Sam estaba en su despacho, haciendo algun papeleo o lo que fuera; no me interesaba mientras se guardara sus opiniones para si. Aun me sentia como si al descubrir mi cuello hubiera descorrido la cortina de una parte privada de mi vida, y no le habia perdonado. Pero Arlene y Charlsie habian encontrado tareas en las que ocuparse, como yo, y para cuando la clientela que salia de sus trabajos comenzo a llegar al bar, ya volviamos a estar bastante comodas las unas con las otras.
Arlene me acompano al cuarto de bano de las chicas:
– Escucha, Sookie, tengo que preguntartelo. ?Los vampiros son como todo el mundo dice? Me refiero como amantes.
Me limite a sonreir.
Esa noche Bill vino al bar, justo despues de que oscureciera. Me habia quedado trabajando hasta tarde, puesto que una de las camareras del turno de noche tuvo un problema con el coche. En un instante dado no estaba alli, y al siguiente si, avanzando lento para que pudiera verlo aproximarse. Si Bill tenia dudas acerca de revelar en publico nuestra relacion, desde luego no las mostro. Me cogio la mano y la beso en un gesto que, de haberlo hecho cualquier otro, hubiera resultado demasiado falso. Senti el contacto de sus labios sobre el dorso de mi mano y la sensacion me recorrio todo el cuerpo hasta la punta de los pies. Y supe que el tambien se dio cuenta.
– ?Que tal se te esta dando la noche? -susurro. Me hizo temblar.
– Un poco… -descubri que no me salian las palabras.
– Ya me lo diras mas tarde -sugirio-, ?cuando sales?
– En cuanto llegue Susie.
– Ven a mi casa.
– Vale -le sonrei, sintiendome radiante y mareada.
Bill me devolvio la sonrisa. Mi proximidad tambien debio de afectarle, porque sus colmillos estaban al descubierto, y es de suponer que para todos los presentes salvo para mi el efecto fue un tanto… inquietante.
Se inclino para besarme, apenas un leve toque en la mejilla, y se giro con la intencion de marcharse. Pero justo en ese instante, todo se fue al infierno.
Malcolm y Diane entraron, abriendo la puerta de golpe como si realizaran una aparicion majestuosa y, por supuesto, asi era. Me pregunte donde estaria Liam. Probablemente estacionando el coche. Era mucho pedir que lo hubieran dejado en casa.
La gente de Bon Temps estaba acostumbrandose poco a poco a Bill, y el llamativo Malcolm y la igual de llamativa Diane causaron bastante revuelo. Mi primer pensamiento fue que esto no iba a ayudar a que la gente se habituara a Bill y a mi.
Malcolm vestia pantalones de cuero y una especie de camisa de cota de malla. Parecia salido de la cubierta de un disco de rock. Diane llevaba un body de una pieza de color verde lima, hecho de licra o de algun otro tejido elastico muy fino. Seguro que, de haber sentido interes por ello, hubiera podido contarle los pelos del pubis. Los negros no solian ir mucho a Merlotte's, pero si habia una negra que estuviera por completo segura alli, esa era Diane. Vi que Lafayette la miraba con ojos desorbitados a traves de su ventanilla, con franca admiracion regada con una rociada de miedo.
Los dos vampiros gritaron con fingida sorpresa al ver a Bill, como borrachos enloquecidos. Por lo que pude deducir, Bill no se sentia feliz con su presencia, pero parecio tomarse su invasion con calma, como hacia con casi todo.
Malcolm beso a Bill en la boca, igual que Diane. Era dificil decir que saludo resulto mas ofensivo para los clientes del bar. Bill haria mejor en mostrar desagrado, y cuanto antes, pense, si queria seguir a buenas con los habitantes humanos de Bon Temps.
Bill, que no era ningun tonto, dio un paso atras y me rodeo con su brazo, distanciandose de los vampiros y poniendose del lado de los humanos.
