bastante coherentes como para poder descifrarlos, salvo por la rabia que sentia. Entonces aparecio un concepto claro.

– Tu hermana -grite-. ?Todavia esta viva Cindy, Rene?

– ?Zorra! -aullo. Y supe en ese instante que la primera mujer en morir habia sido su hermana, esa a la que le gustaban los vampiros, la que supuestamente aun visitaba de vez en cuando, segun Arlene. Rene habia matado a Cindy, la camarera, mientras aun vestia su uniforme rosa y blanco de la cafeteria del hospital. La estrangulo con las cuerdas de su propio delantal. Y despues de que muriera, mantuvo relaciones sexuales con ella. Rene penso (hasta donde era capaz de razonar) que, ya que ella habia caido tan bajo, no le importaria hacerlo con su propio hermano. Cualquiera que permitiese a un vampiro hacerle eso merecia morir. Despues, avergonzado, habia ocultado el cuerpo. Las otras no eran de su carne, no tenia nada de malo dejarlas a la vista.

Me vi absorbida al interior enfermo de Rene como una rama arrastrada por un remolino, y aquello hizo que me mareara.Cuando regrese a mi propia cabeza, lo tenia encima. Me golpeo en la cara con toda su fuerza, y espero verme caer. El golpe me rompio la nariz y me hizo tanto dano que casi me desmaye, pero logre resistir. Le devolvi el golpe, pero mi falta de experiencia lo hizo ineficaz. Solo le impacte en las costillas, haciendo que grunera, pero de inmediato contraataco.

Su puno me rompio la clavicula. Pero no cai.

No sabia lo fuerte que era yo. Bajo la luz de la luna, vi que se sorprendio cuando le devolvi los golpes, y di las gracias a toda la sangre vampirica que habia ingerido. Pense en mi valiente abuela y me lance contra el, agarrandolo por las orejas y tratando de estampar su cabeza contra la columna de granito. Alzo las manos para sujetarme por los antebrazos, y trato de apartarme para que lo soltara. Al final lo consiguio, pero por su mirada supe que estaba asustado y mas atento. Trate de darle un rodillazo, pero se me adelanto, girandose lo suficiente para esquivarme. Mientras estaba sin equilibrio me empujo, y golpee el suelo con un impacto que hizo que me temblaran los dientes.

Se puso a horcajadas sobre mi. Pero habia perdido el cordel en la lucha, y mientras sostenia mi cuello con una mano, tanteaba el suelo con la otra en busca de su herramienta preferida. Mi brazo derecho estaba inmovilizado, pero el izquierdo no, y luche y lo arane. El no podia hacerme nada, necesitaba buscar el cordel para estrangularme porque era parte de su ritual. Mientras le atacaba, mi mano se topo con un bulto familiar.

Rene, que aun llevaba puestas las ropas de trabajo, tenia su cuchillo en el cinturon. Abri el cierre y saque el cuchillo de su funda, y mientras el todavia pensaba 'deberia haberme quitado eso', lo clave en la carne de su cintura, apuntando hacia arriba, y lo extraje.

Entonces grito.

Se puso en pie, girando de lado la parte superior de su torso y tratando de contener con ambas manos la sangre que manaba de la herida.

Me arrastre hacia atras y me levante, tratando de poner distancia entre mi cuerpo y el de aquel hombre, que era tan monstruoso como Bill.

Rene grito:

– ?Ah, Dios, mujer! ?Que me has hecho? ?Oh, Dios, duele mucho!

Eso fue estupendo. Ahora me tenia miedo. Le aterraba que lo descubrieran, que se acabaran sus juegos, su venganza.

– ?Las chicas como tu merecen morir! -aullo-. ?Puedo sentirte dentro de mi cabeza, bicho raro!

– ?Quien es aquielbicho raro? -sisee-. ?Muere, bastardo!

No sabia que me iba a salir eso. Estuve junto a la lapida, agazapada, sujetando aun el cuchillo empapado de sangre en mi mano, esperando a que volviera a lanzarse contra mi.

