– Ah, la rubia.

– Si, la rubia.

Tate gimio cuando volvio al grupo y pillo aquel fragmento de la conversacion.

– Si… Hablando de eso, su familia llegara en cualquier momento para reclamar el cuerpo. ?Que se supone que les tengo que decir cuando no se lo podamos entregar? De nuevo, no creo que un “oops” lo encubra completamente.

– ?Oye! -vocifero un poli-. Doc, no creo que este tipo este muerto. Acabo de verlo moverse.

Simone palidecio ante aquellas palabras. Peor, vio el pie del difunto moverse.

– Xypher, esta empezando.

Antes de que pudiera parpadear, el lanzo su mano. Un instante mas tarde, el cuerpo integro irrumpio en llamas.

El policia grito pidiendo ayuda mientras varios de los otros polis se peleaban por los extintores.

Ella fulmino con la mirada a Xypher.

– ?Tu hiciste eso?

El se encogio de hombros despreocupadamente.

– A veces mis poderes funcionan. A veces no lo hacen. Parece que esta vez lo hicieron. Si, lo hicieron.

Tate arrugo la nariz mientras veia a los policias correr alrededor.

– No estoy seguro de si deberia agradecertelo o no… ?Piensas que se creeran que habia algo de gas en la tierra que hizo que el cuerpo se moviera y que entonces se quemo espontaneamente?

Simone dejo salir una prolongada exhalacion mientras silenciosamente le deseaba suerte en aquel asunto.

– Si alguien puede hacer que funcione, Tate, eres tu.

– Si, te veo en la oficina de desempleo pronto. -Los dejo para ayudar a los oficiales a extinguir las llamas.

Simone los miro trabajar mientras el verdadero horror de todo aquello penetraba en su interior.

– De modo que al hombre realmente se lo comio un demonio.

– No creeras que me lo invente, ?no?

– No. -Ella alargo la palabra-. No exactamente, en cualquier caso. -Fruncio el ceno al barrer con la mirada aquel cuerpo que habia sido hecho para el pecado hasta los impresionantes ojos claros. Nadie adivinaria nunca que Xypher era algo ademas de humano, aunque ella lo conocia mejor-. ?Realmente eres parte demonio?

– ?Por que mentiria?

– No lo se. A veces la gente lo hace, sin ningun motivo aparente.

– Pero no soy humano.

El que fuera un engendro diabolico al menos explicaba un poco lo de su personalidad mordaz. Esto tambien lo excusaba… casi. Ademas, ya que era un demonio, tenia suerte de que estuviera domesticado y no intentara asustar a todos los que se encontraban por la calle.

Estoy atada a un demonio… Sonaba como una mala pelicula de ciencia ficcion.

Desconcertada, aturdida y francamente confusa, fue a coger sus bolsas de donde las habia dejado en el suelo. Ahora mismo, solo queria irse a casa y recuperar la compostura.

Los llevo fuera de la escena del crimen, hacia su apartamento.

– Animate, Sim -le dijo Jesse alegremente-. Al menos el demonio no te comio.

– Aun, quieres decir.

Xypher tomo los paquetes de sus manos.

– No te preocupes. No permitire que te hagan dano.

– No, a menos que esto signifique que recibas un disparo de tu enemigo, ?verdad? Entonces soy caza mayor para la muerte.

El no hizo ningun comentario.

– Todo correctisimamente, entonces -dijo ella, tratando de aligerar la atmosfera y no amargarse con el hecho de que muy probablemente la sacrificaria para lograr su objetivo-. Hagamos nuestro camino de vuelta sin peligro. ?Vamos?

Xypher asintio con la cabeza mientras trataba de no pensar en el hecho de que no estaba tan seguro de que no la protegeria incluso a expensas de su venganza. A pesar de que tenia sangre de demonio en su interior, no era completamente despiadado. Incluso en el peor de los casos, tenia un codigo etico y aquella etica no le permitiria que Simone sufriera dano en el fuego cruzado.

