A veces, el coche «la llevaba» al aeropuerto, donde usaba su tarjeta de credito para comprar un billete, al azar. Otras veces seguia en la carretera. En cualquier caso, las escapadas acostumbraban a terminar en excesos sexuales: una excursion a San Francisco que tenia su climax en una orgia de tres dias «con unos hombres esnifando droga, y buen sexo en cadena con un grupo de Angeles del Infierno en el Golden Gate Park». O llenandose de pastillas en una discoteca de Manhattan, a lo que seguia un pincharse heroina en una de las «galerias de tiro» del Sur del Bronx. Orgias en varias ciudades europeas, asuntos con desechos humanos y «contactos callejeros con gente que estaba mal de la cabeza».
Y una «buena demostracion de lo que valgo», rodando una pelicula porno «en algun lugar de Florida. Jodiendo y chupandola como una superestrella de la pantalla».
Las «fiestas» siempre acababan en una perdida del sentido ocasionada por la droga, durante la cual Jana se retiraba y J se despertaba, sin saber nada de lo que habia hecho su «gemela».
Esta habilidad para partirse en dos era el intringulis del problema de la paciente, decidio Sharon, y ese fue el objetivo de su asalto terapeutico. El ego de J habia de ser integrado, las «gemelas» acercadas mas y mas, hasta conseguir, al cabo, enfrentarlas la una con la otra, logrando algun tipo de contacto y acabando por fundirlas en una unica identidad, totalmente funcional.
Un proceso potencialmente traumatico, lo reconocia, que no venia apoyado por muchos datos clinicos. Muy pocos terapeutas afirmaban haber podido integrar personalidades multiples, asi que la prognosis para el cambio era pobre. Pero Kruse la animaba, apoyando su teoria de que, dado que esas multiples eran «gemelas» identicas, compartian un «nucleo psiquico» que seria apto para la fusion.
Durante la hipnosis, Sharon comenzo a alimentarle a J pequenos bocados de Jana, a darle pequenas visiones de las carreras a lo largo de la autopista, de una senal de ruta o el cartel de un motel que Jana le hubiera mencionado. Instantaneas, de camara fotografica, de un material neutral que podia ser retirado con facilidad si la ansiedad de la paciente subia demasiado.
J tolero bien esto: no habia signos externos de ansiedad, a pesar de que no respondia a nada del material de Jana, y desobedecia la sugerencia posthipnotica de Sharon para que recordase esos detalles. La sesion siguiente era identica: ni recuerdo, ni respuesta en absoluto. Sharon lo intento de nuevo. Nada. Sesion tras sesion. Una pared lisa, impenetrable. A pesar de la sugestibilidad previa de la paciente, no habia modo de que respondiese. Aparentemente, estaba decidida a que las dos «gemelas» jamas se encontrasen.
Sorprendida por la fuerza de la resistencia de la paciente, Sharon se pregunto si no habria estado equivocada en el hecho de que el ser «gemelas» hiciera mas facil la integracion. Quiza lo cierto fuera justamente lo opuesto: que el hecho de que J y Jana fuesen fisicamente identicas, pero opuestas de espejo en lo psicologico, hubiera intensificado su rivalidad.
Comenzo a investigar la psicologia de los gemelos, especialmente los identicos; habia consultado a Kruse, y luego probado con otro metodo de ataque: continuar hipnotizando a la paciente, pero sin insistir en los intentos de integracion. En lugar de aquello, habia adoptado un rol mas activo, simplemente charlando con la paciente acerca de temas aparentemente inocuos: las hermanas, las gemelas, las gemelas identicas. Llevando a J a traves de discusiones no apasionadas… ?acaso existia un nexo especial entre los gemelos y, si era asi, cual era su naturaleza? ?Cual era el mejor modo de criar a los gemelos cuando eran pequenos? ?Cuanta de la semejanza de comportamiento de los gemelos era debida a la herencia, y cuanta a la genetica?
«Yendo a favor, y no en contra, de la resistencia», era como lo habia descrito ella. Tomando buena nota del lenguaje corporal de la paciente y de sus tonalidades en el habla, sincronizando a ello sus actuaciones.
