respiro profundamente y le confeso:
– Si. Esta aqui. En mi casa.
El ruido de fondo cambio, y Mahler comprendio que Benke se habia ido con el telefono a hablar a algun sitio donde los demas no pudieran oirle.
– ?Esta… en mal estado?
– Si.
Ahora el silencio era total alrededor de Benke. Probablemente se habia metido en algun despacho vacio.
– Bueno, Gustav. No se que decirte.
– No tienes que decirme nada, pero quiero saber que estan haciendo. Si hago bien.
– Estan reuniendolos a todos. Los llevan a Danderyd. Han empezado a abrir las tumbas por todas partes. Han pedido ayuda al ejercito, recurriendo a una disposicion que hace referencia al riesgo de epidemia. La verdad es que nadie sabe nada. Yo creo… -Benke hizo una pausa-. No se, pero yo tambien tengo nietos, como tu sabes. A lo mejor haces bien. Reina un cierto… panico.
– ?Sabe alguien por que pasa esto?
– Nadie. Y ahora, Gustav… voy al otro tema.
– Benke, no puedo. Estoy completamente destrozado.
Benke resoplo en el auricular; Mahler se dio cuenta del esfuerzo que le suponia mantener la calma y no empezar a grunir.
– ?Tienes las fotos? -le pregunto.
– Si, pero…
– Entonces -dijo Benke-, esas son las unicas fotos no intervenidas que se han tomado dentro del hospital y tu el unico periodista que ha conseguido entrar antes de que lo cerraran. Gustav, con todo el respeto debido a la situacion que estas viviendo, y que yo no puedo imaginarme siquiera, el caso es que yo estoy aqui y hago un periodico. Estoy hablando en estos momentos con mi mejor periodista, que esta en posesion del mejor material existente. ?Acaso puedes tu ponerte en
– Benke, tienes que entender que…
– Te entiendo. Pero, por favor, Gustav, por favor, ?no puedes hacer algo…? Lo que sea. ?Las fotos y un pequeno texto directo? ?Por favor? Y si no puede ser, pues las fotos, solo las fotos.
Si hubiera podido reirse, Mahler se habria echado a reir, pero en esos momentos solo le salio un gemido. En los quince anos que ambos habian trabajado juntos no lograba recordar ni una sola vez en la que Benke hubiera
– Lo intentare -le contesto.
Como si no se hubiera esperado otra cosa, Benke le espeto:
– Reservo las paginas centrales. Tienes cuarenta y cinco minutos.
– ?Por Dios!, Benke…
– Que si. Y, gracias, Gustav. Gracias. Ya puedes empezar.
Colgaron. Mahler miro a su nieto, que no se habia movido. Se acerco y le puso el dedo en la mano. Se lo agarro. A Mahler le habria gustado sentarse a su lado, dormirse asi, con el dedo en la mano de Elias.
«Cuarenta y cinco minutos…».
Era una locura. ?Por que habia dicho que si?
Porque no habia otra alternativa: el habia sido periodista toda su vida, y sabia que lo que Benke le habia dicho era cierto. El tenia en sus manos el mejor material existente de la noticia mas importante… que habia producido nunca. No podia dejarlo pasar. De ninguna manera.
Se sento frente al ordenador, fue seleccionando las imagenes en su cabeza y los dedos empezaron a moverse sobre el teclado.
El ascensor arranca con una sacudida. Oigo gritos a traves de las gruesas paredes de cemento. La planta del deposito de cadaveres aparece a traves del cristal que hay en la puerta.
SEGUNDO INFORME
00:22. El ministro de Sanidad y Asuntos Sociales llega al ministerio. Bajo su direccion se ha nombrado con caracter temporal una comision integrada por representantes de varios ministerios y de la policia, asi como medicos especialistas en diversas materias.
Se ha puesto a disposicion de dicha comision una sala de conferencias para que funcione provisionalmente como su sede central. Pronto sera conocida como la Sala de los Muertos.
00:25. El primer ministro recibe la noticia en Ciudad del Cabo. La situacion se considera tan extraordinaria que se suspende un encuentro con Nelson Mandela programado para el dia siguiente, y el avion oficial se prepara para iniciar el viaje de regreso. El vuelo durara once horas.
00:42. A la Sala de los Muertos llegan los primeros datos irrefutables sobre resurrecciones en los cementerios. Ya se han barajado algunas cifras. Hay unas 980 personas mas. La policia hace publica su falta de recursos para hacerse cargo de las exhumaciones.
00:45. Aumenta la necesidad de emitir un comunicado desde la Sala de los Muertos. Reina una cierta confusion enla terminologia. Tras un breve encuentro, deciden que en adelante se utilizara el termino «redivivo» para referirse a los muertos que han despertado.
00:50. El ejercito se hara cargo del problema de las exhumaciones. Y puesto que la ley prohibe la colaboracion entre el ejercito y la policia, los representantes de los militares no podran pasar a formar parte de la comision. A los militares se les otorga la misma autoridad que en los supuestos de intervencion para hacer frente a una catastrofe, y podran actuar en este asunto como juzguen mas oportuno.
01:00. El hospital de Danderyd informa de que 430 redivivos se hallan bajo su custodia en la seccion de Infecciosos, y han comenzado el desalojo de algunas secciones con el fin de habilitar espacio. En cada hospital solo se han reservado dos ambulancias para las urgencias, el resto de su parque movil esta recogiendo a los redivivos. Se solicitan refuerzos.
01:03. En la Sala de los Muertos se discute si no deberian pedir ayuda a las empresas de pompas funebres para recoger a los redivivos. Esta decision podria considerarse de mal gusto y, en vez de eso, se hace un llamamiento a todos los taxis libres para que trasladen a los pacientes del hospital de Danderyd hasta otros centros sanitarios.
01:05. Las declaraciones hechas a la prensa por el coronel Johan Stenberg, a quien el ejercito ha puesto al frente de la fuerza de emergencia, llegan a la Sala de los Muertos. «En estos momentos consideramos los cadaveres como un problema estrictamente logistico», habia declarado el coronel. Un secretario de prensa del Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales se encarga de informarle de los terminos correctos que se deben utilizar.
01:08. El personal sanitario y el sacerdote de una ambulancia son amenazados con una escopeta en Tyresoal tratar de recoger a una rediviva. Solicitan presencia policial.
01:10. La CNN es la primera cadena de television extranjera que informa de lo sucedido en Estocolmo. Solo ofrecen imagenes del caos formado en las inmediaciones de Danderyd y en el reportaje se dice erroneamente que los pacientes trasladados a otros hospitales son los «living dead».