las cosas para que pueda volar si asi lo desea, o continuare viaje en tren.

– Tardara por lo menos dos dias.

– Como ya le he dicho, tendra usted cosas que hacer mientras tanto. No me diga que el trabajo no se le ha ido acumulando.

– Tiene razon -asintio Schellenberg-. Bien, tomemos un trago por eso. Por nuestra empresa inglesa.

– Santa madre de Dios, nada de eso, general. La ultima vez, alguien utilizo tambien esa frase conmigo. No se dieron cuenta de que fue asi como se describio a la Armada Invencible, y fijese en lo que ocurrio con ella.

– Entonces, que sea a nuestra salud, senor Devlin -asintio Schellenberg-. Yo bebere a su salud, y usted a la mia.

Y ambos regresaron al interior del local.

Munro estaba sentado ante la mesa en su piso de Haston Place, escuchando con atencion, mientras Carter le informaba de lo mas destacado de su conversacion con Vargas.

– Ya tenemos dos piezas del rompecabezas, Jack -asintio-. Schellenberg esta interesado en rescatar a Steiner, y ?donde esta Schellenberg ahora? En Lisboa, codeandose con Liam Devlin. ?A que conclusion le conduce eso?

– Que quiere reclutar a Devlin para la causa, senor.

– Desde luego. Es el hombre perfecto -asintio Munro-. Esto podria conducirnos a posibilidades muy interesantes.

– ?Como cuales, senor?

– Solo estaba pensando en voz alta -contesto Munro sacudiendo la cabeza-. Ha llegado el momento de pensar en cambiar a Steiner de sitio. ?Que sugerirla usted?

– Esta la carcel de Kensington, en Londres -dijo Carter.

– Olvidelo, Jack. Solo se la utiliza para prisioneros en transito, ?no es cierto? Para prisioneros de guerra como las tripulaciones aereas de la Luftwaffe.

– Tambien esta Cockfosters, senor, pero eso tambien es una carcel, y la escuela situada frente a la prision de Wandsworth, donde hemos retenido a una serie de agentes alemanes. -Munro no parecio sentirse impresionado, y Carter lo volvio a intentar-^ Claro que tambien esta Mytchett Place, en Hampshire. Han convertido eso en una especie de fortaleza en miniatura para Hess.

– Quien vive alli rodeado de un esplendor tan solitario que en junio del cuarenta y uno salto de un balcon y trato de suicidarse. No, eso no nos serviria. – Munro se levanto y se dirigio a la ventana. La lluvia se habia convertido ahora en aguanieve-. Creo que ha llegado el momento de que hable con nuestro amigo Steiner. Lo intentaremos para manana.

– Muy bien, senor. Me ocupare de todos los preparativos.

– Ese Devlin… -dijo Munro volviendose-, ?tenemos una foto suya en los archivos?

– Una foto de pasaporte, senor. Cuando estuvo en Norfolk tuvo que rellenar un formulario de registro para extranjeros. Es una obligacion para los ciudadanos irlandeses y para ello se necesita una foto de pasaporte. Los de la rama especial se encargaron de conseguirla. No es muy buena.

– Esa clase de fotos nunca lo son. -Munro sonrio de repente-. Ya lo tengo, Jack. Ya se donde podemos llevar a Steiner. A ese lugar de Wapping. Al priorato de St. Mary.

– ?Las Hermanitas de la Piedad, senor? Pero si eso es un hospicio para casos terminales.

– Tambien cuidan a los tipos que se han desmoronado, ?no? ?A apuestos pilotos de la RAF que han sufrido colapsos nerviosos?

– En efecto, senor.

– Y olvida usted a ese agente Baum, del Abwehr, en febrero. El que recibio un tiro en el pecho cuando la rama especial y el MI5 trataron de detenerle en Bayswater. Lo atendieron en el priorato, y fue alli donde lo interrogaron. He visto los informes. Los del MI5 no lo utilizan con regularidad, eso lo se con seguridad. Sera un lugar perfecto. Reconstruido en el siglo diecisiete. Antes pertenecio a una orden de clausura, de modo que el lugar esta rodeado de fuertes muros. El edificio fue construido como una fortaleza.

