– Tal privilegio se concede a pocos forasteros. No obstante, es cierto que, dado que hablaba nuestra lengua y al parecer poseia ciertos conocimientos juridicos, se le permitio llevar su propia defensa. Recibio el mismo tratamiento que damos a cualquier religioso errante.

– ?De modo que Eadulf de Seaxmund's Ham no menciono su cargo? -pregunto Fidelma, que empezaba a ver un atisbo de esperanza.

Fianamail se la quedo mirando sin comprender adonde queria ir a parar.

– Ese hombre es un monje, un peregrino pro Christo. ?Que otro cargo va a tener?

– Es techtairey no un mero monje en viaje de peregrinacion. Y como tal, debe tenerse en cuenta el consejo del Bretha Nemed, pues Eadulf viajaba bajo la proteccion del rey Colgu, en calidad de miembro de su casa real.

El joven rey se mostro ligeramente desconcertado. El no era dalaigh ni brehon, por lo que desconocia la ley a la que Fidelma se referia.

– ?Y por que el sajon esta bajo la proteccion de la casa real de vuestro hermano?

Fidelma percibio cierta vacilacion en su arrogancia juvenil.

– Es facil. Teodoro de Canterbury, arzobispo y consejero de todos los reinos sajones, envio a Eadulf como emisario personal a mi hermano. Por consiguiente, su precio de honor es de ocho cumals, la mitad del precio de honor que poseeis vos como rey de Laigin. Eadulf goza de los derechos y prerrogativas de una embajada. Y tiene derecho a poseer la mitad del precio de honor del hombre al que sirve. Al regresar hasta Teodoro de Canterbury con mensajes de mi hermano, Eadulf sigue gozando del mismo precio de honor y, por lo tanto, sigue estando al servicio de mi hermano. La ley es clara en cuanto a la proteccion que proporciona a los miembros de una embajada.

– Sin embargo, ha cometido un asesinato -protesto Fianamail.

– Eso han declarado vuestros tribunales -concedio Fidelma-. Pero deben investigarse las circunstancias. ?Acaso el Bretha Nemed no establece que quienes estan al servicio de un rey pueden cometer actos de violencia en defensa propia durante el desempeno de ese servicio, sin tener que afrontar por ello responsabilidades? ?Se saben que motivos subyacen bajo su delito? Es posible que goce de inmunidad para ser procesado. ?Se tuvo en cuenta todo esto?

Fianamail se mostraba claramente atonito por el despliegue de conocimientos tecnicos. No tenia capacidad para discutir con ella, y asi lo reconocio.

– No dispongo de la misma competencia juridica que vos, Fidelma de Cashel. Debo consultar al respecto.

– En tal caso, haced venir a vuestro brehon; que se presente ante mi y exponga los precedentes del caso.

Moviendo la cabeza, Fianamail se puso en pie y se acerco a la mesa para servirse una copa de vino.

– No esta aqui en este momento. No le espero hasta manana.

– En tal caso debeis emitir la sentencia sin el, Fianamail. No os he mentido sobre lo que dice la ley. Juro sobre mi honor como dalaigh, con o sin el consejo de vuestro brehon, que si este reino ha emitido una sentencia falsa o erronea, no se os considerara como un rey verdadero y sereis juzgado por un tribunal superior. Ningun rey esta por encima de la ley.

Fianamail trataba de discernir cual era el mejor modo de proceder. Levanto las manos con impotencia y las dejo caer a ambos lados.

– ?Que buscais, Fidelma? -pregunto tras vacilar unos momentos-. ?Sugeris que reclamais inmunidad para el sajon? Porque no lo aceptare. Cometio un crimen detestable. ?Que quereis?

– En ultima instancia, os rogaria que volvierais a aplicar las leyes de nuestro pais -respondio Fidelma-. Los Penitenciales extranjeros no caben en nuestra mentalidad. Matar por venganza no se corresponde a nuestra ley…

Fianamail levanto una mano para detener su elocuencia.

