y a su esposa Lyra, cuya llamada dicen algunos que atendio,
traspasando las puertas de la muerte
para pronunciar su nombre con renacido aliento.
Mi padre aspiro e hizo una pausa, con la boca abierta como si fuera a continuar. Entonces una amplia y picara sonrisa ilumino su cara; se agacho y guardo su laud. Hubo protestas y muestras de indignacion, pero todos sabian que podian considerarse afortunados por haber oido los pocos versos que mi padre habia cantado. Entonces alguien se puso a tocar una cancion para bailar, y las protestas se apagaron.
Mis padres bailaron juntos; mi madre con la cabeza apoyada en el pecho de mi padre. Ambos tenian los ojos cerrados y parecian perfectamente satisfechos. Si encuentras a una persona asi, alguien a quien puedas abrazar y con la que puedas cerrar los ojos a todo lo demas, puedes considerarte muy afortunado. Aunque solo dure un minuto, o un dia. Despues de tantos anos, esa imagen de mis padres meciendose suavemente al son de la musica es, para mi, la imagen del amor.
Despues, Ben bailo con mi madre; sus pasos eran seguros y majestuosos. Me impresiono lo guapos que estaban juntos. Ben, viejo, canoso y corpulento, con la cara surcada de arrugas y las cejas chamuscadas. Mi madre, delgada, fresca y radiante, palida y con el cutis liso a la luz del fuego. Se complementaban estupendamente. Me dolio pensar que quiza jamas volviera a verlos juntos.
Empezaba a clarear por el este. Nos congregamos todos para despedirnos.
No recuerdo que le dije antes de separarnos. Se que me parecio deplorable e inadecuado, pero supe que el lo entenderia. Ben me hizo prometer que no me meteria en lios tonteando con las cosas que el me habia ensenado.
Se agacho y me dio un abrazo; luego me alboroto el cabello. Ni siquiera me importo. Como represalia, intente alisarle las cejas, algo que siempre habia querido hacer.
La expresion de sorpresa de Ben fue maravillosa. Volvio a abrazarme, y entonces se aparto de mi.
Mis padres prometieron pasar por el pueblo siempre que la troupe se encontrara por la zona. Todos los miembros de la troupe dijeron que no necesitarian que les insistieran mucho. Pero, pese a ser muy joven, yo sabia la verdad. Pasaria mucho tiempo antes que volviera a ver a Ben. Anos.
No recuerdo habernos puesto en marcha esa manana, pero si recuerdo que intente dormir y que me sentia muy solo. Mi unica compania era un dolor sordo y agridulce.
Cuando desperte, a ultima hora de la tarde, encontre un paquete a mi lado. Estaba envuelto con arpillera y atado con un cordel, y habia un pedazo de papel con mi nombre enganchado, agitandose al viento como una banderita.
Desenvolvi el paquete y reconoci la cubierta del libro. Era
Lo abri y vi que habia algo escrito en la guarda. Rezaba:
Kvothe:
Defiendete bien en la Universidad. Haz que este orgulloso de ti. Recuerda la cancion de tu padre. Ten cuidado con el delirio. Tu amigo,
Abenthy
Ben y yo nunca habiamos hablado de la posibilidad de que yo fuera a la Universidad. Yo sonaba con estudiar alli algun dia, por supuesto. Pero eran suenos que no me atrevia a compartir con mis padres. Estudiar en la Universidad significaria dejarles a ellos, a la troupe, a todos y todo lo que constituia mi mundo.
La verdad es que era una idea aterradora. ?Como seria instalarme en un sitio, no para pasar una noche ni un ciclo, sino meses, quiza anos? No volver a actuar. No hacer acrobacias con Trip, ni interpretar al joven y engreido hijo del noble en
Yo nunca habia dicho nada en voz alta, pero Ben debia de saber todo eso. Relei sus palabras, llore un poco y le prometi que lo haria lo mejor que pudiera.
16 Esperanza
En los meses siguientes, mis padres hicieron todo lo posible para llenar el vacio de la ausencia de Ben; se ocuparon de que los otros artistas colmaran mi tiempo de manera productiva para que no me deprimiera.
Vereis, en la troupe la edad no tenia ninguna importancia. Si eras lo bastante fuerte para ensillar los caballos, ensillabas los caballos. Si eras rapido con las manos, hacias malabares. Si ibas bien afeitado y te sentaba bien el traje, interpretabas a lady Reythiel en
Asi que Trip me enseno a contar chistes y a dar volteretas. Shandi me enseno los bailes finos de media docena de paises. Teren me midio comparandome con su espada y decidio que ya era lo bastante alto para aprender los fundamentos de la esgrima. No lo bastante alto para pelear de verdad, puntualizo, pero si lo suficiente para hacer una actuacion digna en el escenario.
Los caminos estaban bien en esa epoca del ano, de modo que avanzabamos a buen ritmo hacia el norte de la Mancomunidad: recorriamos veinticinco o treinta kilometros diarios en busca de pueblos donde actuar. Ahora que Ben nos habia dejado, yo viajaba casi siempre en el carromato de mi padre, que empezo a instruirme de manera mas formal para los escenarios.
Yo ya sabia muchas cosas, por supuesto. Pero lo que habia ido aprendiendo era un batiburrillo. Mi padre se propuso ensenarme de forma sistematica los verdaderos mecanismos del oficio de actor. Como pequenos cambios en la entonacion o en la postura hacen que un hombre parezca torpe, ladino o bobo.
Por ultimo, mi madre empezo a ensenarme a comportarme en sociedad. Yo ya tenia algunas nociones, que habia aprendido en nuestras poco frecuentes estancias en casa del baron Greyfallow, y creia que ya era bastante refinado sin necesidad de memorizar formulas de cortesia, modales en la mesa y las enmaranadas jerarquias de la nobleza. Tal cual se lo dije a mi madre.
– ?A quien le importa si un vizconde modegano esta por encima de un spara-thain vintico? -proteste-. ?Y a quien le importa si a uno hay que llamarlo «excelencia» y al otro «senor»?
– Les importa a ellos -contesto mi madre con firmeza-. Si actuas para ellos, necesitas comportarte con dignidad y aprender a no meter el codo en la sopa.
– A padre no le importa que tenedor tiene que usar ni quien esta jerarquicamente por encima a quien.
Mi madre fruncio el ceno y entrecerro los ojos.
– Quien esta por encima de quien -me corregi.
– Tu padre sabe mas de lo que parece -replico mi madre-. Y lo que no sabe lo disimula gracias a su considerable encanto. Asi es como se salva. -Me cogio la barbilla y me giro la cabeza hacia ella. Sus ojos eran verdes con un cerco dorado junto a la pupila-. ?Te contentas con salvarte? ?O quieres que este orgullosa de ti?
Esa pregunta solo tenia una respuesta. Una vez que me puse a trabajar en serio para aprender aquellas cosas, comprobe que no eran mas que otra clase de teatro. Otro guion. Mi madre componia poemas para ayudarme a recordar los elementos mas disparatados de la etiqueta. Y juntos escribimos una cancioncilla obscena titulada «El pontifice siempre esta debajo de la reina». Nos pasamos todo un mes riendonos con ella, y mi madre me prohibio expresamente cantarsela a mi padre, porque cualquier dia podia ocurrirsele tocarla delante de quien no debia y podia ponernos a todos en una situacion comprometida.
– ?Arbol! -El grito se oyo a lo lejos-. ?Roble del tres!
Mi padre interrumpio el monologo que estaba recitandome y dio un suspiro de irritacion.
– Ya veo que hoy tendremos que quedarnos aqui -mascullo mirando al cielo.