para el solo. No sabia que hacer.

Abrio los cajones de debajo de la encimera. Cubiertos, batidores y termometros para el horno. En otro cajon, boligrafos y papeles, una coleccion de fichas con recetas de cocina a la que su madre se habia suscrito, pero lo habia dejado porque todas incluian ingredientes demasiado caros.

Siguio con el cuarto de estar, abriendo cajones.

El ganchillo de mama, o las cosas del punto, no sabia bien. Una carpeta con cuentas y recibos de compra. Los albumes de fotos que habia mirado montones de veces. Revistas viejas con crucigramas todavia incompletos. Un par de gafas en su funda. El costurero. Una caja pequena de madera con el pasaporte de su madre y el de Oskar, las placas de identidad (a el le habria gustado llevarla colgada al cuello, pero su madre habia dicho que no, que solo en caso de guerra), una fotografia y un anillo.

Rebusco en todos los cajones y armarios como si buscara algo sin que el mismo supiera que. Algun secreto. Algo que cambiara algo. Que de repente en el fondo de un armario apareciera un trozo de carne podrida. O un globo inflado. Lo que fuera. Algo extrano.

Saco la foto y la estuvo mirando.

Era de su bautizo. Su madre estaba con el en brazos, mirando a la camara. Entonces estaba delgada. Oskar estaba envuelto en un faldon de cristianar con largas cintas azules. Al lado de su madre estaba su padre, embutido en un incomodo traje. Parecia como si no supiera que hacer con las manos, que le caian rigidas a lo largo del cuerpo. Parecia casi en posicion de firmes. Miraba de frente al bebe que estaba en los brazos de su madre. El sol brillaba sobre los tres.

Oskar observo la foto mas de cerca, analizando la expresion del rostro de su padre. Parecia orgulloso. Orgulloso y algo… extrano. Un hombre contento porque habia sido padre, pero que no sabia como tenia que comportarse. Como se hacia. Se podria pensar que era la primera vez que veia al nino, aunque el bautizo se celebro medio ano despues del nacimiento de Oskar.

La madre, por el contrario, sostenia a Oskar con seguridad, relajada. Su mirada a la camara no era tanto de orgullo como de… desconfianza. Como te acerques mas, decia esa mirada, te muerdo la nariz.

Su padre estaba algo echado hacia delante, como si quisiera acercarse el tambien pero sin atreverse. La foto no representaba a una familia. Representaba a un nino con su madre. A su lado un hombre, probablemente el padre. A juzgar por la expresion de la cara.

Pero Oskar queria a su padre, y su madre tambien lo queria. En cierto modo. A pesar… de lo que pasaba. De lo que acabo pasando.

Oskar cogio el anillo y leyo lo que ponia dentro de el: Erik 22/4/967.

Se habian separado cuando Oskar tenia dos anos. Ninguno de los dos habia encontrado aun otra pareja. «No ha surgido». Los dos usaban la misma expresion.

Dejo el anillo en su sitio, cerro la caja de madera y la deposito en el armario. Se pregunto si su madre miraria alguna vez el anillo, por que lo tendria guardado. No dejaba de ser oro. Diez gramos, seguro. Valdria aproximadamente cuatrocientas coronas.

Oskar se puso la cazadora de nuevo, salio al patio. Empezaba a oscurecer, aunque no eran mas que las cuatro. Descartado lo de ir al bosque ahora.

Tommy pasaba por delante del portal, se detuvo cuando vio a Oskar.

– Hola.

– Hola.

– ?Que haces?

– Nada, he repartido la propaganda y no se…

– ?Se saca algo de dinero con eso?

– Asi, asi. Setenta, ochenta coronas. Cada vez.

Tommy asintio con la cabeza.

– ?Quieres comprar un walkman?

– No se. ?Por que lo dices?

– Un walkman de Sony. Por cincuenta coronas.

– ?Nuevo?

– Si. En su caja. Con auriculares. Cincuenta coronas.

– Ahora no tengo dinero.

– Pero si acabas de ganar setenta, ochenta coronas con eso, como has dicho.

– Si, pero recibo un sueldo mensual. La proxima semana.

– Vale. Pero si quieres te lo doy ahora y cuando tengas el dinero me lo das.

– Bueno…

– Venga. Baja y esperame, que voy a buscarlo. Tommy hizo un gesto con la cabeza senalando hacia el parque y Oskar bajo y se sento en un banco. Enseguida se levanto y fue hasta la escalera del tobogan, miro. No estaba la chica. Volvio rapidamente al banco y se sento de nuevo, como si hubiera hecho algo prohibido.

Despues de un rato, llego Tommy y le dio la caja.

– Cincuenta coronas dentro de una semana, ?de acuerdo?

– Mmm.

– ?Que sueles escuchar?

– Kiss.

– ?Cuales tienes?

– Alive.

– ?No tienes Destroyer? Te lo dejo prestado si quieres. Grabalo.

– Si, que bien.

Oskar tenia el disco doble de Alive con Kiss, lo habia comprado hacia unos meses, pero no lo escuchaba nunca. Miraba mas las fotografias del concierto. Parecian realmente duros con la cara maquillada. Figuras de terror vivientes. Y Beth, donde Peter Cross cantaba, le gustaba realmente mucho, pero las demas canciones eran demasiado… como si no tuvieran ninguna melodia. A ver si Destroyer era mejor.

Tommy se levanto para irse. Oskar estaba abrazado a la caja.

– ?Tommy?

– Si.

– Ese chico. El que fue asesinado. ?Sabes tu… como fue asesinado?

– Si. Lo colgaron en un arbol y le cortaron el cuello.

– ?No lo acuchillaron? Como si le hubieran dado cortes. En el torax.

– No. Solo en el cuello. Phhhhhssst.

– Vale, vale.

– ?Algo mas?

– No.

– Hasta luego.

– Hasta luego.

Oskar se quedo sentado en el banco un rato, pensando. El cielo estaba de color lila oscuro, la primera estrella, ?o seria Venus?, se podia ver claramente. Se levanto y entro para esconder el walkman antes de que volviera su madre.

Esta tarde iba a ver a la chica para que le devolviera su cubo. Las persianas estaban aun bajadas. ?Viviria realmente alli? ?Que hacian alli dentro, todos los

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