pasaran la lengua por las comisuras de los labios. De hecho, la mayoria de sus companeros sencillamente pasaban de el. Pero en cierto modo, era mucho peor. Se sentia aislado a causa de aquel silencio.
Si se encontraban por casualidad al salir de casa, Jimmy Marcus solia andar en silencio junto a el de camino a la escuela, ya que habria sido violento no hacerlo, y solia saludarle cuando se lo encontraba en el pasillo o cuando coincidia con el en la cola que se formaba para entrar en clase. Cada vez que sus miradas se cruzaban, Dave notaba una extrana mezcla de lastima e incomodidad en el rostro de Jimmy, como si este deseara decirle algo y fuera incapaz de expresarlo con palabras; en el mejor de los casos, Jimmy nunca habia sido muy hablador, a no ser que se le ocurriera alguna idea descabellada, como saltar a las vias del tren o robar un coche. Sin embargo, Dave tenia la sensacion de que su amistad (en verdad, no estaba seguro de que hubieran sido realmente muy amigos; recordaba con algo de verguenza todas las veces que habia tenido que insistir en su camaraderia con Jimmy) acabo en el momento en que el subio al coche y Jimmy se quedo inmovil en medio de la calle.
Jimmy, tal y como fueron las cosas, no seguiria en la misma escuela que Dave; durante mucho mas tiempo; por lo tanto, los paseos que hacian que juntos, a la larga, tocarian a su fin. En la escuda, Jimmy siempre habia sido amigo de Val Savage, un psicotico bajito y con cerebro de chimpance, al que expulsaron dos veces y que podia convertirse en una tormenta de arena repentina y violenta que hacia que todo el mundo, tanto profesores como alumnos, se cagara de miedo. El chiste que circulaba acerca de Val (aunque nadie se atrevia a contarlo si el estaba cerca) era que sus padres no ahorraban para pagarle los estudios universitarios, sino para costearle la fianza. Incluso antes de que Dave subiera a aquel coche, Jimmy siempre andaba con Val en la escuela. A veces le dejaban que fuera con ellos cuando hacian alguna incursion en la cocina del colegio en busca de algun bocadillo o cuando habian descubierto algun tejado nuevo para escalar; despues del incidente del coche, le excluyeron incluso de eso. Cuando no le odiaba por haberle exiliado de forma tan repentina, Dave se percato de que la oscura nube que a veces se cernia sobre Jimmy se habia convertido en algo permanente, como un halo invertido. Jimmy parecia mayor y mas triste ultimamente.
Al final, consiguio robar un coche. Habia pasado casi un ano desde su primer intento en la calle de Sean y eso hizo que lo expulsaran para siempre de la escuela Lewis M. Dewey; tenia que atravesar media ciudad en autobus para llegar a la escuela Carver y averiguar como era la vida para un chico blanco procedente de East Buckingham en una escuela en la que casi todo el mundo era negro. Sin embargo, a Val le hacian ir en el mismo autobus que a el y Dave se percato de que bien pronto se habian convertido en el terror de Carver, dos chicos blancos que estaban tan locos que no le tenian miedo a nada.
El coche era un descapotable. Dave oyo rumores de que pertenecia a un amigo de uno de los profesores, aunque nunca se entero de cual. Jimmy y Val lo robaron del aparcamiento de la escuela mientras los profesores, junto a sus conyuges y amigos, celebraban una fiesta de final de curso en la sala de profesores despues de las clases. Jimmy se puso al volante, y el y Val dieron una buena vuelta alrededor de Buckingham; iban tocando la bocina, saludaban a las chicas y aceleraban, hasta que los vio un coche patrulla y acabaron destrozando el coche al chocar contra un contenedor de escombros que habia detras de la tienda Zayres en Rome Basin. Val se torcio el tobillo al salir del coche, y Jimmy, que ya estaba subiendo por una valla que conducia a un solar, regreso para ayudarle; Dave siempre se lo imagino como un fragmento de una pelicula de guerra: el valiente soldado que vuelve atras para rescatar a su companero herido, con las balas zumbando a su alrededor (a pesar de que Dave dudaba que los polis hubieran disparado, lo hacia parecer mas emocionante). Los policias les pillaron alli mismo y tuvieron que pasar una noche en un centro de detencion para menores. Les permitieron acabar sexto, ya que solo quedaban unos dias de clase; luego les dijeron a sus padres que tendrian que buscar otra escuela para la educacion de sus hijos.
Despues de aquel incidente, Dave apenas veia a Jimmy, tal vez una o dos veces al ano hasta que llegaron a la adolescencia. La madre de Dave solo le dejaba salir de casa para ir y volver de la escuela. Estaba convencida de que aquellos hombres aun seguian fuera, a la espera, en el coche que olia a manzanas y persiguiendo a Dave como misiles termodirigidos.
