– ?Ves algun carne de donante de organos o algo asi?
Sean busco entre las tarjetas de credito, las tarjetas de socio del videoclub, el carne de socio de un gimnasio, la tarjeta del Real Automovil Club, y por fin encontro la tarjeta de asistencia medica. Lo levanto para que Whitey pudiera verlo.
– Grupo sanguineo: A.
– Souza -dijo Whitey-, llama a la central y solicita una orden de busca y captura de David Boyle, que vive en el numero quince de la calle Crescent de East Buckingham. Varon de raza blanca, pelo castano, ojos azules, metro sesenta, setenta y cinco kilos. Con toda probabilidad va armado y es un individuo peligroso.
– ?Armado y peligroso? -exclamo Sean-. Lo dudo, sargento.
– Eso se lo cuentas al tipo del maletero -repuso Whitey.
La sede central de Policia tan solo se encontraba a ocho manzanas de distancia del deposito de coches; por lo tanto, cinco minutos despues de que Connolly se hubiera marchado, un batallon de coches patrulla y de coches camuflados atravesaba la entrada, seguidos de la furgoneta del equipo del medico forense y de la camioneta de la Policia Cientifica. Tan pronto como los vio, Sean se quito los guantes y se alejo del maletero. Ahora era cosa suya. Sean estaba dispuesto a responder a cualquier pregunta que desearan hacerle, pero aparte de eso, daba por concluido su trabajo alli.
El primer agente del Departamento de Homicidios que salio del Crown Vic color cafe fue Burt Corrigan, un veterano de la quinta de Whitey que tenia el mismo historial de relaciones desafortunadas y mala alimentacion. Le estrecho la mano a Whitey, ya que ambos acudian con frecuencia a las reuniones de los jueves de JJ Foley's, junto con los demas miembros del equipo de dardos.
– ?Ya le habeis multado o teneis intencion de esperar hasta despues del funeral? -pregunto Burt a Sean.
– Muy buena -apunto Sean-. ?Quien te escribe las frases ultimamente, Burt?
Burt le dio un golpecito en el hombro al acercarse al maletero. Lo examino, lo olfateo y exclamo:
– ?Que peste!
Whitey se acerco al maletero y le dijo:
– Creemos que el asesinato se perpetro en el aparcamiento del Last Drop de East Bucky en la madrugada del domingo.
Burt asintio y pregunto:
– ?No fue alli uno de nuestros equipos forenses el lunes por la tarde?
Whitey hizo un gesto de asentimiento y contesto:
– Se trata del mismo caso. ?Ha mandado algunos hombres al aparcamiento?
– Si, hace tan solo unos minutos. Tenian que encontrarse con un tal agente Connolly para buscar una bala.
– Correcto.
– Tambien ha solicitado una orden de busca y captura, ?no es asi?
– Si, de Dave Boyle -contesto Whitey.
Burt observo de cerca el rostro del tipo muerto, y dijo:
– Necesitaremos todas las notas que han tomado del caso, Whitey.
– No hay ningun problema. Me quedare un rato por aqui para ver como van las cosas.
– ?Se ha duchado hoy?
– Lo primero que he hecho.
– De acuerdo -se volvio hacia Sean-. ?Y usted?
– Desearia hablar con una persona que me esta esperando -repuso Sean-. Ahora el caso es suyo. Me llevare a Souza conmigo.
Whitey asintio y, mientras le acompanaba al coche, le dijo:
– Si Boyle tiene algo que ver en esto, podriamos relacionarlo con el asesinato de Katie Marcus, y solucionariamos dos casos a la vez.
– ?Un doble homicidio a diez manzanas de distancia? -pregunto Sean.
– Tal vez Katie Marcus saliera del bar y lo viera.
Sean nego con la cabeza y anadio:
– Las horas no cuadran. Si Boyle mato a ese hombre, lo hizo entre la una y media y las dos menos cinco de la manana. Entonces tendria que haber recorrido diez manzanas, y encontrarse a Katie Marcus conduciendo por esa calle a las dos menos cuarto. Me parece imposible.
Whitey se apoyo en el coche y respondio:
– A mi tambien.
– Ademas, el agujero que tenia ese hombre en la espalda es pequeno. Si quieres saber mi opinion, es demasiado pequeno para una pistola del calibre treinta y ocho. Pistolas diferentes, personas diferentes.
Whitey asintio y, mientras se observaba los zapatos, le pregunto:
– ?Vas a interrogar otra vez al chico de los Harris?
– No me quito de la cabeza lo de la pistola de su padre.
– Si tuvieras una fotografia del padre, tal vez alguien podria retocarla para que pareciera mayor, hacerla circular, y saber si alguien le ha visto.
Souza se les acerco, abrio la puerta del conductor y pregunto:
– ?Voy con usted, Sean?
Sean asintio, se volvio hacia Whitey y declaro:
– Es un pequeno detalle.
– ?El que?
– Lo que nos falta. Seguro que es algo sin importancia. Si lo averiguamos, podremos resolver el caso.
Whitey sonrio y le pregunto:
– ?Cuando fue la ultima vez que no pudiste resolver un caso de homicidio?
– Hace ocho meses, el de Eileen Fields -contesto Sean con rapidez.
– No todos los casos son faciles de solucionar -apunto Whitey-. ?Sabes lo que te quiero decir?
El rato que Brendan habia pasado en la celda no le habia sentado nada bien. Parecia mas pequeno y mas joven, aunque tambien mas resentido, como si alli dentro hubiera visto cosas que jamas habria deseado ver. Pero Sean se habia preocupado de ponerle en una celda vacia, lejos de la escoria de la sociedad y de los yanquis, por lo que no tenia ni idea de lo horrible que podia haber sido, a menos que el chico fuese incapaz de soportar el aislamiento.
– ?Donde esta tu padre? -le pregunto Sean.
Brendan se mordio una una, se encogio de hombros y contesto:
– En Nueva York.
– ?No le has visto?
Brendan, que empezaba a morderse otra una, respondio:
– No le he visto desde que tenia seis anos.
– ?Mataste a Katherine Marcus?
Brendan aparto la una de los labios y se quedo mirando a Sean.
– ?Contestame!
– ?No!
– ?Donde esta la pistola de tu padre?
– Que yo sepa, mi padre no tenia ninguna pistola.
Esa vez no parpadeo. No aparto la mirada de la de Sean. Le miro fijamente a los ojos con una especie de cansancio cruel y abatido que hizo que Sean viera por primera vez que el chico era capaz de ponerse violento.
«?Que demonios le habia sucedido en esa celda?»
– ?Que motivo podia tener tu padre para matar a Katie Marcus? -pregunto Sean.
– Mi padre no ha matado a nadie -replico Sean.
– Sabes algo, Brendan, y no me lo quieres contar. Vamos a ver si el detector de mentiras esta libre en este momento. Me gustaria hacerte unas cuantas preguntas mas.