Senalo la escopeta, cosa que hizo que Scott y Ashley sonrieran.
– Catherine -dijo Ashley, enjugandose los ojos-, serias una magnifica asesina profesional.
Ella sonrio.
– Gracias, querida. Lo tomare como un cumplido.
Scott se supo en pie.
– ?Habeis comprendido bien como vamos a hacerlo?
Ashley y Catherine asintieron.
– Parece retorcido -dijo Catherine.
– Mas vale retorcido que lamentarlo luego. Lo mejor es asumir que esta vigilando la casa y que puede seguirnos. Y no sabemos que puede intentar hacernos. Ya os ha echado de la carretera esta noche.
– Si fue el -dijo Ashley-. No lo entiendo. ?Por que intentaria matarnos y al poco vendria aqui a proclamar que me ama?
Scott sacudio la cabeza. Tampoco para el tenia sentido.
– Bueno, si esta vigilando, le daremos algo en que pensar.
Recogio las maletas y las coloco junto a la puerta principal. Tras el, Catherine apagaba todas las luces de la casa. Dejando a las dos mujeres
Scott dio marcha atras con el Porsche hasta colocarse junto al pequeno todoterreno de Catherine. Dejo el motor en marcha y salio despues de subir la capota. Subio al otro vehiculo y lo encendio tambien. Luego se dirigio a la derecha de cada vehiculo, abrio la puerta y bajo el asiento del pasajero lo maximo posible.
Despues entro en la casa, recogio las maletas y volvio a salir.
Coloco la maleta de Catherine en su propio coche, y la de Ashley en el de Catherine. Cerro los maleteros, pero dejo las cuatro puertas abiertas.
Regreso a la puerta principal.
– ?Listas?
Ellas asintieron.
– Entonces vamos. Rapido.
Los tres se movieron juntos, una unica silueta oscura. Ashley se deslizo en el Porsche, y Catherine al volante de su propio coche. Ashley se agacho inmediatamente para que nadie pudiera verla. Se habia recogido el pelo dentro de un gorro negro.
Scott cerro todas las puertas antes de ponerse al volante del Porsche. Le hizo a Catherine una senal con el pulgar y ella acelero; sus ruedas escupieron grava. Scott la siguio a escasos centimetros de distancia. «Rapido ahora», penso. Pero Catherine estaba ya pisando a fondo. Ambos vehiculos se dirigieron velozmente hacia el camino, en caravana.
Scott escruto por el retrovisor, buscando faros, pero las curvas le dificultaban la vision. Habia luna llena. «Si yo persiguiera a alguien, conduciria sin luces», penso. Ashley permanecia agachada. El acelero para no despegarse de Catherine.
Ella se dirigia a un punto que conocia, justo antes de la autovia interestatal. Era una zona de descanso con un pequeno aparcamiento al fondo. Cuando diviso la entrada, espero al ultimo segundo para girar bruscamente. Los neumaticos chirriaron. Se dirigio al fondo, donde no
Scott aparco a su lado, se apeo rapidamente y corrio hacia la entrada del aparcamiento.
Un unico coche paso por la carretera, luego otro. No distinguio a los conductores, pero ninguno redujo la velocidad y desaparecieron carretera abajo, sin girar hacia la interestatal. Scott espero a que pasara otro coche, cosa que tardo casi un minuto. Luego regreso a donde esperaban las dos mujeres.
– Muy bien, cambiemos -dijo-. Ni rastro de el.
Ashley, cubriendose con una manta de lana, se deslizo desde el Porsche al todoterreno. Catherine puso el coche en marcha y se dirigio a la rampa de entrada a la autovia en direccion sur.
Scott la siguio, pero en vez de tomar la misma rampa, hacia su destino, se detuvo en la carretera. Vio desaparecer las luces traseras del todoterreno. Espero, atento a cualquier coche que se dirigiera tras Catherine, pero no paso ninguno. No habia nadie en los alrededores. Despues de contar hasta treinta, piso el acelerador y, con los neumaticos chirriando, enfilo la rampa de salida al norte. Cuando llego al final de la rampa, ya iba casi a cien. Un trailer avanzaba por el carril derecho, piso a fondo y lo adelanto temerariamente. La bocina del trailer atrono en la noche tras el y el camionero le lanzo destellos con las luces largas. Scott lo ignoro, atento al ilegal giro de ciento ochenta grados que haria. Rogo que ningun coche de policia estuviera por alli. Los faros iluminaron un cartel de «Solo vehiculos autorizados». Entonces piso el freno y apago todas las luces.
El Porsche dio un brinco y derrapo un poco mientras cambiaba de direccion norte a sur. Una rapida ojeada le dijo que la carretera estaba vacia, y acelero sin vacilar, encendiendo de nuevo las luces.
Tomo aire. «Intenta seguirme ahora, cabron», penso. Calculo que tardaria menos de diez minutos en alcanzar a Catherine y a Ashley, mientras escrutaba cada coche que adelantaba. Luego las escoltaria el resto del camino a casa.
Apreto los labios.
«Y aun me se unos cuantos trucos mas», penso con satisfaccion. El motor
El cansancio y el sueno despues de tanta tension los hicieron dormir hasta tarde. Luego, Ashley estallo en sollozos al enterarse de los detalles de la muerte de
Scott habia vuelto a la universidad. Echo una cabezada en el sillon de su despacho, antes de despertarse sintiendo que de algun modo el dia estaba distorsionado. En el lavabo de hombres, al asearse, se contemplo largamente en el espejo. «La historia es el estudio de hombres y mujeres que se elevan de la media para hacer cosas extraordinarias. Es un examen de la valentia de uno, la cobardia de otro, la presciencia de un tercero, los fracasos de un cuarto. Es emocion y psicologia, representada en un campo de accion», penso. Se pregunto si se habia pasado toda su vida adulta estudiando lo que hacian otros sin hacer algo el mismo.
O'Connell se habia cruzado circunstancialmente en la historia personal de Scott, y segun como actuara en los proximos dias, lo definiria para siempre, se dijo.
Sally hervia de furia.
Le parecia que habian fracasado en todo. Habian tratado de ser razonables. Habian tratado de mostrarse fuertes. Habian intentado el soborno. Habian probado la intimidacion. Y finalmente la huida. Todo en vano. Sus vidas habian sido zarandeadas y empujadas a un torbellino, sus carreras y su intimidad amenazadas, sus existencias trastornadas y empujadas a una situacion impensable un mes atras.
«El miedo se ha instalado en nosotros, quiza para siempre», penso.
Estaba sentada en el salon, sola. Sacudio la cabeza y agito las manos en el aire, gesticulando con el ceno fruncido, como si estuviera en medio de una encendida discusion.
Arriba, Ashley dormia todavia, pero Sally pretendia despertarla pronto. Hope y Catherine habian salido a dar un paseo y comprar algo de comida. Probablemente estarian hablando sobre la que les habia caido encima. Ella se habia quedado de guardia.
Sintio su pulso acelerado. Se encontraban en una encrucijada, pero aun no estaba segura que caminos habia disponibles.
Echo atras la cabeza y cerro los ojos. «Lo he fastidiado todo -penso-. He metido la pata hasta el fondo.»
Suspiro, se puso en pie y fue a un escritorio donde guardaban albumes de recortes y