puede querer a alguien y al mismo tiempo llegar hasta el punto de malentenderlo?
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Sin embargo, en eso Vogel tiene razon: son los retoques de Kovarovic los que, al hacer la opera un poco mas convencional, fueron participes de su exito. «Dejenos deformarle un poco. Maestro, y se le querra.» Pero hete aqui que el Maestro se niega a ser querido a este precio y prefiere ser detestado y entendido.
?Que medios tiene un autor para hacer que se le entienda tal como es? Bastante pocos en el caso de Hermann Broch en los anos treinta y en la Austria cortada segun el patron de Alemania, que habia pasado a ser fascista, y pocos tambien mas tarde, en la soledad de su emigracion: algunas conferencias, en las que exponia su estetica de la novela; tambien, cartas a los amigos, a sus lectores, a sus editores, a los traductores; no dejo nada de lado, preocupandose, por ejemplo, muy de cerca de los textos cortos publicados en la solapa de sus libros. En una carta a su editor, protesta contra la propuesta del texto de la solapa que acompana
Detengamonos en esta propuesta: ?cual es, de hecho, la diferencia entre el contexto Broch-Svevo- Hofmannsthal y el contexto Broch-Joyce-Gide? El primer contexto es literario en el sentido amplio y vago de la palabra; el segundo es especificamente novelesco (es al Gide de Los monederos falsos a quien apela Broch). El primer contexto es un contexto pequeno, o sea local, centroeuropeo. El segundo es un contexto grande, o sea internacional, mundial. Al situarse al lado de Joyce y Gide, Broch insiste en que su novela sea considerada en el contexto de la novela europea; se da cuenta de que
Esta exigencia de Broch es valida para cualquier obra importante. Nunca lo repetire suficiente: el valor y el sentido de una obra solo pueden ser apreciados en el gran contexto internacional. Esta verdad se vuelve particularmente imperiosa para cualquier artista que se encuentre en un relativo aislamiento. Un surrealista frances, un autor del «nouveau roman», un naturalista del siglo XIX, todos estan aupados por una generacion, por un movimiento mundialmente conocido, su programa estetico precede, por decirlo asi, a su obra. Pero ?donde se encuentra Gombrowicz? ?Como entender su estetica?
Abandona su pais en 1939, a los treinta y cinco anos. Como documento de identidad artistico lleva consigo un unico libro,
Delimita su posicion mediante tres rechazos clave: rechazo de la sumision al compromiso politico de la emigracion polaca (no porque tenga simpatias procomunistas, sino porque le repugna el principio del arte comprometido); rechazo de la tradicion polaca (segun el, solo se puede hacer algo valido por Polonia oponiendose a la «polonidad», sacudiendo su pesada herencia romantica); rechazo, por fin, del modernismo occidental de los anos sesenta, modernismo esteril, «desleal hacia la realidad», impotente en el arte de la novela, universitario, esnob, absorbido por su autoteorizacion (no porque Gombrowicz sea menos moderno, sino porque su modernismo es distinto). Esta tercera «clausula del testamento» es sobre todo la importante, la decisiva y al mismo tiempo la obstinadamente malentendida.
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Ese era tambien, ya lo he dicho, el caso de Janacek. Max Brod se puso a su servicio como se puso al servicio de Kafka: con desinteresado ardor. Reconozcamosle esta gloria: se puso al servicio de dos de los mayores artistas que jamas han vivido en el pais donde naci. Kafka y Janacek: los dos mal apreciados; los dos con una estetica dificil de captar; los dos victimas de la estrechez de su ambiente. Praga representaba para Kafka un enorme inconveniente. Estaba aislado del mundo literario y editorial aleman, y eso fue fatal para el. Sus editores se ocuparon muy poco de este autor al que, en persona, apenas conocian. Joachim Unseld, hijo de un gran editor aleman, dedica un libro al problema y demuestra que esta fue la razon mas probable (idea que me parece muy realista) de que Kafka no terminara novelas que nadie le reclamaba. Porque, si un autor no tiene la perspectiva concreta de publicar su manuscrito, nada le empuja a darle el ultimo toque, nada le impide dejarlo provisionalmente de lado encima de su mesa y pasar a otra cosa.
Para los alemanes, Praga era tan solo una ciudad provinciana, al igual que Brno para los checos. Los dos, Kafka y Janacek, eran pues dos provincianos. Mientras Kafka era casi desconocido en un pais cuya poblacion le era ajena, Janacek, en el mismo pais, era minimizado por los suyos.
El que quiera comprender la incompetencia estetica del fundador de la kafkologia deberia leer su monografia sobre Janacek. Monografia entusiasta que, sin duda, ayudo mucho al maestro mal apreciado. Pero ?que enclenque, que ingenua es! Con grandes palabras, cosmos, amor, compasion, humillados y ofendidos, musica divina, alma hipersensible, alma tierna, alma de sonador, y sin el minimo analisis estructural, sin el minimo intento de captar la estetica concreta de la musica janacekiana. Conociendo el odio de la musicologia praguense hacia el compositor provinciano, Brod quiso probar que Janacek formaba parte de la tradicion nacional y que era perfectamente digno del gran Smetana, el idolo de la ideologia nacional checa. Se dejo obnubilar por esta polemica checa, provinciana, estrecha, hasta tal punto que toda la musica del mundo se le fue del libro, y de todos los compositores de todos los tiempos solo queda mencionado Smetana.
?Ah, Max, Max! ?No hay nunca que precipitarse sobre el terreno del adversario! ?Alli, no encontraras mas que una multitud hostil, arbitros vendidos! Brod no aprovecho su posicion de no checo para deslizar a Janacek hacia el contexto grande, el contexto cosmopolita de la musica europea, el unico en el que podia ser defendido y comprendido; volvio a encerrarlo en su horizonte nacional, lo separo de la musica moderna, y sello su aislamiento.