Jesse aparecio un segundo despues y arrugo la nariz.

– Esa es una herida repugnante. Debe doler.

Julian hizo una mueca al ver como emanaba sangre por el costado de Xypher.

Sin decir una palabra, ella le rasgo la camisa a Xypher. Contuvo el aliento y se acordo de una de las ventajas de su trabajo. Los cadaveres, no sangraban sobre su mesa de reexaminacion. No habia atendido a un paciente vivo desde que fuera una interna en la universidad.

Julian miro sobre el hombro.

– ?Como se encuentra?

– Esa… cosa, lo que sea que fuera, lo dejo hecho un desastre. La espada atraveso su cuerpo de lado a lado.

Julian hizo una mueca.

– Si, esa herida duele bastante. Sufri alguna de esas, tiempo atras.

Ella decidio dejar pasar el comentario, mientras inspeccionaba la hemorragia sanguinea lo mejor que podia.

– Realmente necesito llevarlo al hospital, pero habiendo trabajado en la Sala de Urgencias durante anos, se la clase de preguntas que nos haran y que no podremos responder.

– Aguarda, os llevare a uno.

Ella abrio la boca para protestar.

Julian levanto la mano para silenciarla antes de que empezara.

– Es un lugar seguro, llamado Santuario. La sala de hospital esta equipada para este tipo de circunstancias. Es un lugar, donde aquellos que no son humanos pueden acudir en busca de auxilio. Tendra todo lo que necesitas y no habra preguntas sobre la procedencia de ninguno de vosotros.

Eso la hizo sentir mucho mejor.

– Bien. Porque a menos que empiece a curarse por si mismo de inmediato, necesitara cirugia… rapido. O morira.

La muerte, era una posibilidad que preferia evitar.

Julian miro la cama empapada de sangre e hizo una mueca de dolor.

– Deberia haberte llevado alli antes de arruinar el edredon. Es lo que gano por intentar pasar por un humano todo el tiempo. A veces olvido mis propios poderes.

Lo proximo que supo, fue que se encontraban en algo parecido a un consultorio medico. El interior estaba revestido de acero, excepto por los pisos de baldosas blancas y las paredes tambien blancas, que estaban repletas de estanterias de vidrio atiborradas de medicinas. Habia tambien una acolchada camilla, junto a la que se depositaban tres bandejas cubiertas de instrumentos medicos y quirurgicos. Como le habian prometido, contenia todo lo que necesitaba para examinar a Xypher.

Julian se situo a su lado, cargando a Xypher en los brazos. Una tarea para nada sencilla, teniendo en cuenta que el hombre era varios centimetros mas alto que el.

– Estoy desorientada -dijo Simone en voz baja mientras la asaltaba una sensacion de mareo. Se abrazo al maletin mas cercano para orientarse.

Ignorandola, Julian grito:

– ?Carson?

La puerta de la izquierda se abrio, para revelar la figura de un hombre alto, de origen Nativo Americano que los miro enfurecido. Su largo cabello negro estaba recogido en una firme cola de caballo y sus facciones afiladas, se asemejaban a las de un ave de rapina.

– No griteis. Tengo oidos extremadamente sensibles.

– Lo siento -respondio Julian-. Pero tenemos un problema. Carson, Simone. Simone, Carson. El es cirujano.

– Oh, gracias a dios -dijo, agradecida de que hubiera otro doctor presente-. Yo solo opero a los muertos.

Carson no hizo comentario al respecto. En vez de eso, su oscura mirada se poso sobre Xypher.

– ?Y el tio que sangra seria…?

– Un Dream-Hunter.

Carson se quedo con la boca abierta ante la respuesta de Julian.

– ?Sangran en el plano humano?

– Aparentemente, y parece que bastante.

Carson asintio brevemente antes de atravesar la sala para abrir una puerta tras ellos.

– Traedlo aqui y colocadlo sobre la mesa.

Julian no dudo en obedecer.

Simone lo siguio dentro de la sala de cirugia. Al igual que la habitacion exterior, estaba limpia y esterilizada, tenia muebles de acero y grandes lamparas sobre la mesa quirurgica. Se parecia a cualquier quirofano que ella hubiera visto antes y estaba impresionada con la calidad de los instrumentos y monitores. De hecho, sabia que varios hospitales matarian por encontrarse tan actualizados.

Mientras Julian depositaba a Xypher sobre la mesa, ella se encamino a la pequena habitacion de la derecha donde un lavabo preparatorio aguardaba a que fuera a lavarse.

Carson la siguio de inmediato.

– Parece que sabes lo que haces.

– Soy Medico Forense y se me ocurrio que habrias de necesitar un asistente para la cirugia. -Se seco las manos con una de las toallas verdes que estaban apiladas sobre la repisa junto al lavabo.

El inclino la cabeza antes de comenzar a enjabonarse las manos.

– Bien, mujer. Mi asistente de siempre tiene el dia libre.

Julian aparecio en la entrada con la ropa cubierta de sangre.

– Si nadie me necesita aqui, estoy planeando volver a mi casa a hacer un inventario de los danos de mi cama. Y a rezar a dios, que ninguno de mis vecinos haya visto la descomunal batalla que llevamos a cabo en la calle, con nuestro amigo demonio en el vecindario.

Carson carraspeo.

– Por favor, nada debe quedar grabado en cinta de video y Dios nos libre de las Camaras Web. Juro que odio la era moderna.

Simone ignoro su mordaz comentario y miro a Julian a los ojos.

– Buena suerte y gracias por la ayuda.

Julian le sonrio y se desvanecio, mientras Carson acarreaba una mesa de instrumentos hacia la habitacion contigua.

– ?No necesitaremos mascarillas y uniformes? -Pregunto Simone.

El nego con la cabeza.

– Me lavo las manos por habito. Basicamente, ese amigo tuyo, deberia ser inmune a los germenes que matan a los humanos. Y de cualquier modo, si algo pudiera infectarlo, seria algo contra lo que no podremos protegerlo.

– Oh -Simone se situo en el lado opuesto de la mesa y lo ayudo a remover el esparadrapo provisorio del costado de Xypher. Estaba un poco sorprendida de que Carson no le quitara los jeans a Xypher, pero parecia satisfecho dejandolo parcialmente vestido.

Dado que ella jamas habia operado a nadie, mucho menos alguien que no fuera humano, mantenia sus conocimientos quirurgicos en secreto. Obviamente, el hombre sabia lo que hacia o Julian no los hubiera traido aqui. Sin mencionar, que nadie habria pagado por todo ese equipamiento, a menos que supiera como usarlo.

Era obvio ?no?

Ella esperaba que asi fuera. Dando un paso atras, vio como Carson lo abria y empezaba a trabajar en la herida. Ella se encogio al percatarse del dano causado. Sus arterias y sus tejidos eran una pesadilla.

Pobre hombre… o lo que sea que fuera.

Una punzada de culpabilidad la atraveso al recordar la manera en que se habia interpuesto entre ella y el demonio. Habia recibido lo peor de la lucha, y lo mismo habia hecho en el callejon, para que ellos no resultaran heridos.

A pesar de toda su grosera fanfarroneria, el tenia corazon y al menos, un codigo de moral basico. Ese entendimiento, suavizo la manera en que se sentia sobre el. En realidad, no era tan malo. Y mientras lo miraba fijamente, una parte de ella se conmovio por su consideracion.

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