El aparto la mirada.
Simone se acerco a el lentamente de modo que pudiera mirarle y tocarle el brazo. Medio esperaba que maldijera y la empujara.
No lo hizo.
Xypher no podia respirar cuando se quedo mirando fijamente en esos curiosos ojos avellana que quemaban su alma. Ese toque, combinado con esos ojos, lo debilito.
Todo lo que el queria hacer era tirar de ella a sus brazos y sentir su suave consuelo.
Si solo fuera tan sencillo. Pero no lo era. Sus heridas no podian ser aliviadas tan facilmente. Demasiados siglos de abuso lo habian dejado vacio. El dejo escapar un profundo suspiro antes de responder su pregunta.
– Permiti que alguien me utilizara.
– ?Te utilizara como?
?Como podia el explicar lo de Satara a alguien que no tenia idea de una criatura tan maliciosa y fria? Habia veces cuando ni siquiera el entendia la naturaleza de su complicada reaccion.
– Ella me hizo adicta a sus emociones y uso esa adiccion para controlarme. Pense que la amaba y que tenia que hacer cualquier cosa para hacerla feliz.
Simone inclino la cabeza.
– Cualquier cosa, ?huh? ?Que te pidio que hicieras?
El vacilo para contarselo todo. No habia necesidad de que supiera el monstruo que habia sido.
– Me encargue de sus locos enemigos por ella. Hice que se volvieran unos contra otros y contra sus propias familias. Ellos mataron violentamente a otras personas y entonces se suicidaron.
Parpadeo ante los recuerdos que todavia lo acechaban. Hombres que habia forzado a pelear por ninguna otra razon que la de hacer feliz a Satara.
– Creeme, me gane mi condena. Nunca la he esquivado. Los Destinos no lo permitirian. Pero yo no deberia haber sufrido solo en el Tartaro. Puede que yo cometiera las muertes, pero Satara las encargo.
Simone intento entenderle a el y lo que habia hecho. Por que habia sido condenado por eso. Pero no importaba cuanto lo intentara, no podia reconciliarse con alguien digno de ser castigado tan severamente.
– Tu dices que los demonios son herramientas de otros. ?Por que soportas la responsabilidad de ser fiero por naturaleza?
– Yo no soy solo un demonio, Simone. Soy un dios. Lo que hice fue imperdonable. Yo no pido ningun tipo de salvacion o de comprension.
No, el solo pedia venganza,
– ?Que te hace tan implacable?
La intensidad de esa mirada la chamusco. Era vacia y fria y al mismo tiempo tocaba algo en su interior.
– Tienes las agallas de hacerme esa pregunta. Ruega a cualquier dios en el que creas para que siempre permanezcas ignorante.
El se aparto de ella y camino hacia la ventana.
Jesse vago de regreso al cuarto, haciendola preguntarse donde habria estado los ultimos minutos. Por otra parte, a Jesse no le gustaban los visitantes en la casa asi que quizas hubiese salido a pasear.
– ?Tienes algo de sal?-pregunto de repente Xypher.
– ?Sal?
Que extrana salida de su anterior tema recurriendo a tal original topico. ?Que tenia que ver la sal con nada?
El comprobo la cerradura de su ventana antes de responder.
– Tenemos que esparcirla alrededor de las ventanas y puertas, o cualquiera cosa que de afuera.
– ?Por que?
– La sal es una sustancia pura. Incorruptible. Ningun demonio de sangre pura puede cruzarla.
A Simone le gustaba como sonaba eso, pero tenia una pregunta.
– Tu puedes, ?verdad?
El asintio y se volvio hacia la ventana.
– Pero Kaiaphas no.
– ?Marchando la sal! -Jesse corrio hacia la cocina. Simone no tardo en seguirlo.
Xypher se levanto cuando ella volvio con el salero.
– Esto va a necesitar una alta concentracion.
– Por supuesto, usa la que necesites. -Ella le tendio la sal. En poco tiempo tenian todo el apartamento preparado.
– Dios bendiga a Morten’s [6] -dijo ella, cerrando la tapa y devolviendo el redondo contenedor a su gabinete.
– ?Quien podria imaginarse que esto servia para otra cosa que no fuera cocinar?
Llamaron a la puerta.
Los ojos de Simone se abrieron desmesuradamente cuando una punalada de terror la atraveso.
– ?Que probabilidades hay de que pueda ser Kaiaphas?
– Muy pocas. El no llama.
– Oh -sintiendose un poco ridicula por su pregunta, fue a la puerta, solo para que Xypher la detuviera colocando una mano sobre la puerta para que no pudiera abrirla.
– Cuidado con la sal cuando abras la puerta. Si la empujas, no nos hara ningun bien.
Buena advertencia.
– Gracias-ella abrio cuidadosamente la puerta para encontrarse alli a Julian.
– Hola -sonrio el-. Te deje el coche en frente. Solo queria que lo supieras.
Ella le devolvio la sonrisa.
– Muchas gracias por esto…y por todo. Realmente lo aprecio.
– No hay problema -el miro mas alla de ella a donde estaba Xypher- Me alegra verte de pie y cerca. Nos llevamos un susto por un momento cuando te desmayaste. Nada igual que una batalla con un demonio a la caida del sol para sentirse vivo, ?verdad?
– Si tu lo dices -Xypher le tendio la mano a Julian- Aprecio tu ayuda.
Julian le estrecho la mano.
– No hay de que… especialmente cuando los chicos no estan alrededor. Buenas noches.
– Buenas noches -Simone cerro la puerta de golpe, entonces se giro para mirar a Xypher. Estaba asombrada por lo que el habia hecho. Estaba fuera del caracter del demonio que queria pincharle para asegurarse que no habian poseido su cuerpo. Sin embargo, no iba a ser suicida.
– ?Realmente acabas de darle las gracias?
– Si. Se que lo encuentras dificil de creer, pero soy capaz de ello.
– ?De veras?
El parecio desconcertado por su comentario.
– ?Por que te burlas de mi?
Ella se encogio de hombros.
– Eres bastante burlon.
– Igual que una cobra- dijo Jesse maliciosamente mientras fingia acariciar una serpiente invisible-, aqui,
Simone dio un paso hacia su espasmodica forma.
– Eres tan raro, Jesse.
El levanto la cabeza para mirar despues de ella.
– Yo no soy el que bromea con la cobra, idiota. Esa eres tu. Mr. Spicoli pidiendo pizza en la clase de Mr. Hand. Deten la locura, hermana. ?Detenla! [7]
Xypher dio un paso hacia el y Jesse se levanto rapidamente.
– Voy a escuchar unos albumes de
Simone se froto las cejas en un lento circulo antes de moverse a masajear sus sienes, intentando disipar algo