Explotando el mensaje oculto, de acuerdo con la teoria del doctor P.P. Kruse, sobre la dinamica de las comunicaciones.
Esto siguio durante varios meses mas; a primera vista, no eran mas que un par de amigas charlando, pero la paciente habia respondido al cambio de la estrategia hundiendose mas y mas profundamente en la hipnosis. Mostrando una sugestibilidad tan profunda, que habia llegado a desarrollar total anestesia de la piel al fuego, y empezado a ajustar la cadencia de su respiracion al habla de Sharon. Pareciendo preparada a la sugestion directa. Pero Sharon nunca se la ofrecia, simplemente seguia charlando.
Luego, durante la sesion cincuenta y cuatro, la paciente paso espontaneamente a ser Jana y comenzo a describir una loca noche que habia tenido lugar en Italia… una fiesta en una villa en Venecia, poblada por raros personajes siempre sonrientes y alimentada por alcohol a chorros y abundante droga.
Al principio, solo era otra narracion de una de las orgias de Jana, con cada uno de los detalles escabrosos contado con evidente delectacion, pero al cabo, a mitad del relato, habia sido otra cosa…
– Mi hermana esta aqui -dijo Jana, asombrada-. Esta jodidamente sola, ahi en ese rincon, sentada en esa fea silla sin barnizar.
– ?Que es lo que ella siente? -le pregunto Sharon.
– Esta aterrada. Se caga de miedo. Unos hombres le estan chupando los pezones… unos tipos desnudos, muy peludos. Como babuinos… y estan tirados por encima de ella, cubriendola, clavandole cosas.
– ?Cosas?
– Sus cosas. Sus repugnantes cosas. Le estan haciendo dano y se rien, y ahi esta la camara.
– ?Donde esta la camara?
– Alli, al otro lado de la habitacion. Yo estoy… ?oh, no, yo estoy aguantandola! Quiero verlo todo y todas las luces estan encendidas. Pero a ella no le gusta, y sin embargo yo sigo filmandola. No puedo detenerme.
Mientras continuaba describiendo la escena, la voz de Jana fue debilitandose, quebrandose. Describio a J como «exactamente como…
– ?Como? -le pregunto Sharon.
– Nada.
– ?Como te sentias, Jana? ?Como te sentias cuando viste lo que le estaba pasando a tu hermana?
– No senti nada. -Una pausa-. Mal.
– ?Muy mal?
– Un… poco mal. -Expresion de ira-. ?Pero fue por su propia jodida culpa! ?No cometas el crimen si no puedes cometer el crimen! ?De acuerdo? Si no queria hacer eso no tendria que haber ido alli, ?no?
– ?Acaso tuvo eleccion, Jana?
Pausa.
– ?Que quieres decir?
– ?Tuvo J eleccion en eso de ir a la fiesta?
Largo silencio.
– ?Jana? -inquirio Sharon.
– Vale. La he oido. Primero pense que, claro, seguro que la habia tenido… todo el mundo puede elegir. Pero, luego…
– ?Que, Jana?
– No se… quiero decir que realmente no la conozco. Quiero decir que somos exactamente la misma, pero hay algo en ella que… no se. Es como si fueramos… no se… mas que hermanas. No se cual debe de ser la palabra adecuada, quiza compa… Olvidelo.
Pausa.
– ?Companeras? -ofrece Sharon.
Jana, sobresaltada:
– ?He dicho que lo olvide, ya basta de toda esta mierda! Hablemos de cosas divertidas, de lo que yo estaba haciendo en la jodida fiesta.
– De acuerdo -acepto Sharon-. ?Que es lo que
Jana, desconcertada, al cabo de un largo silencio:
– No… lo recuerdo. ?Buf, probablemente era algo aburrido! Cualquier fiesta a la que vaya
Una puerta habia sido abierta; Sharon se abstuvo de seguir empujandola. Dejo que Jana siguiera hablando de naderias, espero a que toda su ira se hubiera disipado, y luego termino la sesion, segura de que se habia producido una ruptura. Por primera vez, en mas de tres anos, J habia permitido coexistir a las gemelas. Y habia ofrecido una nueva clave: la palabra