trabajaba.

Mientras Nion hablaba, Fidelma iba asintiendo con la cabeza.

– Si, tengo entendido que en ocasiones, con esa plata, haciais unos magnificos broches con la forma del simbolo solar. Por desgracia, los jinetes destruyeron vuestra forja, por lo que el dia que siguio al asalto, Samradan tuvo que abandonar la mina llevandose solamente el saco de plata que habiais podido refinar, aparte de un saco de mena sin refinar.

– No di abasto -dijo Nion, dandole la razon.

– ?Visteis alguna vez al protector de Samradan?

– Nunca. Yo no tenia nada que ver con ningun plan para derrocar a Cashel…

Fidelma se dirigio a los jueces.

– Ahi residia mi confusion -admitio-. Durante un tiempo pense que Samradan y la actividad ilegal en la mina eran la clave del problema. Sobre todo cuando descubri que la mina se hallaba en el mismo dedalo de tuneles donde se escondian Mochta y las Santas Reliquias. Fue una mera coincidencia que el hermano Bardan, de camino a reunirse con Mochta, se topara con la operacion minera de Samradan, y que este lo apresara y lo llevara a Cashel con el. Samradan no podia asumir la responsabilidad de la muerte de un clerigo, de manera que escondio a Bardan en el almacen, a la espera de recibir instrucciones de su protector. El principe decidio que habia que matar tanto a Samradan como al hermano Bardan, pues sospechaba que podian conducirme hasta el. Samradan estaba muerto cuando lo encontre. Por suerte, consegui liberar a tiempo a Bardan, que estaba amordazado en un almacen. Se halla en el tribunal como testigo.

– Decis, sin embargo, que fue Samradan quien os puso en el buen camino. Pero si estaba muerto cuando lo hallasteis, ?como pudo hablar con vos? -pregunto el brehon Rumann.

– No. Me referia al carrero de Samradan -corrigio Fidelma-. El carrero acudio a mi para facilitarme informacion sobre el arquero y Baoill. Como veis, el carrero, cuyo nombre nunca se supo, no sabia de la implicacion de su amo en el asunto; ni siquiera sabia que su amo tenia un protector. Samradan creia que yo estaba en Imleach para descubrir su operacion minera ilegal, pues yo misma habia cometido la estupidez de ponerle sobre aviso al preguntarle si comerciaba con plata, cosa que nego. Samradan hirio de muerte a su carrero. Antes de morir, este alcanzo a decir, estando presente el hermano Eadulf -afirmo, mirando hacia donde estaba sentado-, ciertas cosas que me llevaron al hermano Mochta. Y, lo que es mas importante, se refirio a un momento en que vio al arquero, que se alojaba en la misma posada, reunirse con un hombre al que no pudo identificar. Dijo que era un joven abrigado con una capa. Era de noche.

– Si no pudo identificar al hombre, ?como es posible que ese dato pudiera apuntar a una pista tan significativa? -pregunto el brehon Fachtna.

– El arquero se dirigio al hombre como rigdomna, principe, indicando de ese modo el rango de aquella persona. Este era el principal conspirador. El hermano Bardan tambien oyo hablar con Samradan a unos jinetes y oyo decir que el rigdomna estaba confabulado con un comarb.

Fidelma miro hacia el lugar donde seguia Nion, cerca de Capa, que no le quitaba el ojo de encima. Luego se volvio hacia Finguine, el principe de Cnoc Aine.

– Que Finguine se siente ante los jueces -solicito con cortesia.

Una nueva ola de susurros se desato en la Gran Sala.

Finguine se puso en pie, vacilante, con las facciones tensas por una subita inquietud.

– Acercaos -dijo el brehon Rumann con voz cavernosa-. Acercaos, Finguine.

El joven principe de Cnoc Aine avanzo despacio.

– Llegasteis a Imleach justo despues del asalto, ?no es asi? -pregunto Fidelma.

– Asi es.

– En ese momento, ?estabais seguro de que se trataba de un ataque de los Ui Fidgente?

– Si -respondio Finguine-. Asi lo creia Nion y, ademas, asi lo demostraba el jabali tallado en el arbol y el hecho de que los jinetes huyeran rumbo al norte tras el ataque. Todo apuntaba a que eran los Ui Fidgente.

