pasar la noche.

Eadulf casi gruno en voz alta de alivio. Si se hubiera equivocado al decidir, sabia perfectamente como habria terminado ese dia. Agradecido por mucho y mas, Eadulf siguio al amable padre superior hasta el refectorio de la comunidad.

* * *

En la sala de la fortaleza de Cam Eolaing, con tranquilidad, Fidelma se habia hecho cargo de la situacion otra vez.

– Ya que el obispo Forbassach ha huido -dijo Fidelma a su audiencia con una nota de sarcasmo-, podria interpretarse (puesto que asi se han interpretado anteriormente acciones similares en el caso de otras personas) como un signo de culpabilidad. -Miro con desafio a la abadesa Fainder, que se ruborizo, pero sin comentar nada-. Aun asi, con o sin el, tenemos mucho trabajo por delante.

– No creo que tengais tiempo para hacer gran cosa, sor Fidelma. El obispo no tardara en regresar con los guerreros del rey -intervino Mel con animo de provocacion.

Coba hizo oidos sordos a la amenaza.

– ?Por que el obispo Forbassach y vos pretendiais matar a esta nina? -pregunto sin rodeos y sin esperar a que Fidelma diera comienzo a la reunion.

– ?No pensabamos hacerlo! -respondio Mel con frialdad.

– La propia nina os acusa.

– Se equivoca.

– ?No me equivoco! ?Querian matarme! -insistio Fial, algo menos histerica, mirando a los presentes-. Todos quereis matarme.

Fidelma lanzo una mirada a Coba antes de intervenir, pues estrictamente hablando era una invitada en su salon. El bo-aire accedio sin decir nada.

– Planteemos la situacion de esta otra manera, Mel. ?Por que vos y el obispo perseguiais a la nina?

– De todos era sabido que sor Fial habia desaparecido de la abadia. Solo intentabamos llevarla de vuelta.

– Pero ?como sabiais donde encontrarla? -inquirio Fidelma.

– Yo no sabia donde estaba. Y no creo que el obispo Forbassach lo supiera tampoco hasta que la encontramos por casualidad.

– ?Decis que os la encontrasteis por casualidad? Creo que he pasado algo por alto. ?Que os trajo hasta aqui en busca de sor Fial?

– ?Por que insistis en llamarme «hermana»? -interrumpio la nina con un tono irascible, y se echo a llorar otra vez.

Fidelma se le acerco y le dio unas palmaditas en el brazo.

– Tened un poquito mas de paciencia, querida. No tardaremos en llegar a la verdad -dijo y miro a Mel-. Seguid con vuestra historia, Mel. ?Que os trajo hasta aqui?

– Vos misma lo recordareis -respondio Mel-. Estabais presente. Baje a la sala principal de la posada de mi hermana. Estabais con Coba, el obispo Forbassach y el abad Noe. Acusasteis a Gabran de haberos atacado. El obispo Forbassach dijo que lo investigaria y me pidio que le acompanara.

– ?Por eso andabais preguntando por Gabran en Cam Eolaing hace unas horas? -pregunto Fidelma.

Mel asintio afirmativamente.

– Primero, el obispo Forbassach y yo hemos ido a la abadia. Tras verse con la abadesa, hemos ido a caballo en busca de Gabran a fin de averiguar cuanto habia de verdad en vuestra acusacion. El obispo no creia totalmente vuestra historia.

Fidelma miro a la abadesa Fainder.

– ?Vos revelasteis a Forbassach el paradero de Fial?

– Yo no sabia donde estaba -protesto aquella.

– Pero esta manana os habeis visto con el obispo Forbassach, ?no?

– Ha venido temprano, tras hablar con vos en la posada. Me ha contado que habiais acusado a Gabran de atacaros, pero no me ha dicho que se disponia a salir a buscarlo. Por eso he salido yo misma en su busca.

Fidelma se volvio hacia Mel.

– ?Y decis que vos salisteis a buscar a Gabran inmediatamente despues? ?Insinuais con ello que acababais de llegar cuando os hemos encontrado persiguiendo a Fial?

