Ella enarco una ceja antes su respuesta.
– ?No niegas la parte del gorila?
– No.
Eso le quito gran parte de su bravuconeria. Era dificil atacarlo cuando parecia tan contento con el hecho de ser un monstruo.
– Eh, ?Simone? -Habia una nota de panico en la voz de Jesse.
Ella se volvio a mirarlo.
– ?Si?
– ?Que es eso?
Miro en la direccion que le senalaba. Alto y agil, con ojos rojos que destellaban en la oscuridad.
Y se dirigia hacia ellos.
CAPITULO 3
Xypher la empujo hacia Jesse.
– Vosotros dos quedaos detras.
Simone no pretendia discutir, teniendo en cuenta el tamano de la criatura que se aproximaba y el hecho de que su piel parecia estar hirviendo y echando humo.
Vistiendo una capa negra que flotaba a su alrededor, ensombreciendolo completamente, excepto por esos espeluznantes ojos rojos, fue por Xypher tan rapido que ella apenas pudo distinguirlo.
Arremetieron uno contra el otro.
Xypher hizo girar al demonio, que rodo y le disparo una bola de fuego. El esquivo el fuego, luego echo su mano adelante, para reenviarselo a
No funciono.
El demonio se echo a reir.
– Pobre Xypher. ?Tienes problemas?
– ?Para patearte el trasero, Kaiaphas? Nunca.
La capa se desvanecio. En la oscuridad, la piel hirviente del demonio se articulo como si fuera cuero. Su rostro muto al de una gargola, mientras que el algodon de su vestimenta se convertia en una lustrosa armadura negra, que se ajustaba a los musculosos contornos de su cuerpo. Sus ojos aun destellaban como brasas brillantes en el fuego.
Kaiaphas saco una corta espada y la hizo girar alrededor de su cuerpo antes de atacar a Xypher, que esquivo la cuchilla. Una munequera plateada aparecio en su brazo, que no tenia el brazalete. Xypher la uso para desasir la cuchilla de las manos del demonio. Pero antes de que pudiera capturarla, Kaiaphas la atrapo en su mano izquierda e intento apunalarlo una vez mas.
Girando sobre sus talones, Xypher empujo al demonio. Kaiaphas trastabillo, reincorporandose de inmediato.
Kaiaphas se echo a reir.
– Has mejorado.
– Si, los crios crecen eventualmente. -Xypher le lanzo un puntapie, pero Kaiaphas atrapo su pierna y le dio un tiron.
Xypher dio una voltereta en el aire para aterrizar de pie. Echo a correr tras el demonio y lo cogio a la altura de la cintura. Ambos cayeron hacia atras, aun luchando.
Simone queria correr, pero recordo, que mientras llevara el brazalete no podria alejarse demasiado sin provocar la muerte de ambos.
– Busca un arma -le susurro fuerte a Jesse, al tiempo que se ponia a buscar una rama de arbol o algo que le sirviera para ayudar a Xypher a acabar con el demonio.
De pronto, Jesse maldijo.
Simone se giro a mirar a los combatientes, para ver que habia causado tal reaccion en Jesse. En un abrir y cerrar de ojos, Kaiaphas hizo girar la espada en su mano y apunalo a Xypher en el abdomen, atravesandolo de lado a lado.
Xypher emitio un jadeo. La sangre se juntaba alrededor de la empunadura de la espada, fluyendo sobre la mano de Kaiaphas.
El demonio se rio.
– Parece que tus habilidades no han mejorado lo suficiente, ?eh? -Luego le dio un cabezazo a Xypher. El golpe hizo tambalear hacia atras a Xypher, y la espada salio despedida de su cuerpo.
Cayo al suelo de rodillas, mientras Kaiaphas elevaba su espada para el golpe de gracia.
Simone apreto los dientes, mientras revivia en su mente las muertes de su madre y su hermano menor. Un sentimiento de ira infundada la sobrecogio, impidiendole pensar racionalmente.
En ese momento, el demonio se convirtio en el foco de veinte anos de frustracion y desesperanza, a causa de un sistema legal que le habia fallado. Y una rabia tan amarga, que casi podia saborearla.
Pensando solo en salvar a Xypher, Simone cogio el spray pimienta del bolsillo de su abrigo y echo a correr hacia el demonio. Apartandolo de un empellon con toda su fuerza, contuvo el aliento y lo rocio con el spray.
Kaiaphas tosia y escupia. Echando chispas por los ojos, corrio tras ella.
Simone se preparo para el ataque, pretendiendo defenderse solo con sus manos. Pero antes de que la cogiera, algo lo aparto de un empellon.
Un destello de cabellos rubios le confirmo que se trataba de Julian, que traia un arma consigo. Interponiendose en su camino, forzo al demonio a alejarse de ella y de Jesse.
Mientras el se ocupaba del demonio, ella corrio hacia Xypher, que yacia en el suelo cubierto de sangre. Su rostro estaba palido y temblaba visiblemente. La sangre brotaba a borbotones entre sus manos.
– Shh -le dijo Simone, apartandole la mano para poder verle la irregular herida-. Te tengo Xypher. No te preocupes. -Se giro para mirar sobre el hombro-. Jesse, ve al camion y traeme mi maletin de emergencia.
Jesse se apresuro hacia el vehiculo mientras ella examinaba la herida en el vientre de Xypher. Se veia espantosa. Y en cuanto lo toco, el maldijo. Sus fosas nasales se dilataron y estaba segura de que la habria golpeado.
Afortunadamente, se desmayo antes de llevar a cabo la no pronunciada amenaza.
Ella elevo la mirada para ver a Julian envuelto en una impresionante lucha de espadas. Se movian tan de prisa, que solo podia ver las chispas que centellaban cada vez que sus espadas chocaban. El sonido de metal contra metal era ensordecedor y envolvia todo excepto sus grunidos e insultos.
De repente, en un movimiento fluido, Julian eludio al demonio y lo hizo a un lado antes de apunalarlo en las costillas.
Tambaleandose hacia atras, el demonio siseo, mostrando un juego completo de afilados dientes, antes de disolverse en la oscuridad. Todo lo que quedo atras fue el hedor a sulfuro y algo que le recordaba a la melaza.
Julian estiro el cuello, como intentando percibir algo. Se giro hacia ella al tiempo que Jesse le alcanzaba el maletin. Ella se concentro en detener la hemorragia de Xypher. No le resultaba facil, especialmente, cuando empezo a sentir que se mareaba.
– ?Estas bien? -Le pregunto Jesse.
– No estoy segura.
Julian se arrodillo a su lado.
– Necesitamos sacarlo del punto de mira, si entiendes a que me refiero.
Ella ciertamente lo hacia. Habian sido afortunados, de que ningun coche circulara cerca durante la lucha… o peor aun, que el perro del vecino no hubiera necesitado un paseo.
– No podria estar mas de acuerdo.
Un segundo despues, estaban en la casa de Julian, en una habitacion del segundo piso que estaba decorada en tonos verdes y cremas, y equipada con bonitas antiguedades Victorianas.
Ella y Julian se quedaron de pie junto al lecho de tamano Queen mientras que Xypher yacia sobre el mismo.