– Asi que tu pequena camarera sigue viva-exclamo Diane. Su cristalina voz se pudo oir en todo el bar-. ?No es sorprendente?
– Asesinaron a su abuela la semana pasada -dijo Bill con serenidad, tratando de torpedear la intencion de Diane de montar una escena.
Sus preciosos ojos castanos de loca se centraron en mi, y senti frio.
– ?Es cierto eso?-dijo, riendose.
Hasta ahi podia llegar, ya nadie la perdonaria. Si Bill habia estado buscando un modo de consolidarse, esa hubiera sido la escena que yo habria disenado. Por otro lado, el disgusto que emanaba de los clientes del local podia provocar una reaccion en contra que, ademas de a los renegados, tambien salpicara a Bill.
Aunque claro… para Diane y sus amigos, Bill era el renegado.
– ?Y cuando te va a asesinar alguien a ti, preciosa? -Me paso una una por la barbilla, y aparte su mano de un golpe. Se hubiera lanzado sobre mi de no ser porque Malcolm agarro su muneca con despreocupacion y casi sin esfuerzo. Pero percibi su esfuerzo por el modo en que la sostenia.
– Bill-dijo de manera casual, como si no estuviera tensando todos los musculos de su cuerpo para mantener a Diane a raya-, he oido que este pueblo esta perdiendo a sus trabajadoras no cualificadas a una velocidad terrible. Y un pajarito de Shreveport me ha contado que tu y tu amiguita estuvisteis en el
Le pise el pie con todo el peso del que era capaz. Me mostro los colmillos. La gente del bar parpadeo y sacudio la cabeza.
– ?Que tal si se va de aqui, senor? -dijo Rene. Estaba inclinado sobre la barra, con una cerveza entre los codos.
Ese fue el momento en que todo bailo en la balanza, en el que el bar podria haberse convertido en un bano de sangre. Ninguno de mis companeros humanos parecia comprender del todo lo fuertes o despiadados que podian ser los vampiros. Bill se puso delante de mi, un hecho registrado por todos los clientes de Merlotte's.
– Bien, si no somos queridos… -dijo Malcolm. Su virilidad de anchos musculos contrasto con la voz aflautada que puso-. Esta buena gente, Diane, querra comer carne y hacer esas cosas humanas. Solos. O con nuestro antiguo amigo Bill.
– Creo que a la pequena camarera le gustaria hacer una cosa muy humana con Bill -comenzo a decir Diane, pero en ese momento Malcolm la cogio del brazo y la empujo fuera del local antes de que pudiera causar mas dano.
Todo el bar parecio soltar el aliento al unisono cuando desaparecieron por la puerta, y pense que era mejor que me marchara ya, aunque Susie no hubiera aparecido. Bill me esperaba fuera; cuando le pregunte por que, me dijo que queria asegurarse de que se habian marchado de verdad.
Segui a Bill hasta su casa, pensando que habiamos salido relativamente indemnes de la visita de los vampiros. Me pregunte para que habian venido Diane y Malcolm; me parecia raro que estuvieran tan lejos de su hogar y decidieran por puro capricho pasarse por Merlotte's. Como no estaban haciendo ningun verdadero esfuerzo por integrarse, tal vez solo quisieran arruinar las perspectivas de Bill.
Saltaba a la vista que la casa Compton habia cambiado desde la ultima vez que habia estado en ella, aquella asquerosa noche en la que conoci a los otros vampiros. Los contratistas estaban trabajando bien para Bill, aunque no me quedaba claro si se debia a que tenian miedo de no hacerlo o porque les pagaba con generosidad. Era probable que por ambas cosas. En el salon estaban poniendo un nuevo techo y el reciente empapelado de la pared era blanco con un elegante diseno floreado. Habian limpiado los suelos de madera noble, y brillaban como antano. Bill me condujo a la cocina. Tenia poca cosa, como es natural, pero era brillante y alegre, y