?Poneis en duda su verdad?

– En este momento del juicio -respondio Fidelma-, dire que Solam os ha contado solo una parte de la verdad, que no toda. No ha explicado que, cuando el rey de Muman y su invitado, el principe de los Ui Fidgente, entraron a caballo en la plaza del mercado de Cashel, la primera flecha que los agresores lanzaron iba dirigida al rey de Muman. Le habria dado en el corazon de no haberse inclinado insospechadamente para saludarme, como hermana suya que soy. Gracias a ese afortunado movimiento, la flecha le dio en el brazo y lo malhirio. ?Por que no ha mencionado esto Solam?

Solam se puso en pie de un salto, rojo de furia, sonriendo con sarcasmo.

– Yo estoy aqui en representacion del principe de los Ui Fidgente -espeto con la exaltacion propia de su caracter-. Fidelma hablara por su hermano.

– ?Conociais este hecho y no lo revelasteis? -pregunto el brehon Rumann con desaprobacion.

– Conocia el hecho, pero tambien que Fidelma lo daria a conocer. No es de mi incumbencia presentar los argumentos de la defensa.

El temperamento excitable de Solam empezaba a volverse en su contra, a juzgar por la cara de pocos amigos con que el brehon Rumann le miraba.

– En ocasiones, escatimar la verdad no es mejor que mentir, Solam. Quedais avisado. No tolerare medias verdades.

Solam inclino la cabeza a modo de disculpa.

Fidelma sorprendio a todos al decir:

– Sabios jueces, yo no culpo al hermano Solam por intentar descubrir su verdad obviando lo que considera innecesario. Que bueno seria poder descubrir la verdad con la misma facilidad con que se descubre la mentira.

»Sin embargo, segun sucedio, tambien hirieron al rey, al que alcanzaron primero. Y quizas en el tumulto posterior resida la verdadera razon por la que el asesino no diera en el blanco fatal al atacar al principe de los Ui Fidgente. O tal vez no quiso hacerlo.

– ?Eso es una conjetura! -grito Solam, levantandose de pronto-. ?Es un insulto y una acusacion contra los Ui Fidgente!

– No es mayor conjetura que la interpretacion de Solam -objeto Fidelma con calma-. Ademas, es cierto que Gionga, capitan de la escolta de Donennach, fue tras los asesinos. Asi como el tanist de Muman, Donndubhain. Ambos tuvieron que ver con la muerte de los asesinos frustrados.

«Sostengo que no ha habido ninguna conspiracion por parte del rey de Muman para asesinar al principe de los Ui Fidgente, y asi lo demostrare.

Solam volvia a estar de pie.

– Sera interesante ver como lo haceis. A continuacion ampliare mi exposicion inicial del caso contra Muman. He demostrado que uno de los asesinos era miembro de la elite de guerreros del rey de Cashel…

– ?No habeis demostrado tal cosa! -desafio Fidelma-. El hecho de que llevara el emblema de la Cadena de Oro no lo convierte en un miembro de la Orden.

– Esto se juzgara con el peso de las pruebas -le aseguro el brehon Rumann.

– Las pruebas mostraran otra relacion -continuo Solam en actitud triunfal-. Ya he dicho que el otro asesino era hermano del conservador de las Santas Reliquias de Imleach. En visperas del intento de asesinato, el conservador de las Santas Reliquias desaparecio de Imleach con las Reliquias de Ailbe. Desaparecio de la abadia fingiendo que lo habian raptado. Eso quiso hacernos creer, con el proposito de culpar a los Ui Fidgente. Sabios jueces, he conseguido detener a este clerigo conspirador, el hermano Mochta, cuyo gemelo Baoill es el asesino a quien me refiero. El hermano Mochta esta presente en la sala, a la espera de que se le llame a declarar. Por otra parte, me complace informaros de que Gionga de los Ui Fidgente ha recuperado el relicario de Ailbe, que estaba oculto aqui, en Cashel, y de cuyo robo se pretendia culpar a los Ui Fidgente.

Fidelma se puso en pie, sonrojada de ira.

– Sabios jueces, esto es una parodia de la verdad.

