revoloteando. Sin embargo, siempre regresaba a el.

Con una debil sonrisa en el rostro, entro en la consulta.

– Tiene otra cita, doctor Tucker.

– ?Que?

Abrio los ojos subitamente y la miro, como si los suenos se estuvieran mezclando con la realidad. Vanessa estaba al otro lado de su escritorio, observandolo.

– Iba a decir codigo azul o alerta roja o una de esas cosas que se oyen en television, pero no sabia cual vendria bien -dijo. Dejo una cesta encima de la mesa.

– Me conformo con que me digas «Hola».

– Hola… He estado a punto de no entrar. Cuando llegue a la puerta, tenias un aspecto tan intimidante…

– ?Intimidante?

– Como si fueras un medico de verdad, de los que utilizan agujas y escriben cosas en los informes.

– Si quieres, me puedo quitar la bata.

– No, en realidad me gusta, mientras me prometas que no vas a sacar una de esas paletas para examinar la garganta. Vi a tu enfermera cuando se marchaba. Me dijo que ya habias terminado por hoy.

– Mas o menos -respondio, aunque decidio que el papeleo tendria que esperar-. ?Que tienes en la cesta?

– Cena… Dado que no venias a mi casa, decidi venir aqui para ver si podias verme en el horario de tu consulta.

– Es una magnifica coincidencia, pero acabo de tener una cancelacion -replico Brady. Acababa de olvidarse de la fatiga que habia sentido hacia unos minutos-. ?Por que no se sienta y me dice cual es el problema?

– Bueno, vera, doctor. Llevo algunos dias sintiendome algo distraida. Se me olvida lo que estoy haciendo cuando todavia no lo he terminado y me sorprendo mirando al vacio.

– Mmm…

– Entonces, siento dolores. Aqui -indico. Se puso una mano en el corazon.

– Ah.

– Son como palpitaciones y, por las noches, tengo suenos…

– ?De verdad? -pregunto Brady. Se levanto y se sento sobre el escritorio-. ?Y que clase de suenos?

– Son personales -respondio, mostrandose muy timida.

– Soy medico.

– Eso es lo que usted dice -replico ella, con una sonrisa-, pero ni siquiera me ha pedido que me quite la ropa.

– Tiene razon -dijo el. Se puso de pie y le tomo la mano-.Venga conmigo.

– ?Adonde?

– Creo que su caso requiere una exploracion completa.

– Brady…

– Doctor Brady para usted -le recordo. Encendio las luces de la sala de exploraciones-. Ahora, hableme de ese dolor.

Vanessa lo miro atentamente.

– Doctor, creo que ha estado bebiendose un poco del alcohol de dar friegas.

Brady simplemente la agarro por las caderas y la subio encima de la camilla de exploraciones.

– Relajate, cielo. No me llaman doctor Bueno por nada -dijo. Se saco el oftalmoscopio y dirigio la luz a los ojos de Vanessa-. Si, son verdes.

– Vaya, es un alivio.

– Ahora, quitate la blusa y comprobaremos que tal tienes los reflejos.

– Bueno -susurro. Entonces, se paso la lengua por los labios. Se desabrocho los botones de la blusa. Debajo, llevaba ropa interior de seda azul transparente-. No me voy a tener que poner una de esas cosas de plastico, ?verdad?

Brady contuvo el aliento al ver que ella se quitaba la blusa.

– Creo que podremos prescindir de ese detalle. Me parece que tienes una salud excelente. De hecho, puedo decir sin reservas que estas estupenda.

– Pero tengo este dolor…-musito. Agarro una mano a Brady y se la coloco encima de un seno-. En estos momentos, el corazon me late a toda velocidad. ?Lo siente?

– Si -dijo el. Suavemente, acaricio la seda y la carne-. Creo que es contagioso.

– Tengo la piel muy caliente. Y las piernas se me doblan…

– Si, creo que es algo contagioso -reitero el. Con un dedo, le bajo un tirante del sujetador-. Tal vez tengas que pasar cuarentena.

