ningun hombre normal podra llegar hasta esta piramide. Un hombre normal, si llega al Palacio de Cristal se queda alli para siempre. Vi a unos cuantos de ellos alli, gente normal. Tenian la jeta y el culo igual de gordos. No, muchachos, si alguien llega hasta aqui, solo puede ser un Izya numero dos. Excavara esta piramide, abrira el sobre y al instante se olvidara de todo y morira en este sitio, leyendo. Aunque, por otra parte, ?que me ha hecho venir aqui? ?Con que fin? Estaba bien en la Torre. En el Pabellon estaba mejor todavia. Y en el Palacio de Cristal… Nunca habia vivido como en el Palacio de Cristal, y nunca volvere a vivir asi. Vaya con Izya. Es un culo de mal asiento. Y si no estuviera conmigo, ?me habria largado de aqui o me habria quedado? ?Que pregunta!»

— ?Por que debemos seguir adelante? — preguntaba Izya en la Plantacion, mientras a su lado, adolescentes negras, hermosas, de grandes tetas, los escuchaban sin decir palabra —. ?Por que debemos seguir adelante, a pesar de todo? — seguia diciendo Izya mientras acariciaba distraido la rodilla aterciopelada mas cercana —. Ademas, ?que ha quedado detras de nosotros? La muerte o el hastio, que es igual a la muerte. ?Es que acaso no te basta este sencillo razonamiento? Somos los primeros, ?lo entiendes? Todavia ningun hombre ha recorrido este mundo de un extremo al otro, desde las selvas y las cienagas hasta el mismisimo punto cero… ?Y no pudiera ser que todo este proyecto fuera ideado unicamente para eso, para que aparezca un hombre asi? ?Uno que vaya de una punta a la otra?[4]

— ?Con que objetivo? — pregunto Andrei, sombrio.

— ?Y como puedo saber yo con que objetivo? — se indignaba Izya —. ?Con que objetivo se construye un templo? Esta claro que el templo es el unico objetivo visible, pero preguntar con que objetivo seria incorrecto. El ser humano debe tener un objetivo, sin eso no es capaz de vivir, y para eso tiene intelecto. Si no tiene uno, se lo inventa…

— Y tu te lo inventaste — dijo Andrei —, te resulta indispensable ir de una punta a la otra. ?Menudo objetivo!

— No me lo invente — dijo Izya —, es el unico que tengo. No tuve donde escoger. O bien tenemos un objetivo, o bien carecemos de el, asi se nos plantean las cosas…

— ?Y por que quieres meterme ese templo tuyo en la cabeza? — dijo Andrei —. ?Que pinta aqui el templo?

— Pues mucho — replico Izya satisfecho, como si hubiera estado esperando la pregunta —. El templo, querido Andrei, no son solo libros eternos, no es solo musica imperecedera. Porque, de esa manera, tendriamos que el templo empezo a construirse solo despues de Guttenberg, o como os ensenaron a vosotros despues de Ivan Fiodorov6. No, amiguito, el templo tambien se construye con actos. Si lo quieres asi, los actos son el cemento del templo, lo que lo mantiene erecto, sus cimientos. Todo empezo por los actos. Primero, un acto, despues, la leyenda, y solo mas tarde vino todo lo demas. Por supuesto, hablo de actos poco comunes, actos que se salen fuera de lo comente. Asi comenzo a erigirse el templo, ?con un acto significativo!

— En pocas palabras, con un acto heroico — preciso Andrei, sonriendo despectivo.

— Esta bien, asi sea, con un acto heroico — acepto Izya, condescendiente.

— Entonces, tu eres un heroe — dijo Andrei —, quieres ser un heroe. Simbad el Marino, el astuto Ulises…

— Eres tonto — replico Izya. Lo dijo con carino, sin la menor intencion de ofender —. Te aseguro, amigo, que Ulises no queria ser un heroe. Sencillamente, era un heroe, esa era su esencia, no podia ser de otra manera. Tu, por ejemplo, no podrias comer mierda, vomitarias, pero el vomitaba por ser solo un reyezuelo en su miserable Itaca. Veo que me tienes lastima: pobre maniaco, se ha vuelto loco… Lo veo, lo veo. Pero no tienes por que sentir lastima de mi. Deberias envidiarme. Porque solo hay una cosa de la que estoy seguro: el templo se construye: fuera de esto, no pasa nada serio en la historia, y mi vida solo tiene una mision: cuidar el templo y multiplicar sus riquezas. Por supuesto, no soy Homero ni Pushkin, no podre aportar un ladrillo nuevo a su pared. ?Pero soy Katzman! Y el templo esta dentro de mi, lo que quiere decir que soy parte del templo, que cuando tome conciencia de mi mismo el templo crecio en un alma humana mas. Y eso es maravilloso por si solo. No importa que yo no pueda aportar a la pared ni un grano de arena, aunque lo intentare, puedes estar seguro. Seguramente sera un granito muy pequeno, peor aun, con el tiempo puede ser que el grano se caiga, que no sirva para el templo, pero en cualquier caso se que el templo estaba dentro de mi, y yo tambien lo hacia solido.

