en la puerta con un golpe sordo. Solte un chillido antes de poder contenerme.

Corri hacia el telefono portatil, junto al sofa. Marque el numero de Bill mientras corria por todo el salon bajando las persianas. ?Y si la linea estaba ocupada? ?Me habia dicho que se iba a casa precisamente para usar el telefono!

Pero lo pille mientras entraba por su puerta. Al descolgar el auricular parecia sin aliento.

– ?Si? -dijo. Siempre ponia un tono desconfiado. -?Bill -dije con dificultad-, hay alguien fuera!

Colgo el telefono de inmediato. Eso era un vampiro de accion. Estuvo en mi casa en dos minutos. Yo vigilaba el jardin por una persiana apenas levantada, y lo vi acercandose al patio desde los arboles, moviendose con una velocidad y un silencio que un humano nunca podria igualar. El alivio que senti al verlo fue abrumador. Durante un segundo me senti avergonzada por haber llamado a Bill para que me rescatara. Deberia haberme encargado de la situacion por mi misma. Y entonces pense: ?por que? Cuando conoces a una criatura poco mas o menos invencible que asegura adorarte, alguien tan dificil de matar que resulta casi inmortal, un ser de fuerza sobrenatural, es a el a quien debes llamar.

Bill examino el jardin y los arboles, desplazandose con una elegancia confiada y silenciosa. Al final subio con agilidad los peldanos y se inclino sobre algo que estaba en el porche delantero. El angulo resultaba demasiado agudo y no pude ver de que se trataba. Cuando se enderezo tenia algo entre las manos, y parecia por completo… inexpresivo. Eso era muy malo.

Me acerque reluctante a la puerta delantera y descorri el cerrojo. Aparte la contrapuerta de mosquitera.

Bill sostenia el cuerpo de mi gata.

– ?Tina? -dije con voz tremula y nada carinosa-. ?Esta muerta?

Bill asintio con un pequeno gesto de la cabeza.

– Pero… ?como?

– Estrangulada, creo.

Senti que me desmoronaba. Bill tuvo que permanecer alli de pie, sosteniendo el cadaver, mientras yo lloraba.

– No he llegado a plantar aquella encina-dije cuando me hube calmado apenas-. Podemos ponerla en ese agujero.

Asi que fuimos hasta el patio trasero, con el pobre Bill todavia sosteniendo a Tina y tratando de no parecer molesto por ello, y yo esforzandome por no hundirme de nuevo. Bill se arrodillo y coloco la pequena masa de pelo negro en el fondo del hueco que excave. Cogi la pala y comence a rellenarlo, pero en cuanto vi los primeros fragmentos de tierra golpear el pelaje de Tina volvi a sentirme destrozada. Sin decir palabra, Bill tomo la pala de mis manos. Yo me volvi de espaldas y el termino la terrible tarea.

– Vamos adentro -sugirio con amabilidad cuando hubo concluido.

Fuimos hasta la casa, para lo cual tuvimos que rodearla hasta llegar a la parte delantera, porque no habia descorrido los cerrojos de detras.

Bill me acaricio y me reconforto, aunque yo sabia que nunca le habia gustado mucho Tina.

– Dios te bendiga, Bill-susurre. Lo abrace con fuerza, con un subito ataque de miedo ante la idea de que tambien me lo quitaran a el. Cuando logre que los sollozos se redujeran a hipidos lo mire, con la esperanza de no haberlo incomodado con mi oleada emocional.

Bill estaba furioso. Contemplaba la pared por encima de mi hombro y los ojos le brillaban. Era la cosa mas aterradora que he visto en mi vida.

– ?Has encontrado algo en el patio?

– No. Solo rastros de su presencia: algunas huellas, un olor que aun se percibia en el aire. Nada que puedas llevar como prueba aun tribunal-anadio, como si me leyera el pensamiento.

– ?Te importaria quedarte conmigo hasta que tengas que… alejarte del sol?

– Por supuesto.-Me contemplo. Comprendi que pensaba hacerlo de todas formas, tanto si yo queria como si no.

– Si todavia necesitas llamar por telefono, hazlo desde aqui, no me importa -es decir, si entraban en mi contrato de linea.

– Tengo una tarjeta telefonica -me dijo, sorprendiendome una vez mas. Quien lo hubiera pensado.

Me lave la cara y tome un Tylenol antes de ponerme el camison, mas triste que nunca desde que murio la abuela, y en cierto sentido incluso mas que entonces. Esta claro que la muerte de una mascota no entra en la misma categoria que la de un miembro de la familia, me reprendi a mi misma, pero eso no lograba reducir mi desconsuelo. Hice todos los razonamientos que fui capaz y no llegue a ninguna conclusion, salvo el hecho de que habia alimentado, acariciado y querido a Tina durante cuatro anos, y que la echaria de menos.

11

Al dia siguiente mis nervios estaban en carne viva. Cuando llegue al trabajo y le conte a Arlene lo que habia sucedido, me dio un fuerte abrazo y dijo:

– ?Me gustaria matar al bastardo que le ha hecho eso a la pobre Tina! -De alguna manera eso me hizo sentir mucho mejor.

Charlsie se mostro igual de compasiva, aunque mas preocupada por el susto que me habia llevado yo que por el fallecimiento de mi gata. Sam parecia lugubre. Sugirio que llamase al sheriff o a Andy Bellefleur y le contara lo que habia sucedido. Al final me decidi por Bud Dearborn.

– Lo normal es que estas cosas sucedan en serie-murmuro Bud-. Pero nadie mas ha informado de mascotas desaparecidas o muertas. Me temo que esto parece una especie de venganza personal, Sookie. A ese vampiro amigo tuyo, ?le gustan los gatos?

Cerre los ojos y respire hondo. Lo llamaba desde el telefono del despacho de Sam, el cual estaba sentado al otro lado del escritorio preparando el siguiente pedido de licores.

– Bill estaba en su casa cuando quien fuera que mato a Tina la tiro en mi porche -dije, todo lo serena que pude-. Lo llame justo despues y contesto al telefono. -Sam alzo la mirada de manera burlona y yo hice girar los ojos para hacerle saber mi opinion sobre las sospechas del sheriff.

– Y te conto que la gata habia sido estrangulada-prosiguio Bud en tono pesado.

– Si.

– ?Tienes la ligadura?

– No, ni siquiera vi con que lo habian hecho.

– ?Que habeis hecho con el gatito?

– Lo enterramos.

– ?Fue eso idea tuya o del senor Compton?

– Mia. -?Que otra cosa podriamos haber hecho con Tina? -Puede que vayamos a desenterrarlo. Si tuvieramos la ligadura y el gato, quiza podriamos ver si el metodo de estrangulamiento coincide con el usado para matar a Dawn y Maudette -explico con pereza.

– Lo siento. No se me ocurrio eso.

– Bueno, tampoco importa mucho sin la ligadura.

– De acuerdo, adios. -Colgue, probablemente con algo mas de fuerza de la que precisaba el aparato. Sam arqueo las cejas.

– Bud es un gilipollas -le dije.

– Bud no es mal policia -respondio Sam en voz baja-. Nadie de aqui esta acostumbrado a asesinatos tan macabros.

– Tienes razon-reconoci tras unos instantes-. No he sido justa con el. Pero es que se empenaba en repetir 'ligadura' como si estuviera orgulloso de haber aprendido una palabra nueva. Lamento haberme enfadado con el.

– No tienes por que ser siempre perfecta, Sookie.

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