– Si, lo se, Frank. Todavia no he decidido si voy a volver a actuar.

– Sabes que no lo dices en serio, Vanessa. Con tus dotes…

– Efectivamente, con mis dotes -replico ella, con impaciencia-. Creo que ya va siendo hora de que nos demos todos cuenta de que son mias.

Frank guardo silencio durante un instante.

– Se que tu padre se mostro a menudo muy insensible sobre tus necesidades personales, pero fue solo porque era muy consciente de la profundidad de tu talento.

– No tienes que explicarme como era mi padre, Frank.

– No, no… Claro que no…

Vanessa lanzo un suspiro. No era justo emplear a Frank Margoni como chivo expiatorio de sus frustraciones, tal y como habia hecho siempre su padre.

– Entiendo la situacion en la que te encuentras, Frank, pero ya le he enviado mis disculpas, junto con una donacion, a la princesa Gabriella.

– Lo se. Por eso se ha puesto en contacto conmigo. No podia hacerlo contigo directamente. Por supuesto, no soy tu manager oficialmente, pero la princesa conoce los vinculos que hay entre nosotros y…

– Si decido volver a hacer una gira, Frank, espero que tu te encargues de organizarmela.

– Te lo agradezco mucho, Vanessa -comento Frank, algo mas alegre-, y me doy cuenta de que necesitas un poco de tiempo para ti misma. Se que los ultimos anos han sido un tormento. Sin embargo, esa gala es muy importante…Y la princesa es muy testaruda.

– Si, lo se.

– Solo seria una actuacion -prosiguio Frank, viendo una salida-. Ni siquiera seria un concierto completo. Tendras carta blanca sobre tu programa. Les gustaria que tocaras dos piezas, pero hasta una seria muy bienvenida. Tu nombre en el programa supondria tanto para esos ninos… Es una causa muy noble.

– ?Cuando es esa gala?

– El mes que viene.

– El mes que viene… Pero si ya estamos practicamente en el mes que viene, Frank.

– Es el tercer sabado de junio.

– Dentro de tres semanas… Esta bien. Lo hare. Por ti y por la princesa Gabriella.

– Vanessa, no sabes lo mucho que te…

– Por favor, no. Solo sera una noche.

– Puedes quedarte en Cordina todo lo que desees.

– Una noche -reitero ella-. Enviame los detalles a esta direccion y saluda a Su Alteza de mi parte.

– Lo hare, por supuesto. Estara encantada. Todos estaran encantados. Gracias, Vanessa.

Ella colgo el telefono. Permanecio de pie, en silencio. Era muy extrano, pero no se sentia tensa y estregada al pensar que tenia una actuacion tan importante. El teatro de Cordina era exquisito y enorme.

?Que ocurriria si volvia a sentir panico? Lo superaria. Siempre lo habia hecho. Tal vez el destino le habia hecho recibir aquella llamada, cuando estaba dudando sobre una linea invisible. Seguir hacia delante o permanecer alli.

Tendria que tomar una decision muy pronto. Solo esperaba que fuera la adecuada.

Estaba tocando el piano cuando Brady regreso. El oyo la musica desde el exterior, romantica y poco familiar, a traves de las ventanas abiertas. Tal era la magia que desprendia aquel momento que una mujer y un nino estaban en la acera, escuchando.

Vanessa le habia dejado la puerta abierta. Solo tenia que empujarla un poco para entrar. Avanzo sigilosamente. Le parecia que estaba caminando sobre notas liquidas.

Vanessa no lo vio. Tenia los ojos medio cerrados y una sonrisa en el rostro. Era como si las imagenes que estaba visualizando en el interior de su cabeza le fluyeran a traves de los dedos para apretar las teclas del piano.

La musica era lenta, sonadora, enriquecida por una pasion latente. Brady sintio que se le hacia un nudo en la garganta.

Cuando Vanessa termino, abrio los ojos y lo miro. De algun modo, habia sabido que estaria alli cuando sonara la ultima nota.

– Hola.

Brady avanzo y le tomo las manos.

– Hay tanta magia en estos dedos… Me deja atonito.

– Son solo manos de pianista. Las tuyas si que son magicas. Son capaces de curar.

– Habia una mujer en la calle con un nino. Los vi cuando llegue a la casa. Te estaban escuchando y la mujer tenia lagrimas en las mejillas.

– Entonces, no puede haber mayor cumplido. ?Te ha gustado?

– Mucho. ?Como se llama?

– No lo se. Es algo en lo que llevo algun tiempo trabajando. Nunca me parecio bien hasta hoy.

– ?Lo has compuesto tu? -pregunto el, atonito-. No sabia que tambien compusieras musica.

– Espero hacerlo mas en el futuro. Bueno -dijo Vanessa. Tiro de el para que se sentara a su lado sobre el taburete del piano-. ?No vas a saludarme con un beso?

– Por supuesto -contesto. La beso muy calidamente-. ?Cuanto tiempo llevas componiendo?

– Varios anos… cuando he podido conseguir tiempo. Entre viajes, ensayos, practicas y actuaciones, no ha sido mucho.

– Nunca has grabado ninguna pieza propia.

– En realidad no he terminado nada. Yo… ?Como lo sabes? -pregunto, atonita.

– Tengo todo lo que has grabado, pero hablame de tus composiciones.

– ?Y que quieres que te diga?

– ?Te gusta?

– Me encanta. Es lo que mas me gusta.

– Entonces, ?por que no has terminado nada? -quiso saber Brady. No habia dejado de juguetear con los dedos de Vanessa.

– Ya te he dicho que no he tenido tiempo. Ir de gira no es solo tomar champan y caviar, ?sabes?

– Vamos -dijo Brady, de repente. Sin soltarle las manos, hizo que se pusiera de pie.

– ?Adonde vamos?

– A donde haya un sofa comodo. De hecho, aqui mismo. Sientate. Ahora, hablame.

– ?Sobre que?

– Queria esperar hasta que estuvieras recuperada… No hagas eso -le suplico Brady, al sentir que ella se tensaba-. Como tu amigo, como medico y como el hombre que te ama, quiero saber lo que provoco tu enfermedad para asegurarme de que nunca vuelve a ocurrir.

– Has dicho que ya me he recuperado…

– Las ulceras pueden reaparecer.

– Yo nunca tuve ulcera.

– Puedes negarlo todo lo que quieras, pero no cambiara los hechos. Quiero que me digas lo que te ha estado pasando todos estos ultimos anos.

– He estado de gira, actuando… ?Como hemos pasado de hablar de mis composiciones a hacerlo de este tema?

– Porque uno tiene que ver con el otro, Van. A menudo, las ulceras se causan por sentimientos. Frustraciones, iras, resentimientos que estan embotellados y que empiezan a supurar porque no se airean.

– Yo no estoy frustrada. Tu, mejor que nadie, deberias saber que yo no me guardo las cosas. Pregunta por ahi, Brady. Mi mal genio es famoso en tres continentes.

– No lo dudo, pero no recuerdo haberte visto nunca discutir con tu padre.

Al oir aquellas palabras, Vanessa quedo en silencio. Aquello era la pura verdad.

– ?Querias componer o querias actuar?

– Es posible hacer las dos cosas. Es simplemente una cuestion de disciplina y de prioridades.

– ?Y cuales eran tus prioridades?

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