– Venga, Van, no me hagas salir de la burbuja. Durante anos, te he imaginado brillando entre los mas brillantes, siendo la celebridad mas famosa de todas…
– Te aseguro que lo unico que he hecho ha sido tocar el piano y viajar en avion.
– Veo que eso te ha mantenido en forma. Me apuesto algo que todavia eres capaz de ponerte una talla treinta y seis.
– Tengo una estructura osea muy ligera.
– Espera a que te vea Brady.
– Lo vi ayer.
– ?De verdad? El muy canalla no me ha llamado -comento, con una sonrisa-. Bueno, ?como fue?
– Le pegue.
– ?Que tu…? -pregunto Joanie. Se atraganto, tosio y, por fin, se recupero-. ?Que le pegaste? ?Por que?
– Por haberme dejado plantada la noche de su baile de graduacion.
– ?Por eso? -replico Joanie, mientras Vanessa se ponia de pie y empezaba a caminar de arriba abajo por el salon.
– Nunca me he sentido tan enfadada. No me importa que suene como una estupidez. Aquella noche era muy importante para mi. Yo crei que iba a ser la noche mas maravillosa y romantica de toda mi vida. Ya sabes el tiempo que tarde en encontrar el vestido perfecto…
– Si, lo se -murmuro Joanie.
– Llevaba semanas y semanas deseando que llegara aquella noche -dijo Vanessa, sin poder detenerse-. Acababa de sacarme el permiso de conducir y me fui a Frederick para que me peinaran. Tenia un pequeno tocado floral detras de la oreja -susurro, tocandosela como si aun lo llevara puesto-. Oh…Yo ya sabia que era poco de fiar. Mi padre me lo dijo en innumerables ocasiones, pero nunca espere que me dejara plantada de esa manera.
– Pero, Van…
– Despues, no me atrevi a salir de la casa durante dos dias. Me sentia tan avergonzada, tan herida… Ademas, mis padres no dejaban de pelearse. Todo era tan desagradable… Entonces, mi padre me llevo a Europa y ahi se termino todo.
Joanie se mordio el labio mientras consideraba la situacion. Podia ofrecerle a su amiga explicaciones, pero aquello era algo que Brady deberia arreglar por si mismo.
– Podria haber mucho mas de lo que tu te piensas… -dijo.
– Ya no importa -repuso Vanessa, tras volver a sentarse-. Eso ocurrio hace mucho tiempo. Ademas, me saque el veneno de dentro cuando le di ese punetazo -anadio, con una sonrisa.
– Me gustaria haberlo visto -comento Joanie, tambien riendo.
– Resulta dificil creer que sea medico.
– No creo que nadie se sorprendiera mas que el propio Brady.
– Es un poco extrano que no se haya casado… ni nada.
– Yo no pienso comentar nada sobre lo de «nada», pero es verdad que no se ha casado. Hay un cierto numero de mujeres que han desarrollado problemas cronicos desde que el regreso al pueblo.
– Estoy segura de ello -murmuro Vanessa.
– En cualquier caso, mi padre esta encantado. ?Lo has visto ya?
– No. Queria venir a verte a ti primero -afirmo. Entonces, tomo las manos de su amiga-. Siento mucho lo de tu madre. No me entere hasta ayer.
– Pasamos un par de anos muy malos. Mi padre estaba completamente perdido. Supongo que, en realidad, todos lo estabamos. Se que tu tambien perdiste a tu padre. Comprendo perfectamente lo dificil que debio de ser para ti.
– Llevaba algun tiempo enfermo. Yo no supe lo grave que era hasta que… casi hasta que estuvo a punto de marcharse. Lo ayudo mucho que hubieramos terminado todos los compromisos. Eso era muy importante para el.
Cuando Joanie se disponia a tomar la palabra, el intercomunicador que habia sobre la mesa empezo a emitir sonidos. Se produjo un gimoteo seguido de una parrafada en la media lengua infantil.
– Mi hija se ha despertado -comento Joanie. Entonces, se levanto rapidamente-. Tardare solo un minuto.