Maldito fuera por ello.

Haciendo una pausa, Jesse le dedico una mirada que le dijo que el fantasma no creia mucho en el. Estaba acostumbrado. Los dioses griegos le habian echado la misma mirada en cuanto se dieron cuenta de que un demonio sumerio estaba geneticamente conectado con su panteon.

En el momento en que Xypher habia aprendido a infiltrarse en los suenos y habia mostrado sus poderes de dios, Zeus habia enviado a sus acolitos para que lo arrastraran al Olimpo encadenado.

Aunque Xypher era poco mas que un nino, Zeus habia intentado matarlo. Pero Poseidon habia detenido a su hermano para que no cometiera aquel error.

– Los sumerios buscan una razon para hacer intervenir a los Chthonians sobre nosotros. Mata a ese muchacho y tendremos que responder todos.

Los Chthonians eran esencialmente los porteros del universo. Se aseguraban de que los panteones no hicieran la guerra el uno contra el otro, ya que tales cosas tendian a conducir a la destruccion final de la Tierra y de cada uno de los que la llamaban hogar.

Zeus habia fruncido el labio a su hermano.

– ?Entonces que me harias hacer con el?

– Quitale las emociones y entrenalo como al resto de los mocosos de Phobetor. Ya no hay nada que temer en un Oneroi. Y una vez que este entrenado, seremos capaces de usarlo para espiar a los sumerios.

Y asi habia comenzado la brutal formacion de Xypher.

Joven y estupido, Xypher realmente habia pensado que su padre vendria a rescatarlo.

No lo habia hecho. De hecho, habia sido su padre quien habia ayudado a golpearlo y a quitarle las emociones para demostrar su lealtad a Zeus. Si Xypher hubiera sido por completo un demonio, no habrian sido capaces de subyugarlo. Lamentablemente, tenia demasiada de la sangre de su padre en su interior como para eso.

Lo habian quebrado en un caluroso dia de verano, cuando habia decidido que seria mas facil ceder ante el adiestramiento que sufrir mas abusos. Todas sus emociones habian sido desangradas hasta que estuvo insensibilizado a todo. Ningun sabor, ningun olor. Nada que pudiera inducir una emocion.

Francamente, le habia dado la bienvenida. Todos los anos de dolor se acabaron. Y al menos los griegos no eran del todo tan sanguinarios como los demonios. No lo habian hecho luchar por cada bocado. Sangrar por cada comodidad.

El ser un demonio significaba tomar y destruir. El alimento solo era concedido a aquellos que podian matar por el.

Deberia haberme quedado como un Oneroi.

Cuanto mas simples habian sido las cosas entonces. Todo lo que tenia que hacer era custodiar el sueno de los humanos, asegurandose de que otro Skoti no se pegara a un humano en particular demasiado tiempo. Los dioses permitian al Oneroi y al Skoti existir mientras que no trastornaran el equilibrio del universo o hicieran enfermar al anfitrion humano por sus suenos.

Siempre que los Skoti se acercaban demasiado al quebrantamiento de aquellas dos leyes, mandaban a los Oneroi para ahuyentarlos o matarlos.

Habia sido una vida comoda.

Hasta que habia llegado Satara. Una criada para la diosa Artemisa, habia sido tan hermosa y cautivadora como ninguna inmortal. Lo habia convocado en sus suenos, y alli le habia mostrado la bondad y las mas suaves emociones que jamas antes habia experimentado. Habian hecho el amor como si estuvieran ardiendo. En cada aliento, en cada toque, le habia dado placer.

Cuando estaba con el, se sentia vivo…

Xypher maldijo mientras recordaba a la hembra. Sensual y seductora, le habia hecho pagar un alto precio por querer ser algo mas de lo que era. Ese fue un error que nunca cometeria de nuevo.

– ?Estas bien?

Parpadeo ante la voz suave de Simone, que interrumpio sus pensamientos.

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