Se tambaleo en circulos, y yo lo vigile con rostro petreo. Cerre mi mente a el, a sus pensamientos de que la muerte lo llamaba. Me prepare para usar el cuchillo una segunda vez, pero el cayo al suelo. Cuando me asegure de que no podia moverse, fui hacia la casa de Bill, pero sin correr. Me dije que era solo porque no podia de lo agotada que estaba, pero no estoy muy segura. No dejaba de ver a mi abuela, atrapada para siempre en los recuerdos de Rene, luchando para salvar la vida en su propia casa.

Saque la llave de Bill del bolsillo, casi sorprendida de que aun siguiera ahi. De alguna manera logre tambalearme hasta el salon, en busca del telefono. Toque los botones con los dedos, tratando de imaginarme cual era el nueve y cual el uno. Aprete los numeros lo suficiente para lograr que hicieran bip, y entonces, sin previo aviso, cai inconsciente.

Estaba en el hospital. Me rodeaba el olor a limpio de las sabanas hospitalarias.

Lo siguiente que supe es que me dolia todo.

Y habia alguien en la sala conmigo. Logre abrir los ojos, no sin gran esfuerzo. Andy Bellefleur. Su rostro cuadrado estaba aun mas agotado que la ultima vez que lo vi.

– ?Puedes oirme?-dijo.

Asenti con un movimiento minimo, pero que envio una oleada de dolor a traves de mi cabeza.

– Lo tenemos-dijo, y procedio a contarme algo mas, pero volvia quedarme dormida.

Ya era de dia cuando me desperte, y en esta ocasion parecia estar mucho mas alerta. Tambien habia alguien en la sala.

– ?Quien esta ahi?-dije, y mi voz surgio como un carraspeo dolorido.

Kevin se levanto de la silla de la esquina, apartando una revista de crucigramas y guardandosela en el bolsillo del uniforme.

– ?Donde esta Kenya? -susurre. Me sonrio inesperadamente.

– Ha estado aqui durante un par de horas -me explico-. Volvera pronto. La he enviado a comer. -Su cuerpo y su rostro esbelto formaban un claro gesto de aprobacion-. Eres una mujer dura.

– No me siento muy dura-logre responder.

– Te han herido -me dijo, como si yo no lo supiera ya.

– Rene.

– Lo encontramos en el cementerio-me conto Kevin-. Lo golpeaste bastante bien, pero seguia consciente y nos conto que habia tratado de matarte.

– Bien.

– Le daba mucha pena no haber terminado la tarea. No puedo creerme que cantara de aquel modo, pero para cuando lo encontramos estaba herido y aterrado, nos conto que todo habia sido culpa tuya porque no te limitabas a dejarte matar como las otras. Dijo que debia de estar en tus genes, porque tu abuela… – alli Kevin se interrumpio, consciente de que estaba en terreno incomodo.

– Tambien se resistio-susurre.

En ese momento entro Kenya, enorme, impasible, sosteniendo un vaso de espuma de poliestireno lleno de humeante cafe.

– Esta despierta -comento Kevin, dirigiendose a su companera.

– Estupendo. -Kenya no parecia tan contenta de oirlo ?Ha explicado lo que ocurrio? Tal vez debamos llamar a Andy.

– Si, es lo que nos dijo que hicieramos, pero solo lleva cuatro horas durmiendo.

– El hombre dijo que lo avisaramos.

Kevin se encogio de hombros y se dirigio al telefono que habia al lado de la cama. Me adormile mientras le oia hablar, pero pude escucharlo murmurar con Kenya mientras esperaban. Le estaba hablando de sus perros de caza. Kenya, imagino, atendia.

Llego Andy, pude sentir sus pensamientos, el esquema de su cerebro. Su cuerpo se detuvo junto a mi cama. Abri los ojos y vi que se inclinaba para estudiarme. Intercambiamos una larga mirada.

En el pasillo, se oyeron dos pares de pies con zuecos de enfermera.

– Rene todavia esta vivo-dijo Andy de repente-. Y no para de largar.

Hice un levisimo movimiento de cabeza, con la intencion de que pareciera que asentia.

– Dice que esto se remonta a su hermana, que salia con un vampiro. Obviamente la chica quedo tan baja a de sangre que Rene penso que se convertiria en una vampira si no la detenia. Una noche, en el apartamento de ella, le lanzo un ultimatum. Ella le replico, diciendo que no abandonaria a su amante. Mientras

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