– Como se esperaba que fuera -coincidio Fidelma-, claro que con una excepcion: el jinete que capturamos.

– Si, pero murio antes de que pudieramos identificar quien era… -empezo a decir Finguine.

– La noche antes de que salierais de Imleach, el hermano Bardan acudio a vos en la capilla para confesaros que conocia el paradero del hermano Mochta y las Santas Reliquias.

Finguine senalo a los testigos.

– El hermano Bardan esta ahi sentado. El os lo confirmara.

– ?Acordo traeros a Mochta y las Santas Reliquias?

– Si.

– ?Debo considerar, por tanto, que es coincidencia que Solam se uniera a vos aquella manana?

– Sucedio del modo en que os lo conte. Me vi obligado a escoltarlo hasta Cashel. Pero nos retrasamos porque habia dado mi palabra a Bardan y el no aparecia. A Solam solo le conte lo que considere necesario. Mas tarde supe que os habian visto en el camino que lleva al puente de Ara, con el sajon y el hermano Mochta. Segun la descripcion, llevabais algo que solo podia ser el relicario. En cuanto a Bardan, en fin, habia desaparecido.

– ?Como descubristeis donde habia escondido al hermano Mochta y las Santas Reliquias?

– Nion os vio salir de la casa de Della. No hizo falta mucha imaginacion para indagar y averiguar que erais amigas.

– ?Por eso fuisteis a casa de Della y os llevasteis a Mochta y el relicario? Todavia hay algo que no me explico. En mas de una ocasion habeis declarado vuestras sospechas hacia los Ui Fidgente. Si asi es, ?por que os hicisteis acompanar por Gionga de los Ui Fidgente para registrar la casa de Della?

Finguine miro nervioso a los jueces.

– Fue necesario actuar sin dilacion alguna en cuanto Nion me informo. Me hallaba con Solam cuando Nion vino a hablar conmigo. Asi, Solam insistio en que Gionga me acompanara, ya que abrigaba sospechas y queria un testigo de los Ui Fidgente. Como no tuve tiempo de mandar traer a mis guerreros, tuve que fiarme de Gionga.

Solam se dio la vuelta y asintio para confirmar lo dicho.

– Asi fue, Fidelma.

– Una vez descubristeis que habia traido al hermano Mochta y el relicario a Cashel, Finguine, ?por que creisteis necesario llevaroslos, si yo los habia puesto a buen recaudo?

Finguine parecia incomodo y luego sostuvo un momento la mirada de su prima.

– Porque creiamos que vos estabais tras la conspiracion contra Cashel.

Rara vez se asombraba Fidelma hasta quedarse sin habla, pero asi fue.

Su silencio animo a Finguine a seguir.

– Acababais de regresar a este reino tras pasar anos fuera. De joven os marchasteis a estudiar con el brehon Morann de Tara. Luego fuisteis a la abadia de Cill Dara, donde pasasteis anos. Habeis estado en el extranjero, en el reino de Oswy de la tierra de los Anglos y en Roma. ?Como ibamos a confiar en vos?

– Aun no entiendo que os hacia sospechar que estuviera envuelta en una conspiracion de estas caracteristicas -dijo Fidelma, poniendo al fin palabras a su asombro.

Nion salio en defensa de Finguine.

– Yo conte a Finguine lo que habia oido de Samradan. Una vez se jacto de lo poderoso que era su protector; de que era alguien muy proximo al rey de Cashel. Nunca concreto si era hombre o mujer. Hasta ahora no sabiamos que se referia a el como rigdomna.

– ?Aun siendo rigdomna masculino, y no femenino? -le pregunto Fidelma con regocijo.

– Esto no es cosa de risa -interrumpio el brehon Rumann con enfado-. Con vuestra argumentacion, casi os habeis colocado en la posicion de principal sospechosa.

Fidelma se puso seria de pronto.

– En tal caso, sera mejor que llegue a la conclusion, sabio juez, antes de que me declareis culpable de conspiracion. Una pregunta mas. ?Que haciais en la casa de Samradan la otra noche?

Finguine arrugo la frente.

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