его сломил сон). Cayo hasta el fondo de una substancia sin tiempo y sin espacio (упал на дно субстанции без времени и без пространства), donde las palabras de su mujer tenian un significado diferente (где слова его жены имели другое значение). Pero un instante despues se sintio sacudido por el hombro (почувствовал что его трясут за плечо).

-Contestame (ответь мне).

El coronel no supo si habia oido esa palabra antes o despues del sueno (не знал услышал ли это слово до или после сна). Estaba amaneciendo (рассветало). La ventana se recortaba en la claridad verde del domingo (окно вырисовывалось в зеленой прозрачности воскресения). Penso que tenia fiebre (была лихорадки). Le ardian los ojos (горели глаза) y tuvo que hacer un gran esfuerzo para recobrar la lucidez (и должен был сделать большое усилие чтобы восстановить ясность рассудка; lucir – светить).

-Que se puede hacer si no se puede vender nada (что можно будет сделать если не удастся ничего продать) - repitio la mujer.

-Entonces ya sera veinte de enero (тогда уже будет двадцатое января) - dijo el coronel, perfectamente consciente - (в полном сознании). El veinte por ciento lo pagan esa misma tarde (процентов заплатят тем самым вечером).

-Si el gallo gana (выиграет) - dijo la mujer -. Pero si pierde (проиграет). No se te ha ocurrido que el gallo pueda perder (тебе не приходило в голову что петух может проиграть).

-Es un gallo que no puede perder (это петух который не может проиграть).

-Pero suponte que pierda (но предположим что проиграет).

-Todavia faltan cuarenta y cinco dias para empezar a pensar en eso (все еще не хватает 45 дней, чтобы начинать думать об этом) - dijo el coronel.

La mujer se desespero (вышла из себя).

«Y mientras tanto que comemos» (и что тем временем будем есть), pregunto, y agarro al coronel por el cuello de franela (схватила за воротничок рубашки). Lo sacudio con energia (его энергично тряхнула).

-Dime, que comemos (скажи мне, что будем есть).

El coronel necesito setenta y cinco anos (понадобилось 75 лет) - los setenta y cinco anos de su vida, minuto a minuto - (лет его жизни, минута в минуту) para llegar a ese instante (чтобы придти в это мгновение, дойти до этого мгновения). Se sintio puro, explicito, invencible, en el momento de responder (почувствовал себя чистым, ясным, непобедимым в момент ответа):

-Mierda (дерьмо).

Trato de explicar algo pero lo vencio el sueno. Ella siguio hablando sordamente hasta cuando se dio cuenta de que su esposo dormia. Entonces salio del mosquitero y se paseo por la sala en tinieblas. Alli siguio hablando. El coronel la llamo en la madrugada. Ella aparecio en la puerta, espectral, iluminada desde abajo por la lampara casi extinguida. La apago antes de entrar al mosquitero. Pero siguio hablando.

-Vamos a hacer una cosa - la interrumpio el coronel.

-Lo unico que se puede hacer es vender el gallo - dijo la mujer.

-Tambien se puede vender el reloj.

-No lo compran.

-Manana tratare de que Alvaro me de los cuarenta pesos.

-No te los da.

-Entonces se vende el cuadro.

Cuando la mujer volvio a hablar estaba otra vez fuera del mosquitero. El coronel percibio su respiracion impregnada de hierbas medicinales.

-No lo compran - dijo.

Ya veremos - dijo el coronel suavemente, sin un rastro de alteracion en la voz-. Ahora duermete. Si manana no se puede vender nada, se pensara en otra cosa.

Trato de tener los ojos abiertos, pero lo quebranto el sueno. Cayo hasta el fondo de una substancia sin tiempo y sin espacio, donde las palabras de su mujer tenian un significado diferente. Pero un instante despues se sintio sacudido por el hombro.

-Contestame.

El coronel no supo si habia oido esa palabra antes o despues del sueno. Estaba amaneciendo. La ventana se recortaba en la claridad verde del domingo. Penso que tenia fiebre. Le ardian los ojos y tuvo que hacer un gran esfuerzo para recobrar la lucidez.

-Que se puede hacer si no se puede vender nada - repitio la mujer.

-Entonces ya sera veinte de enero - dijo el coronel, perfectamente consciente-. El veinte por ciento lo pagan esa misma tarde.

-Si el gallo gana -dijo la mujer-. Pero si pierde. No se te ha ocurrido que el gallo pueda perder.

-Es un gallo que no puede perder.

-Pero suponte que pierda.

-Todavia faltan cuarenta y cinco dias para empezar a pensar en eso -dijo el coronel.

La mujer se desespero.

«Y mientras tanto que comemos», pregunto, y agarro al coronel por el cuello de franela. Lo sacudio con energia.

-Dime, que comemos.

El coronel necesito setenta y cinco anos - los setenta y cinco anos de su vida, minuto a minuto - para llegar a ese instante. Se sintio puro, explicito, invencible, en el momento de responder:

-Mierda.

Paris, enero de 1957

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