– Si, de veras.

– Entonces tienes que dejar que viva mi vida, Bill, no puedes cambiarla por mi.

– Pero si que querias que la cambiara cuando los Rattray te estaban dando una paliza.

– De acuerdo. Pero no puedo permitir que trates de arreglar mi vida diaria. En algun momento me enfadare con alguien, o alguien se enfadara conmigo. No puedo pensar que quiza acaben muertos. No quiero vivir asi, carino. ?Comprendes lo que quiero decir?

– ?Carino?-repitio.

– Te amo -dije-. No se por que, pero te amo. Quiero llamarte todas esas palabras cursis que se usan cuando amas a alguien, sin importar lo estupidas que suenen porque se las diga a un vampiro. Quiero decirte que eres mi carinin, que te amare hasta que seamos ancianos y canosos, aunque eso no va a suceder. Decirte que se que siempre me seras fiel, y oye, eso tampoco va a suceder. Cuando trato de decirte que te amo, Bill, me choco contra un muro de piedra. -Quede en silencio. Ya lo habia soltado todo.

– Esta crisis llega antes de lo que yo pensaba -dijo Bill en la oscuridad. Los grillos habian reanudado su coro, y los escuche durante un largo instante.

– Eso parece.

– ?Y ahora que, Sookie?

– Necesito un poco de tiempo.

– ?Antes de…?

– Antes de decidir si el amor merece todo el sufrimiento.

– Sookie, si supieras lo especial que eres, hasta que punto quiero protegerte…

Por el tono que puso tuve claro que aquellos eran sentimientos muy intimos que compartia conmigo.

– Aunque parezca raro -dije-, eso es tambien lo que yo siento por ti. Pero tengo que seguir aqui y he de vivir conmigo misma, asi que necesito pensar algunas reglas que tendremos que dejar claras entre los dos.

– Entonces, ?que hacemos ahora?

– Yo, pensar. Tu sigue con lo que fuera que estuvieras haciendo antes de vernos.

– Tratar de descubrir si puedo vivir integrado. Tratar de pensar de quien podria alimentarme, de si podria dejar de beber esa asquerosa sangre sintetica.

– Ya se que te… alimentas de alguien ademas de mi-trate con todas mis fuerzas de mantener un tono sereno-. Pero por favor, que no sea nadie de aqui, nadie a quien tenga que ver. No podria soportarlo. Se que no es justo por mi parte pedirtelo, pero te lo pido.

– Solo si no sales con nadie mas, si no te acuestas con nadie mas.

– No lo hare -parecia una promesa realmente facil de rnantener.

– ?Te importa si voy al bar?

– No. No le dire a nadie que estamos separados, no pienso hablar del tema. -Se recosto hacia mi. Senti la presion en mi brazo cuando su cuerpo se apreto contra el mio.

– Besame-dijo.

Levante la cabeza y me gire, y nuestros labios se encontraron. Era un fuego azul; no llamas rojas y naranjas, no esa clase de calor, sino fuego azul. Tras un segundo sus brazos me rodearon. Otro segundo mas y los mios le rodearon a el. Comence a sentirme debil, flaccida. Me aparte con un jadeo.

– ?Oh, Bill, no podemos!

Le escuche coger aire.

– Por supuesto que no, si nos estamos separando -dijo en voz baja. Pero no sonaba como si pensara que yo lo decia en serio-. Es evidente que no deberiamos besarnos. Y aun menos deberia arrojarte sobre el porche y follarte hasta que te desmayes.

Me temblaban las piernas. Sus palabras, vulgares a proposito, transportadas por esa dulce y fria voz, hicieron que el anhelo de mi interior se hiciera aun mas irresistible. Me hizo falta toda mi voluntad, hasta la ultima pizca de autocontrol para obligarme a levantarme y entrar en la casa.

Pero lo consegui.

Durante la semana siguiente comence a montar mi dia a dia sin la abuela y sin Bill. Trabaje de noche y trabaje duro. Por primera vez en mi vida tuve un cuidado especial con los cerrojos y la seguridad. Ahi fuera habia un asesino, y ya no disponia de mi poderoso protector. Me plantee comprar un perro, pero no pude decidir de que raza lo queria. Mi gata, Tina, solo suponia una proteccion en el sentido de que siempre reaccionaba cuando alguien se acercaba demasiado a la casa.