Solam estaba igualmente exaltado.

– ?La verdad? La dalaigh de Cashel tiene mucho que contarnos sobre la verdad. ?Puede contarnos por que escondio al hermano Mochta y las Santas Reliquias? ?Por que, sin decirselo a nadie, llevo a Mochta y las Reliquias de Imleach a Cashel e intento esconderlas en la casa de una conocida prostituta de esta ciudad? ?Una prostituta?

La Gran Sala se alboroto. Al fin, Solam habia conseguido que todos los presentes reaccionaran ante sus recursos dramaticos.

– ?Es eso cierto, Fidelma? -pregunto el brehon Rumann tras pedir silencio.

Eadulf solto un quejido, pues sabia que Fidelma tenia que contestar.

– Los hechos son ciertos, pero…

Otro estallido de voces ahogo el resto de sus palabras.

– Es mas… es mas… -grito enseguida Solam en cuanto ceso el clamor, sin permitir terminar a Fidelma-. Es mas, ha salido a la luz otra conspiracion para desacreditar a los Ui Fidgente. Se contrato a una banda de mercenarios para atacar Imleach, para cortar el tejo sagrado de la abadia y culpar a los Ui Fidgente tallando en el tronco un jabali, el emblema del principe.

«Sostengo que la mano del rey de Muman esta presente en todos estos actos, con el fin de desacreditar a los Ui Fidgente y asi tener una excusa para destruirlos. Sostengo que todos los Eoghanacht estan involucrados en esta conspiracion, desde el rey y su hermana, que pretende ser su abogada imparcial, hasta los principes de Muman y el mismo comarb de Ailbe.

Se sento sin mas, en medio de la furia y la rabia que dominaban la Gran Sala.

El brehon Rumann espero a que se restableciera el orden antes de dirigir una aguzada mirada a Fidelma.

– Son las acusaciones mas serias que he oido jamas. Y son de tal gravedad, que ningun dalaigh las formularia a menos que tuviera certeza absoluta sobre su veracidad. Antes de que Solam presente sus pruebas, es mi obligacion permitiros responder, Fidelma. Mientras lo haceis, debere tener presente que vos misma habeis admitido como ciertas las acusaciones que Solam ha presentado contra vos. ?Quereis hablar?

Fidelma se puso en pie. En medio de un silencio sepulcral, todos se inclinaron para escucharla.

– Asi es, sabios jueces -comenzo a decir-. Permitidme concretar que he reconocido los hechos, pero no la interpretacion que Solam ha hecho de los mismos.

El brehon Solam puso ceno al instante, e inmediatamente comento:

– Los hechos parecen hablar por si solos. Todos somos prisioneros de los hechos, los hechos no pueden cambiarse.

– Con mis respetos, sabio juez, un hecho tiene muchas facetas. Un hecho es como una bolsa de grano. ?Se mantiene en pie una bolsa de grano cuando esta vacia? No. La bolsa de grano ha de llenarse con grano. Solo entonces se mantiene en pie. El hecho es como una bolsa de grano vacia. Y, del mismo modo, tampoco puede mantenerse en pie a menos que este lleno. Para juzgar un hecho es necesario tener en cuenta las razones de su existencia.

El brehon Rumann se disponia a refutar el argumento, cuando comprendio el sentido de lo que habia dicho Fidelma.

– Ya veo. Y ahora, desde luego, pretendeis llenar nuestro saco de grano.

– Asi es, sabio juez.

– Supongo que en el argumento contra Solam afirmareis que el reino de Cashel no es culpable de conspiracion alguna para desacreditar a los Ui Fidgente. Y que, de hecho, son los Ui Fidgente los que conspiran contra el reino de Muman y contra los Eoghanacht -supuso Rumann, y se apoyo contra el respaldo-. ?Estoy en lo cierto?

Entonces Fidelma dijo:

– No, sabio juez. No lo estais.

Los presentes quedaron paralizados durante un instante. El brehon Rumann la miro como si no la hubiera oido bien. Sus companeros, Dathal y Fachtna, estaban igualmente perplejos.

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