– ?Quieres decir que de vez en cuando puedo joderlo todo y no ser ni compasiva ni tolerante? Gracias, jefe. -Le sonrei, notando el toque ironico de mis labios, y baje del borde de su mesa, a la que me habia subido para hacer la llamada. Me estire. Hasta que me fije en que los ojos de Sam se perdian en mi cuerpo no volvi del todo a la realidad-. ?Al trabajo de nuevo! -dije con brusquedad, y sali con rapidez del cuarto, tratando de asegurarme de no contonear lo minimo las caderas.
– ?Te importaria quedarte con los ninos un par de horas esta noche?-me pregunto Arlene con cierta timidez. Me acorde de la ultima vez que habiamos hablado de ese tema, y de la ofensa que me habia causado su renuencia a dejar sus crios con un vampiro. En aquella ocasion no pense como lo haria una madre; ahora Arlene trataba de disculparse.
– Estare encantada. -Espere a ver si Arlene mencionaba de nuevo a Bill, pero no lo hizo-. ?Desde que hora a que hora?
– Bueno, Rene y yo vamos a ir al cine en Monroe-dijo-. ?Digamos a las seis y media?
– Perfecto. ?Ya habran cenado?
– Oh, claro, les dare de comer antes. Les encantara ver a su tia Sookie.
– Lo estoy deseando.
– Gracias -dijo Arlene. Se detuvo, estuvo a punto de anadir algo mas y despues parecio pensarselo de nuevo-. Te vere a las seis y media.
Me marche a casa como a las cinco, y la mayor parte del camino tuve que conducir con el sol de cara, resplandeciente como si me mirara justo a mi. Me cambie y me puse un conjunto de manga corta azul y verde, de punto; me cepille el pelo y me lo recogi con un clip con forma de platano; y por ultimo tome un bocadillo sentada sola, incomoda, en la mesa de la cocina. La casa parecia grande y vacia, y me alegre al ver que Rene aparecia con Coby y Lisa.
– Arlene tiene problemas con una de sus unas postizas-me explico, con aspecto de avergonzarse de tener que transmitir un problema tan femenino-. Y Cobyy Lisa estaban ansiosos por venir.
Me fije en que Rene todavia llevaba las ropas de trabajo: botas recias, cuchillo, sombrero y todo lo demas. Arlene no iba a dejar que la llevara a ninguna parte hasta que se diera una ducha y se cambiara.
Coby tenia ocho anos y Lisa cinco, y enseguida estuvieron colgando de mi como enormes pendientes. Rene se inclino para darles un beso de despedida, y su afecto por los ninos hizo que le diera un diez en mi valoracion personal. Le sonrei con aprobacion y cogi a los ninos de la mano, para llevarlos a la cocina en busca de algo de helado.
– Volveremos a por ellos mas o menos a las diez y media u once -dijo-, si te viene bien. -Se apoyo en el picaporte.
– Claro-accedi. Estuve a punto de ofrecerme para quedarmelos hasta el dia siguiente, como habia hecho en ocasiones anteriores, pero entonces pense en el cuerpo flaccido de Tina y decidi que era mejor que no se quedaran esa noche.
Hice correr a los crios hacia la cocina, y uno o dos minutos despues oi la vieja camioneta de Rene traqueteando mientras se alejaba por el camino.
Cogi a Lisa en brazos.
– ?Casi ya no puedo levantarte, chiquilla, de lo grande que te estas haciendo! Y tu, Coby, ?ya te afeitas? -Nos sentamos a la mesa durante mas de treinta minutos mientras los ninos comian helado y me ametrallaban con su lista de logros alcanzados desde la ultima vez que nos habiamos visto.
Entonces Lisa quiso leerme algo, asi que traje un libro de colorear con los nombres de los colores y de los numeros impresos dentro, y me los leyo con cierto orgullo: Coby, por supuesto, tenia que demostrar que el podia leer mucho mejor, y despues quisieron ver en la tele su programa favorito. Antes de darme cuenta, habia anochecido.