Cuando se quedo a solas, Vanessa se puso de pie y comenzo a recorrer el salon. Estaba repleto de libros sobre agricultura y bebes, fotos de boda y de la nina. Habia un viejo jarron de porcelana que recordaba haber visto en casa de los Tucker. A traves de la ventana se podia contemplar el granero y las vacas sesteando bajo el sol de mediodia.
– Van…
Se dio la vuelta y vio a Joanie en la puerta, con una nina muy pequena colocada sobre la cadera. La pequena movia constantemente los pies, provocando asi que sonaran sin parar los cascabeles que llevaba en los zapatos.
– Oh, Joanie… Es preciosa.
– Si -susurro Joanie antes de besar la cabeza de su hija-.Asi es. ?Te gustaria tomarla en brazos?
– Claro que si -afirmo Vanessa. Cruzo el salon para tomar en brazos a la pequena. Despues de observarla con cierta sospecha, Lara sonrio y volvio a agitar los pies-. ?Quien es la mas bonita de la casa? -anadio, mientras levantaba a la nina por encima de su cabeza y le daba vueltas-. ?Quien es lo mas maravilloso?
– Se nota que le caes bien -comento Joanie, muy satisfecha-. No hacia mas que decirle que, tarde o temprano, conoceria a su madrina.
– ?A su madrina? -pregunto Vanessa, algo confusa, tras colocarse a la nina sobre la cadera.
– Claro. Te envie una nota despues de que naciera. Sabia que no podrias venir al bautizo, por lo que tuvimos que conformarnos con hacerlo por poderes, pero queria que Brady y tu fuerais los padrinos. Recibiste la nota, ?verdad? -anadio, al ver la confusion que se reflejaba en el rostro de Vanessa.
– No. No la recibi. Ni siquiera sabia que te habias casado hasta que mi madre me lo dijo ayer.
– Pero la invitacion de boda… Bueno, tal vez se perdio. Siempre estabas viajando tanto…
– Si… Ojala lo hubiera sabido. Si lo hubiera sabido, habria encontrado el modo de estar aqui.
– Ahora estas aqui.
– Si. Ahora estoy aqui. Dios, te envidio tanto, Joanie -confeso.
– ?A mi?
– Esta hermosa nina, esta casa, la mirada que se te refleja en los ojos cuando hablas sobre Jack… Me parece que me he pasado doce anos sumida en un sueno mientras tu te has preocupado de formar una familia, un hogar y una vida propia.
– Creo que las dos tenemos una vida propia. Tan solo son diferentes. Tu tienes tanto talento, Van… Hasta cuando eramos ninas yo me quedaba asombrada. Deseaba tanto tocar el piano como tu… -comento, instantes antes de darle un abrazo a su amiga-. Por mucha paciencia que tuvieras conmigo yo ni siquiera era capaz de tocar una cancion infantil.
– No se te daba muy bien, pero eras muy decidida. Y me alegro de que sigas siendo mi amiga.
– Vas a hacerme llorar otra vez -susurro Joanie sacudiendo la cabeza-. Te propongo una cosa. Tu juega con Lara durante unos instantes mientras yo voy a prepararnos un poco de limonada. Entonces, podremos ponernos a criticar a todo el mundo, como por ejemplo de lo mucho que ha engordado Julie Newton.
– ?De verdad?
– Si, y de como Tommy McDonald se esta quedando calvo -afirmo Joanie, entrelazando el brazo con el de Vanessa-. Mejor aun, vente a la cocina conmigo. Te lo voy a contar todo sobre el tercer marido de Betty Baumgartner.
– ?El tercero?
– Por el momento.
Aquel atardecer, mientras daba un paseo por el jardin trasero de la casa, Vanessa penso que tenia tantas cosas en las que pensar… No se trataba solo de las divertidas historias que Joanie habia compartido con ella aquel dia. Necesitaba pensar tambien en su vida y en lo que queria hacer con ella. El lugar al que pertenecia, al que deseaba pertenecer…
Durante mas de una decada, no habia tenido mucha eleccion. En realidad, podria ser que le hubiera faltado el