– Nunca lo he visto, senor. H: -Yo si. Es un lugar un tanto extrano. Fue protestante durante anos, cuando los catolicorromanos fueron proscritos. Luego, un industrial Victoriano que resulto ser un chiflado religioso lo convirtio en un hospicio para mendigos. Permanecio desocupado durante varios anos y luego, en mil novecientos diez, lo compro un benefactor. El lugar fue nuevamente consagrado a la Iglesia catolica, y las Hermanitas de la Piedad se hicieron cargo de el. – Asintio con un gesto, lleno de entusiasmo-. Si, creo que el priorato nos servira estupendamente bien.

– Hay una cosa mas, senor. Le recuerdo que este es un asunto de contraespionaje, lo que significa que cae estrictamente dentro de las competencias del M15 y de la rama especial.

– No, si resulta que ellos no saben nada al respecto -dijo Munro sonriendo-. Cuando Vargas llame, vealo en seguida. Digale que deje pasar tres o cuatro dias y que luego notifique a su primo que Steiner va a ser trasladado al priorato de St. Mary.

– ?Pretende invitarles a que lo intenten y monten la operacion, senor?

– ?Por que no, Jack? No solo atrapariamos a Devlin, sino tambien a cualquier otro contacto del que pueda disponer. No puede trabajar solo. No, en este asunto hay toda clase de posibilidades. Ya puede usted retirarse.

– Muy bien, senor.

Carter cojeo hasta la puerta y Munro exclamo entonces:

– Estupido de mi. Se me olvida lo mas evidente. Walter Schellenberg va a querer saber de que fuente procede esta informacion. Tiene que parecer buena.

– ?Me permite una sugerencia, senor?

– Desde luego.

– Jose Vargas es un homosexual practicante y en estos momentos en la Torre de Londres esta de servicio una compania de Guardias escoceses. Digamos que Vargas ha obtenido la informacion de uno de esos guardias, al que ha conocido en uno de los pubs que frecuentan los soldados, en los alrededores de la Torre.

– Oh, muy bien, Jack, excelente -afirmo Munro-. Adelante, pues.

Desde un discreto puesto de observacion situado en la explanada del aeropuerto, en las afueras de Lisboa, Frear observo a Schellenberg y a Berger caminar por la pista y aproximarse a los Junkers alli estacionados. Permanecio en su puesto, viendo como se alejaba el taxi que los habia llevado, y solo se dirigio hacia la parada de taxis una vez hubo comprobado que el avion habia despegado.

Media hora mas tarde, entro en el Luces de Lisboa y se sento ante la barra. Pidio una cerveza y le pregunto al barman:

– ?Donde esta hoy nuestro amigo irlandes?

– Oh, ?ese? Se ha marchado -contesto el hombre encogiendose de hombros-. No creaba mas que problemas. El jefe lo despidio. Anoche vino por aqui un cliente, un hombre muy agradable. Creo que era aleman. Ese Devlin tuvo una pelea con el, y casi llegaron a las manos. Tuvo que ser sacado a rastras.

– Me pregunto que hara ahora -dijo Frear.

– Bueno, hay muchos bares en Alfama,senhor -dijo el barman.

– Si, en eso tiene usted mucha razon. -Frear se termino la cerveza-. Sera mejor que me marche.

Salio y, poco despues, Devlin surgio desde detras de la cortina, en el fondo del bar.

– Buen hombre, Jose. Y ahora, tomemos juntos una copa de despedida.

Era a ultimas horas de la tarde y Munro estaba sentado ante su mesa, en el despacho del cuartel general del SOE, cuando Carter entro.

– Otro comunicado de Frear, senor. Schellenberg se marcho esta manana en avion, en direccion a Berlin, pero Devlin no se marcho con el.

– Si Devlin es todo lo astuto que yo me imagino, Jack, habra detectado la presencia de Frear desde el principio. En un lugar como Lisboa no se puede ser agregado militar de una embajada sin que la gente sepa esas cosas.

– ?Quiere decir que se ha marchado a Berlin siguiendo otra ruta?

– Exactamente. Girando y revolviendose como el zorro que es, aunque eso no le sirva de nada con nosotros. -Munro sonrio-. Tenemos a Rivera y a Vargas en el bolsillo, y eso significa que siempre estaremos situados un paso por delante de ellos.

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