– En ese momento acababamos de llegar al barco de Gabran, si.

Fidelma sacudio la cabeza con un gesto de reprobacion.

– Si salisteis de la abadia cuando decis que salisteis (y parece que eso queda confirmado con la visita temprana a Cam Eolaing en busca de Gabran), ?como es posible que acabarais de llegar a su barco cuando os hemos encontrado? No creo que os hubieramos adelantado tanto.

– Nos hemos equivocado de camino -contesto Mel, sin inmutarse pese a la aparente inconsistencia-. Hemos tomado el otro ramal del rio y, cuando nos hemos dado cuenta, el ancho era demasiado estrecho para que el barco de Gabran pudiera haber llegado mas alla, asi que nos hemos retrasado unas horas. Y hemos tenido que desandar el camino hasta Cam Eolaing para tomar la senda que va por la orilla correcta. Si no hubieramos cometido ese error, habriamos llegado al barco de Gabran hace unas horas, antes que vos y la abadesa.

– Forbassach y vos sois de esta region. ?Como es posible que no supierais como se bifurca el rio?

– Fearna queda a seis o siete kilometros de aqui. Cierto, soy de Fearna, pero no me conozco cada rincon de este reino.

Fidelma sopeso la explicacion. Si bien le parecia dudosa, tambien era posible. Decidio que no podia continuar sin mas informacion.

– ?Que ha pasado despues de equivocaros de camino y regresar para buscar el barco de Gabran?

– Entonces nos hemos cruzado con sor Fial -explico Mel-. ibamos cabalgando por el sendero del rio cuando, inesperadamente, la nina ha saltado de entre los arbustos delante de nosotros, y se ha detenido con un resbalon. Creo que nos ha reconocido, pero ha dado un grito y ha echado a correr. Y luego os hemos encontrado a vos… - dijo y se encogio de hombros con media sonrisa burlona-. El resto de la historia ya la conoceis.

Fidelma reflexiono sobre la declaracion unos momentos y luego dio un profundo suspiro. Se volvio hacia Fial. Aunque esta habia dejado de sollozar, parecia enferma y angustiada.

– Fial, quiero que sepas que no pretendo haceros dano. Si sois honesta conmigo, yo lo sere con vos. ?Lo habeis entendido?

La nina no respondio, pero sus ojos recordaron a Fidelma los de un animal acorralado. Reflejaban la misma expresion dura de un animal al acercarse a el el depredador. El instinto llevo a Fidelma a rodear con un brazo los hombros delgados de la nina.

– Ya no hay nada que temer. Yo no soy vuestra enemiga. Yo os protegere de vuestros enemigos. ?Me creeis?

Fial volvio a dar la callada por respuesta, de modo que Fidelma probo con preguntas mas directas.

– ?Cuanto tiempo estuvisteis presa en el barco de Gabran?

La nina seguia si hablar.

– Se que estuvisteis encerrada alli, en una pequena cabina bajo la cubierta, encadenada con grilletes.

Sus palabras no fueron una pregunta, sino una afirmacion. Al fin, Fial se estremecio y respondio:

– No se cuanto tiempo estuve alli dentro. La ultima vez creo que fueron dos o tres dias. Estaba oscuro y no habia modo de saberlo.

– Estais poniendo palabras que no ha dicho en su boca -protesto la abadesa Fainder.

Fidelma tomo las manitas de Fial y las levanto para que los demas las vieran.

– ?Yo tambien le he hecho estas marcas en las munecas, abadesa Fainder? -pregunto a media voz.

Las llagas que tenia en la piel de las munecas demostraban que habian estado atadas.

– Creo que Fial tambien podria ensenarnos las llagas alrededor de los tobillos.

Coba ya habia reparado en ellas.

– Nina, ?estabais encadenada en el barco? -pregunto con brusquedad.

Viendo que no respondia, Fidelma le exhorto a hacerlo con delicadeza, repitiendo la pregunta. Fial agacho un

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