aprete una contra otra-. Tendria unos cinco anos -balbuci, hablando cada vez mas rapido-. Ya se que puedes deducir que nunca me llego a, eh… follar, pero hizo otras cosas. -Vi que mis manos temblaban delante de mis ojos, donde las habia puesto para resguardarme de la mirada de Bill-. ?Y lo peor, Bill, lo peor-anadi, incapaz de detenerme- es que cada vez que venia de visita, yo sabia lo que planeaba hacerme porque podia leerle la mente! ?Y no habia nada que pudiera hacer para evitarlo! -Me lleve las manos a la boca para obligarme a callar. No debia hablar de ello. Me tumbe boca abajo para esconderme, y me quede rigida por completo.

Largo rato despues, note la gelida mano de Bill en mi hombro. La dejo ahi, reconfortandome.

– ?Esto fue antes de que murieran tus padres? -dijo con su siempre tranquila voz. Aun no podia mirarlo.

– Si.

– ?Se lo contaste a tu mama? ?No hizo nada?

– No. Penso que tenia pensamientos sucios, o que habia encontrado algun libro en la biblioteca con cosas que, segun ella, yo aun no estaba preparada para saber. -Aun podia recordar su cara, enmarcada por una cabellera dos pizcas mas oscura que mi tono de rubio. Su rostro estaba torcido por la repugnancia. Provenia de una familia muy conservadora, y rechazaba de plano cualquier muestra publica de afecto o cualquier mencion de un tema que ella considerara indecente-. Me sorprende que ella y mi padre parecieran ser felices juntos -le explique a mi vampiro-. Eran tan distintos… -entonces comprendi lo ridicula que resultaba la frase. Me gire de lado-. Como si nosotros no lo fueramos -le dije, tratando de sonreir. Su rostro seguia bastante rigido, pero vi que le temblaba un musculo del cuello.

– ?Se lo contaste a tu padre?

– Si, justo antes de que muriera. Cuando era mas pequena me daba demasiada verguenza hablarle de eso, y mama no me creia. Pero ya no podia soportarlo mas, sabia que tendria que ver a mi tio abuelo Bartlett al menos dos fines de semana de cada mes cuando se pasara a visitarnos.

– ?Todavia vive?

– ?El tio Bartlett? Oh, claro. Es el hermano de la abuela, y la abuela era la madre de mi padre. El tio vive en Slireveport. Pero cuando Jason y yo nos trasladamos con la abuela, despues de que murieran mis padres, la primera vez que vino el tio Bartlett a la casa me escondi. Cuando la abuela me encontro y me pregunto por que lo hacia, se lo conte. Y me creyo.- Volvi a sentir el alivio de aquel dia, el hermoso sonido de la voz de mi abuela al prometerme que no tendria que ver nunca mas a su hermano, y que nunca jamas vendria a casa.

– Y asi fue. Corto las relaciones con su propio hermano para protegerme. Ya habia intentado lo mismo con la hija de la abuela, Linda, cuando era una nina, pero mi abuela habia enterrado en su interior el incidente, despachandolo como un malentendido. Me conto que despues de aquello nunca habia permitido que su hermano se quedara a solas con Linda, y casi habia dejado de invitarlo a su casa, aunque ella misma no habia llegado a creerse que hubiera toqueteado las partes intimas de su pequena.

– ?Asi que tambien el es un Stackhouse?

– Oh, no. Veras, la abuela se convirtio en una Stackhouse cuando se caso, pero antes era una Hale -me sorprendio tener que explicarle eso a Bill. Era lo bastante sureno, a pesar de ser un vampiro, como para enterarse de una relacion familiar sencilla como aquella. Bill parecia distante, a kilometros de distancia. Le habia desconcentrado con mi pequena y sucia historia y, desde luego, tambien me habia helado la sangre a mi misma-. Y ahora me marcho -dije, saliendo de la cama y tratando de recuperar mi ropa. Con tanta velocidad que ni pude verlo, el salto del lecho y me arranco la ropa de las manos.

– No me dejes ahora -dijo-. Quedate.

– Esta noche no soy mas que una vieja llorona. -Dos lagrimas recorrieron mis mejillas mientras le sonreia. Sus dedos apartaron las gotas de mi rostro y su lengua limpio su rastro.