– Mi amigo va a venir esta noche-les avise-. Se llama Bill.
– Mama nos ha contado que tienes un amigo especial-dijo Coby-. Espero que me guste. Sera mejor que sea amable contigo.
– Oh, lo es-asegure al nino, que se habia estirado y sacaba pecho, dispuesto a defenderme si mi amigo especial no era lo suficientemente agradable segun su baremo.
– ?Te envia flores? -pregunto Lisa con romanticismo.
– No, todavia no. Tal vez puedas insinuarle que me gustaria que lo hiciera.
– Oooh. Claro, lo hare.
– ?Ya te ha pedido que te cases con el?
– Bueno, no, pero yo tampoco se lo he pedido a el.
Como no podia ser de otro modo, Bill escogio ese momento para llamar a la puerta.
– Tengo compania -le dije con una sonrisa al abrirle.
– Ya lo oigo -respondio. Le cogi de la mano y lo conduje hasta la cocina.
– Bill, este es Coby y esta jovencita es Lisa-dije con todo el protocolo.
– Estupendo, habia estado deseando conoceros-respondio Bill, ante mi sorpresa-. Lisa y Coby, ?os parece bien si hago compania a vuestra tia Sookie?
Ellos lo miraron pensativos.
– En realidad no es nuestra tia -dijo Coby, tanteando la situacion-. Solo es una buena amiga de nuestra mama.
– ?Es cierto eso?
– Si, y dice que no le envias flores -anadio Lisa. Al fin su vocecita resultaba cristalina. Me alegre mucho de que Lisa hubiera superado su pequeno problema con las erres. De verdad. Bill me miro de reojo y me encogi de hombros.
– Ellos me han preguntado-dije con impotencia.
– Umm-respondio pensativo-. Tendre que corregir mis modales, Lisa. Gracias por recordarmelo. ?Cuando es el cumpleanos de la tia Sookie, lo sabeis?
Note queme sonrojaba.
– Bill-dije cortante-, dejalo ya.
– ?Lo sabes, Coby? -le pregunto Bill al nino.
Coby sacudio la cabeza, pesaroso.
– Pero si se que es en verano, porque la ultima vez que mama llevo a Sookie a comer a Shreveport por su cumpleanos, era verano. Estuvimos con Rene.
– Eres listo si recuerdas aquello, Coby-le dijo Bill.
– ?Soy mas listo que eso! Adivina lo que aprendi el otro dia en la escuela. -Coby empezo a hablar por los codos.
Lisa estudio a Bill con mucha atencion todo el tiempo que Coby estuvo hablando, y cuando su hermano termino, dijo:
– Estas muy blanco, Bill.
– Si -dijo- Es mi cutis natural.
Los crios se miraron el uno al otro. Deduje que decidieron que 'cutis natural' era una enfermedad y que no seria educado hacer mas preguntas. De vez en cuando los ninos muestran cierto tacto.
Bill, alprincipio un poco tenso, se encontro cada vez mas comodo segun avanzaba la noche. A las nueve yo ya hubiera reconocido que estaba agotada, pero cuando Arlene y Rene vinieron a recogerlos a las once el todavia aguantaba el ritmo de los ninos.
Presente a Bill a mis amigos, y se dieron la mano de una manera del todo normal. En ese momento llego otra visita.
Un hermoso vampiro de denso pelo negro, peinado con un dificil estilo ondulado, aparecio de entre los arboles mientras Arlene subia a los crios al camion y Rene y Bill charlaban. Bill saludo de pasada al vampiro y este alzo la mano como respuesta, uniendose a Bill y a Rene como si lo hubieran estado esperando.
Desde el columpio del porche delantero observe que Bill hacia las presentaciones, y que el vampiro y Rene se daban la mano. Rene estaba boquiabierto ante el recien llegado, y me parecio que le daba la impresion de reconocerlo. Bill dirigio una mirada significativa hacia Rene y sacudio la cabeza, y la boca de Rene contuvo cualquier comentario que estuviera a punto de hacer.