– Con usted, espero…

– Esa es la idea -replico Brady mientras le desabrochaba los pantalones.

Cuando ella se quito las sandalias de una patada, el otro tirante se le resbalo solo del hombro. Vanessa tenia la voz cada vez mas ronca y agitada. Brady le bajo por completo los pantalones. Entonces, cuando empezo a besarle la clavicula suavemente, ella ronroneo:

– ?Puede ayudarme, doctor?

– Voy a hacer todo lo que pueda.

Deslizo la boca sobre la de ella. El ligero suspiro que ella lanzo se mezclo con el de el. De repente, ella cambio el angulo del beso para poder disfrutar mas de su sabor. Fuera cual fuera la enfermedad que tenia, Brady era justamente la medicina que necesitaba.

– Creo que ya me siento mejor -musito-. Mas…

– Van…

Ella abrio los ojos. Mientras le mesaba el cabello con los dedos, sonrio. La luz le brillaba en los ojos, haciendo que Brady se viera atrapado en ellos. Todo lo que habia deseado siempre, lo que habia necesitado, estaba alli. Sin poder contenerse, lanzo una maldicion y volvio a besarla.

Aquella vez no hubo paciencia. Aunque el cambio sorprendio a Vanessa, no la asusto. Brady era su amigo, su amante. Su desesperacion y su efervescencia la excitaban, la poseian. Cuando empezaron a reflejarse en ella identicas emociones, lo abrazo con mas fuerza.

Decidio que nadie la podria desear tan apasionadamente. Sin dejar de besarlo, le quito la bata y le arranco practicamente la camiseta casi antes de que la primera prenda cayera al suelo. Deseaba sentir su carne, su calor. Deseaba saborear aquella carne, su suculencia, con sus propios labios.

Hasta entonces, Brady le habia demostrado lo tranquilo y dulce que podia ser el amor. Aquella vez, Vanessa ansiaba fuego, oscuridad, locura.

Brady ya habia perdido por completo el control. La hizo tumbarse sobre la estrecha camilla y le quito la ropa interior. En aquellos momentos, no podia tolerar que nada se interpusiera entre ellos. Necesitaba sentir carne contra carne, corazon contra corazon. Deseaba saborear cada centimetro de su piel.

Sin embargo, lo que Vanessa deseaba era tan poderoso como lo que deseaba el. Lo estrecho contra ella y se coloco habilmente sobre el de modo que sus labios pudieron recorrerle garganta, torso y mas alla. Duras y avariciosas, las manos de Brady la acariciaban por todas partes al tiempo que la indagadora boca de Vanessa lo volvia loco.

El sabor de Brady, calido, oscuro y masculino, hizo que la cabeza le diera vueltas. Su cuerpo firme y musculoso la volvia loca. Como ya estaba humeda, la piel se le deslizaba con facilidad sobre los dedos. Ella lo tocaba con habilidad, como si fuese el mas apasionado concierto.

Temio que el corazon le fuera a explotar por la velocidad a la que le latia. El cuerpo le temblaba. A pesar de las vertiginosas sensaciones, sintio que algo se despertaba en ella. ?Como iba ella a saber que podia dar tanto y recibir mas a cambio?

El pulso de Brady le latia bajo las yemas de los dedos. El murmuraba freneticamente y tenia la respiracion entrecortada. Vanessa vio el eco de su propia pasion reflejado en los ojos de su companero, la saboreo cuando le beso los labios. Aquella pasion era por ella. Se dejo ahogar en aquel beso…

Brady le agarro las caderas con fuerza. Cada vez que respiraba el aroma de Vanessa lo inundaba por dentro, tan potente como cualquier narcotico. El cabello de ella le tapaba el rostro, bloqueando la luz y obligandolo a mirarla tan solo a ella. Con cada movimiento, ella lo provocaba un poco mas.

– Por el amor de Dios, Van…

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