, ?quiere decir una puta? -le pregunte.
– No, no. Eran mas como azafatas. Acostumbraba a dar montones de fiestas. El ser dueno de un estudio le daba acceso a un monton de chicas, y las contrataba como azafatas. Los bienpensantes trataron de sacarle punta a esto, pero jamas pudieron probar nada.
– ?Y que hay del doctor?
– Era un
– ?Y donde la consiguio usted?
Nego con la cabeza.
– Secreto profesional, doctor. Bastele saber que hace mucho que la tengo, y que me costo un monton. Podria hacer copias y recuperar mi inversion original, con beneficios, pero eso abriria las puertas a las reproducciones multiples y diluiria el valor historico del original, y me niego a renunciar a mis principios.
– ?Como se llamaba el hombre que hacia de doctor?
– Ya sabe que era un doctor de verdad… -Se interrumpio-. Pero no se su nombre.