– He dado mi palabra al abad Noe, mi consejero espiritual, y al obispo Forbassach, mi brehon, de que se aplicaran los castigos decretados por la fe: una vida por otra vida.

Fidelma noto que se le aceleraba el pulso al percibir una brecha en su determinacion.

– Os pido que difirais la ejecucion a fin de poder investigar los hechos de este caso y corroborar que se ha observado la ley.

– Yo no puedo anular la sentencia de mi brehon; no esta en poder del rey.

– Concededme un tiempo limitado para investigar este crimen del que acusais al hermano Eadulf y permitidme analizar los hechos basados en un posible alegato de que actuo bajo proteccion, como fer taistil, oficial al servicio de la corte del rey con inmunidad. Autorizadme para iniciar tal investigacion.

Empleo el termino legal fer taistil, que aunque literalmente significaba «viajero», en concreto era «emisario entre reyes».

Fianamail volvio a tomar asiento. Sopeso la cuestion con el gesto torcido. Era evidente que le inquietaba acceder a su peticion, mas se mostraba incapaz de encontrar motivos para rebatir sus argumentos.

– No deseo volver a renir con tu hermano otra vez -reconocio al fin-. Ni quiero hacer nada que contradiga los protocolos y la justicia de mi reino. -Callo un momento y se froto la barbilla con un gesto de arrepentimiento-. Os concedere tiempo para que investigueis el crimen del que han acusado al sajon. Si hallais alguna irregularidad en la conducta y la sentencia de nuestros tribunales, no me opondre al derecho de apelacion.

Fidelma contuvo un suspiro de alivio.

– Es cuanto os pido. Mas para ello necesitare vuestra autorizacion.

– Mandare que me traigan pluma y vitela y os la dare por escrito -accedio, inclinandose hacia delante para sacudir una campanilla de plata.

– Bien -agradecio Fidelma, sintiendo un tremendo alivio-. ?Cuanto tiempo me dareis para la investigacion?

En ese momento entro un criado, y Fianamail le ordeno que trajera los utensilios de escritura. Los ojos del joven rey eran frios.

– ?Cuanto tiempo? Pues hasta manana al mediodia, a la hora senalada para la ejecucion del sajon.

El alivio momentaneo se desvanecio al darse cuenta de las limitaciones que le imponia Fianamail.

– ?Ya esta! -anadio este con una sonrisa-. No podeis acusarme de desobedecer las costumbres de nuestro pais. Os he concedido tiempo para preparar la apelacion. Eso queriais, ?no?

El criado regreso con los utensilios de escritura y el rey garabateo con rapidez sobre el papel de vitela. Fidelma tardo en recuperar la voz.

– ?No me concedeis mas que veinticuatro horas? ?Que clase de justicia es esta? -dijo despacio, tratando de contener la rabia.

– Sea la clase de justicia que sea, sigue siendo justicia -respondio Fianamail en un tono que denotaba su animo vengativo-. Nada mas os debo.

Fidelma guardo silencio unos instantes, tratando de pensar en algo mas que pedirle. Sin embargo, se dio cuenta de que no podia pedirle nada mas. El joven poseia el poder y ella carecia de un arbitrio superior para hacer desaparecer su animo de venganza.

– Muy bien -dijo al fin-. Si encuentro razones para una apelacion, ?detendreis la ejecucion hasta la llegada de Barran, vuestro jefe brehon, para revisar el caso?

Fianamail resoplo ligeramente y respondio:

– Si encontrais motivos para hacer una apelacion y los considero dignos de mis tribunales de justicia, permitire un aplazamiento hasta que pueda venir el brehon Barran. Los argumentos que sostengan la apelacion habran de ser consistentes, y no meras sospechas.

– Eso se da por supuesto. ?Me permitireis, ademas, indagar sin impedimentos ni obstaculos durante las proximas veinticuatro horas?

– Queda explicito en la autorizacion -respondio el rey, entregandole el papel.

Antes de cogerlo, Fidelma le pidio:

– En tal caso debeis anadir vuestro sello para que conste que actuo con vuestro consentimiento y autorizacion.

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