– Quedate conmigo hasta la aurora -dijo.

– Pero para entonces tendras que meterte en tu escondrijo.

– ?Mi que?

– Donde sea que pasas el dia. ?No quiero saber donde es! – alce las manos para enfatizarlo-. Pero, ?no tienes que meterte en el antes de que empiece a haber algo de luz?

– Oh-dijo-, me dara tiempo. Puedo sentir su proximidad.

– ?Asi que no se te puede olvidar?

– No.

– De acuerdo. ?Me dejaras dormir un poco?

– Por supuesto, dentro de un rato -dijo, arrodillandose como un caballero, un gesto un poco fuera de lugar puesto que estaba desnudo. Mientras yo me tendia en la cama y alargaba mis brazos hacia el, anadio-: Al final.

Por supuesto, a la manana me desperte sola en la cama. Permaneci alli un ratito, reflexionando. Ya habia tenido pensamientos incomodos de vez en cuando, pero por primera vez los problemas de mi relacion con el vampiro abandonaron su propio escondrijo e invadieron mi cerebro.

Nunca veria a Bill a la luz del dia. Nunca le prepararia el desayuno, ni quedaria con el para comer (Bill llegaba a soportar verme ingerir comida, aunque no se puede decir que el espectaculo le entusiasmara; siempre me obligaba a lavarme los dientes a fondo justo despues de comer, lo que no dejaba de ser una sana costumbre).

Nunca tendria un hijo suyo, lo que por un lado era agradable si pensabas que no hacia falta practicar ningun metodo anticonceptivo, pero…

Nunca le llamaria a la oficina para pedirle que de camino a casa comprara algo de leche. Nunca se uniria a los Rotarios, ni daria una charla en el instituto, ni seria entrenador de la Liga Infantil de Beisbol.

Nunca iria a la iglesia conmigo.

Y sabia que justo en aquel momento, mientras yo estaba alli tumbada despierta, escuchando los trinos matinales de los pajaros y los camiones que comenzaban a recorrer la carretera, mientras todas las gentes de Bon Temps se levantaban, hacian el cafe, hojeaban el periodico y organizaban su jornada, la criatura a la que amaba estaba en alguna parte, en un agujero bajo tierra, a todos los propositos muerta hasta el anochecer.

Me sentia tan hundida que necesite pensar en algo positivo, mientras me limpiaba un poco en el bano y me vestia. Bill parecia preocuparse sinceramente por mi. Era algo bonito, aunque inquietante, no sabria decir hasta que punto cuanto.

El sexo con el no se podia calificar menos que de magnifico. Nunca habia pensado que pudiera ser tan maravilloso. Y nadie se meteria conmigo mientras fuera la novia de Bill. Todas las manos que me habian dado caricias sin que yo lo quisiera ahora permanecian en los bolsillos de sus duenos. Y si la persona que habia matado a mi abuela lo habia hecho porque ella se lo encontro mientras esperaba a que yo viniera, ya no volveria a intentarlo conmigo.

Y con Bill podia relajarme, un lujo tan estupendo que era incapaz de ponerle precio. Mi cerebro podia vagar a voluntad, y no descubriria nada que el no quisiera contarme.

Eso era todo.

Me encontraba en esa especie de estado contemplativo cuando baje los escalones de la casa de Bill hacia mi coche.

No me esperaba encontrar alli a Jason sentado en su camioneta. No fue lo que se dice una situacion agradable. Camine con lentitud hasta su ventanilla.

– Asi que es cierto -dijo. Me paso un cafe en vaso de espuma de poliestireno del Grabbit Kwik-. Sube al camion conmigo.

Me subi, agradecida por el cafe pero todavia cautelosa. Alce la guardia de inmediato; regreso a su posicion con lentitud y dolor, fue como tener que volver a ponerse una faja que ya era demasiado prieta.

– No soy quien para decir nada-me dijo-, no despues de la vida que he llevado en estos ultimos anos. Por lo que yo se, es el primero, ?no es verdad? -Asenti-. ?Te trata bien?-Asenti de nuevo-. Tengo algo que contarte.

– De acuerdo.

– Anoche mataron al tio Bartlett.

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