— No entiendo nada de eso — dijo Andrei —. Lo que cuentas es muy confuso. Es como una religion: el templo, el espiritu…

— Vaya, lo que faltaba — dijo Izya —, si no se trata de una botella de vodka o de una colchoneta de guata, tiene que ser una religion. ?Por que te pones tan recalcitrante? Tu mismo te cansaste de decirme que ya no sentias el suelo bajo tus pies, que estabas flotando en el espacio… Es verdad, estas flotando. Eso era lo que te debia pasar. Es lo que le pasa, al fin y al cabo, a toda persona que piense un poco. Pues yo te devuelvo el suelo. El mas firme que puedas encontrar. Si quieres, puedes erguirte sobre los dos pies, si no, ?vete a hacer punetas! ?Pero entonces no te quejes!

— No me estas dando un suelo — dijo Andrei —, sino una nube amorfa. Esta bien. Digamos que he entendido todo lo relativo a tu templo. ?Que tiene que ver eso conmigo? No tengo cualidades para construir tu templo, digamos con honestidad que no soy un Homero. Pero tu, aunque sea, llevas el templo en el alma, no puedes vivir sin eso, yo lo veo, soy testigo de tus correrias por el mundo, eres como un cachorrillo, olfateas todo lo que te cae a mano, lo lames o lo muerdes. Veo como lees. Puedes pasarte leyendo las veinticuatro horas del dia… y recuerdas todo lo que has leido. Yo no puedo. Me encanta leer, pero con medida. Me gusta oir musica, claro que si. ?Pero no veinticuatro horas seguidas! Y mi memoria es de lo mas corriente, no puedo enriquecerla con todos los tesoros que ha acumulado la humanidad. No podria, aunque me dedicara unicamente a eso. Me entra por un oido y me sale por el otro. Asi que ?para que me sirve tu templo ahora?

— Tienes razon, claro — dijo Izya —. No te lo discuto. No todos tienen el don de percibir el templo. No discuto que sea patrimonio de una minoria, eso se debe a la naturaleza humana… Pero tu, escuchame. Ahora te cuento como concibo todo eso. El templo tiene constructores — Izya comenzo a contar doblando los dedos —. Son quienes lo erigen. A continuacion, digamos, estan… pfu, que dificil es formularlo, solo me viene a la cabeza la terminologia religiosa… Bueno, da lo mismo, estan los sacerdotes. Son quienes lo llevan dentro de si. Aquellos a traves de cuyas almas crece, en cuyas almas existe… Y estan los consumidores, como decirlo, los que se alimentan de el. Asi tenemos que Pushkin era un constructor. Yo soy un sacerdote. Y tu eres un consumidor… ?Y no hagas muecas, estupido! ?Eso es magnifico! El templo, sin consumidores, careceria de todo sentido humano. Tu, ignorante, ?piensa que suerte has tenido! Se necesitan muchos, muchisimos anos de adoctrinamiento especial, de lavado de cerebro, y complicadisimos sistemas de engano, para incitarte a ti, un consumidor, a que destruyas el templo. ?Y a la persona que eres ahora seria imposible empujarla a eso, quiza solo bajo amenaza de muerte! Piensa un momento, saco de chinches, la gente como tu tambien constituye una infima minoria. A la mayoria de los seres humanos basta con hacerles un guino, darles permiso, y correran divertidos a destruir edificios, a quemar… ?eso ya ha ocurrido, y mas de una vez! Y volvera a ocurrir, en mas de una ocasion. ?Y tu te quejas! Y si fuera posible formular la pregunta de que objetivo tiene el templo, la respuesta solo seria una, la unica: ?el templo es para ti…!

«?Andriuja! — lo llamo Izya, con un tono repelente, bien conocido —. ?Bebemos un poco?

Se hallaban en la cima de una elevacion bastante grande. A la izquierda, donde estaba el abismo, todo se veia cubierto por una densa capa de polvo que volaba enloquecido, pero a la derecha habia aclarado quien sabe por que, y se veia la Pared Amarilla, pero no como dentro de la Ciudad, pareja y lisa, sino llena de enormes pliegues y arrugas, como la corteza de un arbol monstruoso. Delante, mas abajo, comenzaba un suelo blanco de piedra, liso como una mesa: no se trataba de gravilla sino de un bloque unico de roca, un monolito interminable que se extendia hasta donde llegaba la vista. Sobre el, a medio kilometro de la elevacion, oscilaban dos remolinos raquiticos, uno amarillo y el otro negro…

— Esto es algo nuevo — dijo Andrei, entrecerrando los ojos —. Fijate, todo piedra…

— ?Como? Si, es verdad… Oye, bebamos aunque sea un vasito, ya son las cuatro…

— Bien — acepto Andrei —. Pero antes, bajemos.

Descendieron de la elevacion, se liberaron de los arreos, y Andrei saco de su carrito el bidon recalentado, que se enredo primero en la correa del fusil automatico, y despues con el saco que contenia los restos de pan seco, pero Andrei logro sacarla. La apreto entre las rodillas y la abrio. Izya se movia a su lado, preparado, con una taza de plastico en cada mano. — Saca la sal — dijo Andrei.

Izya dejo de moverse de inmediato.

— Olvidate de eso — dijo, quejumbroso —. ?Para que? Bebamosla asi mismo…

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