De vez en cuando me llamaba el abogado de la abuela, informandome de los progresos en la liquidacion de la herencia. Tambien me llamo el abogado de Bartlett. Mi tio abuelo me habia dejado veinte mil dolares, una gran suma para el. Casi rechace la herencia, pero me lo pense mejor. Entregue el dinero al centro local de salud mental, destinandolo al tratamiento de ninos victimas de abusos y violacion. Estuvieron muy contentos de recibirlo.

Tome vitaminas a paletadas, porque estaba un poco anemica. Tambien bebi un monton de liquido e ingeri muchas proteinas.Y tome tanto ajo como me apetecia, algo que Bill no habia podido tolerar. Una noche que tome pan de ajo para acompanar los espagueti bolonesa, incluso llego a decirme que el olor emanaba de mis poros.

Dormi, dormi y dormi. Las noches que habia seguido levantada despues del turno de trabajo me habian dejado falta de descanso. Despues de tres dias me senti fisicamente como nueva. De hecho, me daba la impresion de ser un poquito mas fuerte que antes.

Comence a captar lo que sucedia a mi alrededor.

Lo primero que note fue que los lugarenos estaban muy hartos de los vampiros que anidaban en Monroe. Diane, Liam y Malcolm habian estado recorriendo los bares de la zona, en apariencia tratando de ponerselo dificil a los demas vampiros que quisieran integrarse. Se habian estado comportando de modo escandaloso y ofensivo. Los tres vampiros hacian que las travesuras de los estudiantes de la Luisiana Tech parecieran inocentes.

Ni siquiera parecian imaginarse que ellos mismos se estaban poniendo en peligro; la libertad de poder salir del ataud se les habia subido a la cabeza. El derecho legal a existir habia hecho desaparecer todas sus restricciones, toda su prudencia y su cuidado. Malcolm pellizco a una camarera en Bogaloosas. Diane bailo desnuda en Farmerville. Liam se lio con una menor en Shongaloo, y tambien con su madre. Tomo sangre de ambas y no se molesto en borrarle la memoria a ninguna de ellas.

Cierto jueves por la noche, Rene charlaba con Mike Spencer, el director de la funeraria, en Merlotte's y se callaron cuando yo me acerque. Desde luego eso llamo mi atencion, asi que le lei la mente a Mike. Un grupo de hombres de la zona estaba planeando quemar a los vampiros de Monroe.

No supe que hacer. Los tres, si bien no eran amigos de Bill, al menos si eran una especie de correligionarios. Pero yo odiaba a Malcolm, Diane y Liam tanto como el que mas. Por otro lado (siempre hay otro lado, ?verdad?), iba contra mis principios enterarme de antemano de unos crimenes premeditados y sentarme de brazos cruzados.

Tal vez aquello no fuera mas que una charla de borrachos. Para estar segura, me sumergi en las cabezas de la gente que tenia a mi alrededor. Para mi consternacion, muchos de ellos pensaban en prender fuego al nido de los vampiros. Pero no pude localizar el origen de la idea. Parecia como si el veneno hubiera surgido de un cerebro y hubiera infectado a los demas.

No habia ninguna prueba, ninguna en absoluto, de que Maudette, Dawn y mi abuela hubieran sido asesinadas por un vampiro. De hecho, los rumores apuntaban a que el informe del forense mostraba evidencias de lo contrario. Pero aquellos tres vampiros estaban comportandose de tal manera que la gente queria culparlos de algo, queria deshacerse de ellos. Y como tanto Maudette como Dawn habian sido mordidas por vampiros y frecuentaban ese tipo de bares… bueno, la gente habia juntado de manera apresurada esos retales para convencerse a si misma.

Bill volvio la septima noche de estar separados. Aparecio en su mesa de modo bastante repentino, y no estaba solo. Habia un chico a su lado, que parecia tener unos quince anos. Tambien era un vampiro.

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