Dave sabia que no le perseguian. Al fin y al cabo, eran lobos y estos olian la noche en busca de la presa mas cercana y mas debil; despues la cazaban. Sin embargo, pensaba en todo ello mas a menudo: en el Gran Lobo y en el Lobo Grasiento, junto con los recuerdos de lo que le habian hecho. Rara vez sonaba con ellos, pero se deslizaban hasta el entre la terrible calma del piso de su madre, entre los largos y tranquilos periodos de silencio en los que intentaba leer libros de comics, ver la tele u observar la calle Rester desde la ventana. Se le aparecian y Dave cerraba los ojos con la intencion de hacerlos desaparecer; intentaba olvidarse de que el Gran Lobo se llamaba Henry, y el Lobo Grasiento, George.
Henry y George, gritaba una voz junto con el torbellino de visiones que le aparecian en la mente. Henry y George, Henry y George, Henry y George, mierdecilla.
Dave solia decir a la voz que oia en su cabeza que el no era una mierdecilla. El era el chico que habia conseguido escapar de los lobos. A veces, para mantener aquellas visiones a raya, recordaba con todo lujo de detalles como se habia escapado: la hendidura que habia visto en la bisagra del tabique de la puerta, el sonido del coche al alejarse cuando se iban a tomar unas copas, el destornillador sin empunadura que habia utilizado para agrandar la grieta, como hizo saltar la bisagra oxidada junto con un trozo de madera en forma de hoja de cuchillo. Habia conseguido salir por lo puerta, el, aquel chico que era listo, y se habia abierto paso con dificultad a traves del bosque, siguiendo el sol de ultima hora de la tarde, hasta llegar a una gasolinera que debia de estar a casi dos kilometros de distancia. Le habia impresionado mucho verla (el letrero redondo azul y blanco ya encendido pese a que aun habia luz natural.) Dave, al ver el neon blanco, sintio una punzada de dolor que le hizo arrodillarse alli donde acababa el bosque y empezaba el antiguo asfalto de color gris. Asi es como lo encontro Ron Pierrot, el dueno de la gasolinera: de rodillas y con la mirada fija en el letrero. Ron Pierrot era un hombre delgado, pero tenia unas manos que parecian capaces de romper una tuberia de plomo. Dave a menudo se preguntaba que habria sucedido si el chico que escapo de los lobos hubiera sido en realidad el personaje de una pelicula. Porque el y Ron se habrian hecho amigos y Ron le habria ensenado todas esas cosas que los padres ensenan a sus hijos; ensillarian los caballos, cargarian los rifles y habrian partido en busca de interminables aventuras. Se lo habrian pasado muy bien, Ron y el chico. Habrian sido heroes, en medio de la naturaleza, y habrian vencido a todos aquellos lobos.
En el sueno de Sean, la calle se movia. Observaba la puerta abierta del coche que olia a manzanas, y la calle le asia los pies y tiraba de el. Dave estaba dentro, acurrucado en uno de los extremos del asiento junto a la puerta, con la boca abierta y profiriendo un grito inaudible, mientras la calle se llevaba a Sean hacia el coche. Todo lo que alcanzaba a ver en el sueno era esa puerta abierta y el asiento trasero. No podia ver al tipo que tenia aspecto de poli. Tampoco podia ver al companero que se habia quedado sentado en el asiento de al Iado. Era incapaz de ver a Jimmy, a pesar de que este no se habia movido de su lado ni un instante. Solo podia ver en aquel asiento a Dave, la puerta y la basura que habia en el suelo. Se dio cuenta de que aquel era el timbre de la alarma que no habia oido: que habia basura en el suelo. Envoltorios de comida rapida, bolsas arrugadas de patatas fritas, latas de cerveza y de gaseosa, tazas de poliestireno para el cafe y una camiseta sucia de color verde. Hasta que no se desperto y analizo el sueno no se percato de que el suelo del asiento trasero en el sueno era identico al suelo del coche en la vida real, y de que no se habia acordado de la basura hasta ese momento. Ni siquiera cuando los polis fueron a su casa y le pidieron que hiciera todo lo posible para intentar recordar cualquier detalle que podria habersele pasado por alto, se le ocurrio que la parte trasera del coche estaba sucia, pues no lo recordaba. Sin embargo, en el sueno habia vuelto a la memoria, y aquello, mas que cualquier otra cosa, era lo que le habia hecho percatarse, en cierto modo, de que habia algo que no encajaba con el «poli», «su companero» y el coche. Sean nunca habia visto el asiento trasero de un coche patrulla en la vida real, al menos desde tan cerca, pero en cierta forma intuia que no estaria lleno de basura. Tal vez debajo de toda la basura habia corazones de manzana medio comer, y por eso el coche olia de aquel modo.
Un ano despues de la desaparicion de Dave, su padre entro en su dormitorio para decirle dos cosas.
Lo primero que le dijo fue que le habian aceptado en la escuela Latin, y que empezaria alli los estudios de septimo curso en septiembre. Le confeso que tanto el como su madre estaban muy orgullosos de el. Latin era la escuela a donde uno iba si queria llegar a ser algo en la vida.
Lo segundo que le dijo a Sean, como quien no quiere la cosa y cuando ya estaba saliendo por la puerta fue:
– Han cogido a uno, Sean.
– ?Que?
– A uno de los tipos que se llevo a Dave. Le pillaron y ahora esta muerto. Se ha suicidado en la celda.